damnit
cosapaquismo Ilustrado
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Pues sí, una vez más la disforia cognitiva de la rogeliada.
¿Os acordáis de este vídeo de hace un par de semanas?
Pues resulta que esta señorita es, como ocurre en toda la rogeliada menos los orates útiles, de familia bien y acomodada.
"Lo más gracioso es que yo no estoy a favor de la okupación... La ley está para cumplirla, pero..."
Qué momentazos nos está regalando este gobierno
¿Os acordáis de este vídeo de hace un par de semanas?
Pues resulta que esta señorita es, como ocurre en toda la rogeliada menos los orates útiles, de familia bien y acomodada.
Lo más gracioso es que yo no estoy a favor de la okupación... La ley está para cumplirla, pero..."
Se llama Desirée y es hija de una familia bien. Así es la mujer que despertó la ira nacional con un vídeo defendiendo a unos okupas
«Me voy al extranjero, quiero vivir en paz». Es el último mensaje que Desirée Fernández intercambia con Crónica antes de, supuestamente, hacer las maletas y poner tierra de por medio. Estaba decidida a contar su historia desde el principio, a aclarar el «doloroso malentendido» y hacer pública la «delicada situación» de la familia de okupas a la que asesoró para que vivieran en un apartamento de la urbanización Las Flores II de San Bartolomé de Tirajana, en la isla de Gran Canaria.
Pero acabó cediendo al miedo y a la presión a los que ha sido sometida desde que el lunes, después de que Albert Rivera e Inés Arrimadas, pidiendo una ley anti-okupación, colgaran en su Twitter el vídeo en el que se veía a Desirée hablando desde el interior de una casa ocupada: «Si tiene algún problema, póngase en contacto con el abogado», espeta desde el otro lado de la reja a dos miembros de la comunidad de propietarios que exigen el inmediato desalojo de la casa. «Usted no tiene legitimación para desahuciarnos. Aquí no hay buenos y malos», añadía ella.
El vídeo incendió las redes y sus palabras despertaron la ira nacional. Incluso una empresa de desahucios exprés, Desokupacionlegal, se ofreció a vaciar la vivienda gratuitamente.
«Cuando unos okupas apelan a la ley para quitarles la casa a sus propietarios es que hay que cambiar la ley», decía el ex presidente de Ciudadanos en su tuit, que generó miles de adhesiones. También insultos contra la supuesta okupa. «La historia ha demostrado que cuando un país deja de proteger la propiedad privada está condenado a la ruina».
Según datos del Ministerio del Interior, las denuncias por ocupación de inmuebles en España están disparadas (un 40% más) desde hace cuatro años. Cataluña encabeza la estadística de 2020, seguida de Andalucía, la Comunidad Valenciana, Madrid y Canarias, que ha registrado 311 ocupaciones en lo que va de año (un 14,76% más que en el mismo periodo de 2019). Del otro lado, en el primer trimestre de 2020 los juzgados españoles ejecutaron 9.659 desahucios.
Según Desirée Fernández, la casa en la que ella aparece en el vídeo llevaba abandonada desde 2013, año del fallecimiento de la propietaria, y el vídeo viralizado se grabó durante el confinamiento. «Hablamos de una familia en una situación de extrema vulnerabilidad que se vio en la necesidad de ocupar una vivienda provisionalmente, hasta que los servicios sociales pudieran ofrecerles una alternativa. La gente da por hecho que la señora [con acento alemán] que habla en el vídeo es la propietaria y que yo soy la okupa. Me parece increíble que Albert Rivera opinara tan tajante sobre una situación que desconocía por completo»...
Dice Desirée que, «por miedo a las represalias», no quiere revelar la identidad de los verdaderos okupas, un padre con dos hijos varones. «Conocí a esta familia hace años, a través de un contacto familiar. Se ganaban la vida como vendedores ambulantes y no hacían mal a nadie. Si me hice cargo de su situación no fue porque me pareciera bien que se instalaran en una casa ajena. Eso no se hace por gusto, es una decisión que se toma cuando la vida te lleva al límite».Eso no se hace por gusto, es una decisión que se toma cuando la vida te lleva al límite
Insiste en que la familia de okupas no tenía medios para subsistir y que les ofreció sus conocimientos en Derecho procesal para que pudieran tirar unos meses. «Les di el contacto de un abogado y les defendí frente al acoso de los vecinos. Estaban aterrorizados, no sabían qué hacer. Los grababan cada vez que salían a la calle, les ponían pinchos por el suelo, cadenas en las rejas e incluso introducían llaves en la cerradura que luego partían para que no pudieran entrar. ¿Es esta la España solidaria de la que hablan los políticos en sus campañas?», se pregunta.
«Di la cara por ellos porque entendí que no podían defenderse por sí solos. En el vídeo el señor que se dirige a mí me dice que lo que hacemos no tiene nombre ni apellido. Y yo le digo ahora: sí tienen nombre y apellido, son tres personas que existen y necesitan una ayuda que nadie quiere brindarles». Según la autoproclamada asesora de los okupas, los servicios sociales de Gran Canaria no dan abasto y tardan más de un mes en concertar cita a las personas más afectadas por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. «Lo más gracioso de todo esto es que yo no estoy a favor de la ocupación de viviendas. Las leyes están para respetarlas, pero que creo firmemente que por encima de cualquier regla o norma está la dignidad de las personas».
Desirée Fernández pertenece a una familia acomodada de Gran Canaria. Tiene un «trabajo respetable» al sur de la isla, en Meloneras, y allí acude todos los días al exclusivo gimnasio del Lopesan Baobab, un lujoso resort de cinco estrellas. «Soy una persona muy conocida aquí», confirma. «Mi familia tiene negocios, entre ellos una discoteca. Cuando se viralizó el vídeo me llamaron incluso desde Miami, donde viven algunos inversores. Todo esto ha hundido mi reputación». La pregunta se formula sola. ¿Por qué no los acogió en su casa o les ofreció trabajo? «Yo no soy una ONG, hago lo que puedo. Mi hermana es voluntaria de la Cruz Roja y colaboro con ellos siempre que lo necesitan». Hace unas semanas, asegura, acogió en su propia casa a una progenitora de 21 años con su bebé. «No tenía ni para pañales y la ayudé para que saliera adelante», asevera. «No soy ejemplo de nada, pero tampoco creo que merezca tanta inquina ni tanto repruebo».Me han llegado amenazas de fin e insultos. Ya no puedo salir a la calle
Fernández tiene una hija de 17 años que, según dice, ha vivido los peores días de su vida. «Me han llegado cientos de pantallazos a mi WhatsApp con amenazas de fin, insultos y agresiones de todo tipo. Ya no puedo salir a la calle, la gente pide mi cabeza. Hablan de prender fuego a mi casa, de darme fin...». Los papeles de su contrato de alquiler en el barrio de El Calero están en regla. «No debo un céntimo a nadie, tengo todas mis facturas al día».
Después de una primera conversación con Crónica, Desirée Fernández se comprometió a facilitar el contacto del abogado que asesora a la familia de okupas y a aportar la documentación que respalda su versión. Pero no volvió a coger el teléfono. «Mi familia está destrozada, no aguanto más presión», escribía en su último mensaje. «Me voy al extranjero...».
"Lo más gracioso es que yo no estoy a favor de la okupación... La ley está para cumplirla, pero..."
Qué momentazos nos está regalando este gobierno