Chamberlain, inglés, precursor ideológico del nazismo.

No hay que confundir a Houston Stewart Chamberlain con Neville Chamberlain








Birmingham, 18 de marzo de 1869-Heckfield, 9 de noviembre de 1940)


fue un político conservador británico, que desempeñó el cargo de primer ministro entre el 28 de mayo de 1937 y el 10 de mayo de 1940. Es famoso por su política de apaciguamiento con respecto al Tercer Reich, así como por su firma del Acuerdo de Múnich el 30 de septiembre de 1938, otorgando a ese país la región germanófona de los Sudetes de Checoslovaquia. Tras la oleada turística alemana de Polonia el 1 de septiembre de 1939, que marcó el principio de la Segunda Guerra Mundial, anunció la declaración de guerra a Alemania dos días después y dirigió al Reino Unido durante los primeros ocho meses del conflicto bélico hasta su renuncia al cargo.

los Sudetes de Checoslovaquia. Con tres millones de alemanes étnicos, los Sudetes representaban la población alemana más grande fuera del «Reich» y Hitler estuvo presionando por la unión de la región con Alemania. Checoslovaquia no tenía acuerdos militares con el Reino Unido, pero contaba con un pacto de asistencia mutua con Francia y tanto franceses como checoslovacos también tenían una alianza con la Unión Soviética.


Hitler se refirió repetidamente a Churchill como un borracho.

"¡Con lunáticos como ese borracho de Churchill y macabeos y torpes como ese brillante dandi de Eden en el timón tenemos que estar preparados para casi todo!"

Pero eso no fue todo. Se refirió a Churchill como "augusto senil", "gángster", "golfillo sanguinario" y "lechón indisciplinado", entre otras cosas.

Cabe destacar que Hitler no utilizó tales invectivas contra Chamberlain. Pero tales insultos no influyeron en la política exterior británica.

Hitler veía a Churchill como su mayor obstáculo. Comentó:

"Si Churchill desapareciera de repente, todo podría cambiar en un instante. La aristocracia británica podría ser consciente del abismo que se abre ante ellos, ¡y podría experimentar una grave conmoción! Estos británicos, por los que, indirectamente, hemos estado luchando y que disfrutarían de los frutos de nuestra victoria..."

En algún momento se dio cuenta de que las negociaciones con Churchill no podían tener lugar. Sólo después de que Churchill fuera derrotado, los británicos estarían dispuestos a hablar.

Hitler comentó a von Brauchitsch, el comandante en jefe del ejército alemán, que "los británicos sólo estarán dispuestos a hablar después de una paliza".

La reacción de Hitler ante la elección de Churchill como primer ministro fue la realidad, la realidad de que se había elegido al peor hombre de Gran Bretaña para Hitler. No habría una victoria fácil. No habría una guerra corta. No habría más intimidación.

Houston Stewart Chamberlain.


En 1923 conoció personalmente a Adolf Hitler en el Festival de Bayreuth, celebrado en honor a las óperas de su suegro Richard Wagner. Desde entonces se dio una admiración mutua entre ambos, considerando Hitler a Chamberlain «un profeta».9 Este último se refería así a Hitler en 1924: «Quiera Dios, que lo ofreció a nosotros, lo proteja por muchos años más para gloria de la patria alemana».10

Según Chamberlain, el caos se encarnaba en el siglo xvi y concretamente afirmaba que «Ignacio de Loyola le presentó al prototipo antigermano». En tono apocalíptico sentenciaba: «Si no se produce pronto entre nosotros un renacimiento vigoroso, si no conseguimos librar nuestra cultura de los oropeles extranjeros que arrastra consigo el cristianismo, si no logramos crear una religión (ocultismo nancy), entonces preparémonos a ver surgir de las sombras del futuro un segundo Inocencio III, con un nuevo Concilio de Letrán, preparémonos a ver cómo se reavivan las hogueras de la Inquisición». Y escribió frases como ésta: «La corrupción de la sangre y la influencia desmoralizadora del ****ocristianismo, he aquí las causas principales de nuestros fracasos».

Murió en 1927 y Adolf Hitler asistió a sus exequias