Valorimaginario
Madmaxista
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Charlie Hebdo. Si yo insulto a la señora progenitora del presidente de Francia: ¿defendería Macron mi derecho a ofender?
El Macron más histérico defiende la “libertad de blasfemia”. Es decir, la libertad de injuriar con la protección del Estado.
Eulogio López 02/09/20 17:56
Macron defiende la libertad de blasfemia... la cual se da, a veces, entre las sátiras de Charlie Hebdo
Comienza el juicio contra los cómplices de los asesinos de los redactores y dibujantes del semanario satírico francés Charlie Hebdo. Un asesinato realizado por dos fanáticos fiel a la religión del amores tras publicar unas viñetas (no eran las primeras) no especialmente burlescas sobre Mahoma (las ha habido peores en las páginas de CH, también contra Cristo, naturalmente). Ahora esas viñetas se han reproducido en portada.
Y entonces va al presidente francés, Emmanuel Macron, y habla, porque el problema de Macron es que no sabe callar. Sí, no es la primera vez que Emmanuel ‘Lolito’ Macron insiste en que Francia existe la ‘libertad de blasfemia’.
Y ya que hablamos de sentimientos: ¿alguien puede extrañarse de que un cristiano, que sabe que Cristo es Dios, sufra cuando escucha una ofensa a su Dios? Si yo insulto a la señora progenitora de Macron en su cara: ¿defendería él mi libertad de insultar o me haría detener? ¿O es que se considera más que Jesucristo?
Emmanuel ‘Lolito’ Macron ha vuelto a perder otra oportunidad de callarse.
El Macron más histérico defiende la “libertad de blasfemia”. Es decir, la libertad de injuriar con la protección del Estado
El Macron más histérico defiende la “libertad de blasfemia”. Es decir, la libertad de injuriar con la protección del Estado.
Eulogio López 02/09/20 17:56
Macron defiende la libertad de blasfemia... la cual se da, a veces, entre las sátiras de Charlie Hebdo
Comienza el juicio contra los cómplices de los asesinos de los redactores y dibujantes del semanario satírico francés Charlie Hebdo. Un asesinato realizado por dos fanáticos fiel a la religión del amores tras publicar unas viñetas (no eran las primeras) no especialmente burlescas sobre Mahoma (las ha habido peores en las páginas de CH, también contra Cristo, naturalmente). Ahora esas viñetas se han reproducido en portada.
Y entonces va al presidente francés, Emmanuel Macron, y habla, porque el problema de Macron es que no sabe callar. Sí, no es la primera vez que Emmanuel ‘Lolito’ Macron insiste en que Francia existe la ‘libertad de blasfemia’.
Pues mire, no, monsieur le président. Una cosa es que no deba uno liarse a tiros con el blasfemo y otra que blasfemar sea un derecho… porque no lo es. Como no lo es la injuria, ni la calumnia, ni la difamación. Todas ellas condenadas y tipificadas en el Código Penal, por no hablar de los delitos de repruebo: ¿insultar a Cristo no es reprobar al cristiano?¿Tan difícil resulta entender que a un cristiano le ofenda que insulten a su Dios?
Y ya que hablamos de sentimientos: ¿alguien puede extrañarse de que un cristiano, que sabe que Cristo es Dios, sufra cuando escucha una ofensa a su Dios? Si yo insulto a la señora progenitora de Macron en su cara: ¿defendería él mi libertad de insultar o me haría detener? ¿O es que se considera más que Jesucristo?
Pero lo políticamente correcto siempre arrasa. Y esto me recuerda la anécdota ocurrida cuando surgió el grito de “Je suis Charlie” (Yo soy Charlie). Nuestro empresario, que había acudido a París a negociar con el Gobierno galo, le espetó la entonces ministra Ségolène Royal: “Je ne suis pas Charlie” (Yo no soy Charlie). El español, católico, quiso dejar claro que, aunque abominaba del asesinato, no le parecía bien que la libertad de prensa incluyera la ofensa a un credo que siguen 1.000 millones de personas.Un empresario español le dijo a la entonces ministra Ségolène Royal: “Yo no soy Charlie Hebdo”
Emmanuel ‘Lolito’ Macron ha vuelto a perder otra oportunidad de callarse.
El Macron más histérico defiende la “libertad de blasfemia”. Es decir, la libertad de injuriar con la protección del Estado