fredesvindo
Madmaxista
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CHÉ GUEVARA: HOMÓFOBO Y malo
Si hay en la propaganda de izquierdas un individuo cuya biografía se ha falsificado hasta la saciedad, esa es sin duda la vida y “milagros” de Ernesto Guevara. Es el típico caso o prototipo de manipulación a escala mundial, por el cual se coge a un ser mezquino sin escrúpulos, y aprovechando su eliminación o fin, se le catapulta a la fama mundial e incluso se hace negocio de su figura y su fin.
Pues no lo olvidemos, que en el mundo de la izquierda radical, no hay ningún “bobo”que no tenga en el fondo de su armario, alguna prenda de vestir, (camiseta, sudadera, pañuelo, pantalón o calzoncillos) que no tenga serigrafiado el rostro barbudo de éste malo. Millones de prendas y objetos de mercadillo realizados en países “capitalistas” para solaz y disfrute de los niños pijos de izquierdas, que tras pedirles a sus papás un iPad y un viaje a Candanchú, se van con los camaradas, palestinas al cuello, y sus camisetas del Ché con fondo rojo, de “manifa” a la capital a protestar por los abusos del capitalismo y en contra de los “de derechass”.
Bien. Repasemos un poco la biografía de este lindo malo. No nos centraremos tanto en los datos biográficos, que tan abundantes son, sino más bien en esos aspectos tan llamativos de su vida, que pasan desapercibidos para los adoradores de su imagen.
CHÉ GUEVARA Y LOS gaysES
Por ejemplo, el movimiento del “orgullo lgtb”, como subproducto del radicalismo de extrema izquierda, es uno de los más populosos y “divertidos”que tiene ahora mismo la izquierda galopante. Sus “cabalgatas” y “fiestas” son centro de concentración, no sólo de radicales gayses, sino otros menos conocidos y más alicaídos (hay quien se une a este tipo de movimiento para pedir la pedofilia, el bestialismo o la necrofilia como derecho de elección sensual) y es muy común que muchos de sus miembros porten camisetas del Ché. Pocos de estos indocumentados de posaderas alegres sabrán, que uno de los primeros en pedir el campo de concentración para gayses, fue su amado Ernesto Guevara, en concreto, dice el periodista Nicolás Márquez: “Pues bien, el Che en Cuba manejó dos campos de concentración y exterminio a disidentes y gayses (“La Cabaña” y“Guanacahabibes” respectivamente), ocupando seguidamente dos cargos burocráticos (Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias)”.
Y es que dentro del modelo revolucionario que querían implantar los hermanos Castro y Ernesto, la “bujarronería” no estaba bien vista, y dentro de la“jovenlandesal” revolucionaria, el tener el ojo ciego inquieto, no era algo suficientemente revolucionario. Álvaro Vargas Llosa dice sobre este asunto en una entrevista realizada en su día sobre este “ídolo de masas”.
“Che: A Guanahacabibes se manda a la gente que no debe ir a la guandoca , la gente que ha cometido faltas a la jovenlandesal revolucionaria de mayor o menor grado…es trabajo duro, no trabajo bestial”. Este campamento fue el precursor del confinamiento sistemático, a partir de 1965 en la provincia de Camagüey, de disidentes, gayses, víctimas del SIDA, católicos, Testigos de Jehová, sacerdotes afro-cubanos, y otras guanos por el estilo, bajo la bandera de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).” (Álvaro Vargas Llosa, The New Republic “La máquina de apiolar: El Che Guevara, de agitador comunista a marca capitalista”.)
Como dirían algunos: “un cielo de hombre” este Ernesto. Y es que las cosas no son siempre lo que parecen. Vargas Llosa señaló también que “La homofobia ha sido parte del pensamiento de izquierdas, como elemento constitutivo de su cruzada por un "hombre nuevo", libre de las "degeneraciones" pequeño-burguesas”. (íbidem). Bueno, eso sería antes, ahora, la cosa ha cambiado mucho y el movimiento o lobby lgtb, es muy poderoso en todo el mundo, mientras que la izquierda de caviar los jalea y los utiliza.
