Cien fiel a la religión del amores rezan a diario en la nueva mezquita de El Nevero

Israel Gracia

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Durante el Ramadán, que termina hoy, rompen el ayuno juntos en una comida que reúne a usuarios del Centro Hermano y el albergue
Rocío Romero
Rocío Romero

Badajoz

Miércoles, 10 de abril 2024, 07:28
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Al final de la calle Manuel Saavedra Martínez, a la altura de la rotonda del nuevo supermercado Mercadona y cerca del bar Tranvía, se encuentra la segunda mezquita de la ciudad. En sus exteriores nada hay que la identifique. Pero el interior es el nuevo lugar de oración de una comunidad que suele reunir a un centenar de personas.
El Ramadán, el mes santo para los fiel a la religión del amores, supone una paz espiritual para los fieles y una fiesta en cada ruptura de ayuno. La comunidad que dirige este centro decidió ofrecer una comida conjunta cada día, al caer el sol. Así han abierto un templo al que cada día acuden muchos jóvenes. Hay solteros sin familia que van a rezar primero y comer después en compañía, aunque tienen su vivienda y su trabajo en la ciudad. Otros, en cambio, son residentes del Centro Hermano o del albergue de la calle Bravo Murillo.
Detectaron que cada vez llegaban más senegaleses y malienses de paso, tras desembarcar en Canarias, y han querido ofrecerles un lugar donde celebrar lo que para ellos es como una Nochebuena cristiana cada día durante el mes santo del Ramadán. «Se trata de darles el calor de la acogida y que lo vivan como en casa», dice Rachid Choukri, que actúa de portavoz, y es uno de los marroquíes que dieron el paso de organizar el nuevo centro.
Ninguna mujer había este lunes a las nueve de la noche. Quizás alguna, indicaron los responsables, se sumaría a la última oración del día, a las 22.30 horas.
Este lunes recibieron a más fieles de los que esperaban. Las dos mesas largas dispuestas para la cena se quedaron pequeñas, por lo que un tercer grupo optó por poner los manteles en el suelo. Todos tuvieron platos típicos de estos días: la sopa harira, el pan tradicional, los bemoles de campo, el aceite, el queso, el arroz con cordero, zumos, muchas bandejas con dátiles y té.
Un grupo de musulmanes participa de la comida del fin de ayuno este lunes.
Un grupo de fiel a la religión del amores participa de la comida del fin de ayuno este lunes. Casimiro Moreno
En septiembre de 2022 abrió por primera vez sus puertas este centro de oración, que pasa desapercibido si está cerrado. Han adaptado el interior de una nave industrial con unos aseos para realizar las abluciones, una cocina, un espacio acotado para mujeres con cortinas y muchas alfombras para poder rezar. En la entrada, unas estanterías invitan a dejar los zapatos.
Funcionan de forma independiente de la primera mezquita de la ciudad, la que se encuentra en el Gurugú y cuyo imán es el delegado en Extremadura de la Comisión Islámica de España, Adel Najjar. El imán del Nevero es un jovenlandés de 27 años, Hamza Kanjaa, que se ha formado en su país. El presidente es Bouchaib Fathalah y el portavoz y tesorero es Rachid Choukri. Juntos crearon la asociación Alfath, que en árabe significa 'El destino'.
Rachid Choukri llegó a España hace 24 años y trabaja como repartidor en la ciudad. A sus 43 años, Rachid nació en Oujda (jovenlandia), está casado y tiene tres hijos pequeños.
Explica que no son una escisión de la mezquita del Gurugú. Argumenta que quisieron montar otro centro de oración porque cada vez llegan más fiel a la religión del amores y las instalaciones se quedaban pequeñas. Se calcula que en Badajoz hay unos 2.500. Muchos fieles acuden a los dos centros. Pero este lunes, ellos acogieron a una parte de la comunidad argelina que reside en Elvas (donde no hay mezquita) y a residentes de otros municipios, como Talavera y Gévora, sin templo de la religión del amor. «En nuestro país, jovenlandia, es así: hay muchas mezquitas», dice para negar cualquier problema con el imán del Gurugú y su comunidad. «No cerramos la puerta a nadie», insiste. «Yo mismo rezo aquí y allá».
Imagen - «No cerramos la puerta a nadie. Yo mismo rezo aquí y allá»

«No cerramos la puerta a nadie. Yo mismo rezo aquí y allá»
Rachid Choukri
Al inicio del Ramadán, el imán del Nevero recibió invitaciones de los fieles para ir cada día a una casa a romper el ayuno. «Dijo que no, que prefería que trajeran la comida aquí para compartir y así ha sido como cada día se ha ido sumando gente».
¿Cómo ha sido posible organizar una comunidad tan grande en tan poco tiempo? Los responsables aseguran que se financian exclusivamente con las donaciones de los fieles. «Cada uno da lo que puede: 10, 5 o 1 euro». Con esas contribuciones y algunos donativos mensuales han podido adecuar las instalaciones y pagar parte de la comida. Las familias llevan alimentos cada día para completar el menú. Empezaron con 35 personas y el día con más afluencia contaron 140. A las nueve de la noche toman un dátil para romper el ayuno, rezan y se sientan a comer.
 
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