En fin, que por mucho que pongamos la música a todo trapo y nos vayamos en un tractor al barrio de Chueca a celebrar el orgullo lgtb, Ernesto no va a dejar de ser lo que fue, un “genocida” de tres al cuarto, con más claroscuros que una vidriera.
CHÉ GUEVARA MATANDO CAMPESINOS
Porque, como todo tirano, sanguinario y sin escrúpulos, Ernesto era un hombre de “gatillo fácil”. No le dolían prendas en ejecutar a nadie por lo más mínimo. El periodista Matthew Campbell comenta:
“Ellos se hacían de la vista subida de peso a todo aquello que no encajaba con la imagen idealizada de Guevara. Un cronista prolífico, Guevara, sin embargo escribió vivamente de su papel como verdugo, en un pasaje que describe la ejecución de Eutimio Guerra, un campesino y guía del ejército, escribió: “Acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola [calibre] 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto. Este fue el primero de muchos “traidores” de ser sometido a lo que Guevara llamó “actos de justicia”. (Matthew Campbell,Behind Che Guevara’s mask, the cold executioner. The Sunday Times, September 16, 2007.)
¡Ah, la Justicia de los ídolos!, que bien suena eso. Ya se sabe que para la izquierda radical, una ejecución de este calibre (el 32, según el malo Ernesto Guevara) no es ofensiva a sus principios. Sólo lo sería si quien realiza el disparo es otro que no pertenezca a su club de fanáticos asesinos (Mao, Castro, Polt-Pot, Santiago Carrillo…) todos ellos son “buenos”en el fantástico imaginario de la extrema izquierda, ahora, un sacerdote que vaya por la calle con sotana o alzacuellos, es un individuo peligroso, un provocador y un “fascista”. Son dos formas muy diferentes de ver y de entender el mundo.
Dejemos por ahora la “interesante” figura del Ché. Ya volveremos en otra ocasión, pues su biografía está salpicada de falsos tópicos y de multitud de detalles que merecen la pena destapar e ir sacando poco a poco.
Si hay en la propaganda de izquierdas un individuo cuya biografía se ha falsificado hasta la saciedad, esa es sin duda la vida y “milagros” de Ernesto Guevara. Es el típico caso o prototipo de manipulación a escala mundial, por el cual se coge a un ser mezquino sin escrúpulos, y aprovechando su eliminación o fin, se le catapulta a la fama mundial e incluso se hace negocio de su figura y su fin.
Pues no lo olvidemos, que en el mundo de la izquierda radical, no hay ningún “bobo”que no tenga en el fondo de su armario, alguna prenda de vestir, (camiseta, sudadera, pañuelo, pantalón o calzoncillos) que no tenga serigrafiado el rostro barbudo de éste malo. Millones de prendas y objetos de mercadillo realizados en países “capitalistas” para solaz y disfrute de los niños pijos de izquierdas, que tras pedirles a sus papás un iPad y un viaje a Candanchú, se van con los camaradas, palestinas al cuello, y sus camisetas del Ché con fondo rojo, de “manifa” a la capital a protestar por los abusos del capitalismo y en contra de los “de derechass”.
Bien. Repasemos un poco la biografía de este lindo malo. No nos centraremos tanto en los datos biográficos, que tan abundantes son, sino más bien en esos aspectos tan llamativos de su vida, que pasan desapercibidos para los adoradores de su imagen.
CHÉ GUEVARA Y LOS gaysES
Por ejemplo, el movimiento del “orgullo lgtb”, como subproducto del radicalismo de extrema izquierda, es uno de los más populosos y “divertidos”que tiene ahora mismo la izquierda galopante. Sus “cabalgatas” y “fiestas” son centro de concentración, no sólo de radicales gayses, sino otros menos conocidos y más alicaídos (hay quien se une a este tipo de movimiento para pedir la pedofilia, el bestialismo o la necrofilia como derecho de elección sensual) y es muy común que muchos de sus miembros porten camisetas del Ché. Pocos de estos indocumentados de posaderas alegres sabrán, que uno de los primeros en pedir el campo de concentración para gayses, fue su amado Ernesto Guevara, en concreto, dice el periodista Nicolás Márquez: “Pues bien, el Che en Cuba manejó dos campos de concentración y exterminio a disidentes y gayses (“La Cabaña” y“Guanacahabibes” respectivamente), ocupando seguidamente dos cargos burocráticos (Presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias)”.
Y es que dentro del modelo revolucionario que querían implantar los hermanos Castro y Ernesto, la “bujarronería” no estaba bien vista, y dentro de la“jovenlandesal” revolucionaria, el tener el ojo ciego inquieto, no era algo suficientemente revolucionario. Álvaro Vargas Llosa dice sobre este asunto en una entrevista realizada en su día sobre este “ídolo de masas”.
“Che: A Guanahacabibes se manda a la gente que no debe ir a la guandoca , la gente que ha cometido faltas a la jovenlandesal revolucionaria de mayor o menor grado…es trabajo duro, no trabajo bestial”. Este campamento fue el precursor del confinamiento sistemático, a partir de 1965 en la provincia de Camagüey, de disidentes, gayses, víctimas del SIDA, católicos, Testigos de Jehová, sacerdotes afro-cubanos, y otras guanos por el estilo, bajo la bandera de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP).” (Álvaro Vargas Llosa, The New Republic “La máquina de apiolar: El Che Guevara, de agitador comunista a marca capitalista”.)
Como dirían algunos: “un cielo de hombre” este Ernesto. Y es que las cosas no son siempre lo que parecen. Vargas Llosa señaló también que “La homofobia ha sido parte del pensamiento de izquierdas, como elemento constitutivo de su cruzada por un "hombre nuevo", libre de las "degeneraciones" pequeño-burguesas”. (íbidem). Bueno, eso sería antes, ahora, la cosa ha cambiado mucho y el movimiento o lobby lgtb, es muy poderoso en todo el mundo, mientras que la izquierda de caviar los jalea y los utiliza.
En fin, que por mucho que pongamos la música a todo trapo y nos vayamos en un tractor al barrio de Chueca a celebrar el orgullo lgtb, Ernesto no va a dejar de ser lo que fue, un “genocida” de tres al cuarto, con más claroscuros que una vidriera.
CHÉ GUEVARA MATANDO CAMPESINOS
Porque, como todo tirano, sanguinario y sin escrúpulos, Ernesto era un hombre de “gatillo fácil”. No le dolían prendas en ejecutar a nadie por lo más mínimo. El periodista Matthew Campbell comenta:
“Ellos se hacían de la vista subida de peso a todo aquello que no encajaba con la imagen idealizada de Guevara. Un cronista prolífico, Guevara, sin embargo escribió vivamente de su papel como verdugo, en un pasaje que describe la ejecución de Eutimio Guerra, un campesino y guía del ejército, escribió: “Acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola [calibre] 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto. Este fue el primero de muchos “traidores” de ser sometido a lo que Guevara llamó “actos de justicia”. (Matthew Campbell,Behind Che Guevara’s mask, the cold executioner. The Sunday Times, September 16, 2007.)
¡Ah, la Justicia de los ídolos!, que bien suena eso. Ya se sabe que para la izquierda radical, una ejecución de este calibre (el 32, según el malo Ernesto Guevara) no es ofensiva a sus principios. Sólo lo sería si quien realiza el disparo es otro que no pertenezca a su club de fanáticos asesinos (Mao, Castro, Polt-Pot, Santiago Carrillo…) todos ellos son “buenos”en el fantástico imaginario de la extrema izquierda, ahora, un sacerdote que vaya por la calle con sotana o alzacuellos, es un individuo peligroso, un provocador y un “fascista”. Son dos formas muy diferentes de ver y de entender el mundo.
Dejemos por ahora la “interesante” figura del Ché. Ya volveremos en otra ocasión, pues su biografía está salpicada de falsos tópicos y de multitud de detalles que merecen la pena destapar e ir sacando poco a poco.