Anónimo222
Madmaxista
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Cataluña busca la forma de acabar con la jornada intensiva en los colegios
Educación no es partidaria de esta fórmula, pero sabe que eliminarla abrirá una guerra con sindicatos y algunas familias
elpais.com
El fin de la jornada continua en Cataluña se ha convertido en un quiero y no puedo para el Departamento de Educación. Desde que tomó las riendas del Departamento, ERC no ha escondido su rechazo a este modelo, generalizado en secundaria, ya que los alumnos no comen antes de las tres de la tarde. Educación sabe que ponerle fin, algo que ha empezado a hacer Navarra, abrirá una nueva guerra con los sindicatos de profesores y con parte de las familias. Por eso, de momento se escuda asegurando que va a encargar una evaluación completa de la intensiva antes de tomar una decisión. Pero Educación ya ha empezado a hacer los primeros pasos para reducirla, obligando a los institutos escuela a habilitar al menos tres tardes.
La jornada intensiva se implantó en 2012 -de la mano de Irene Rigau y en plena oleada de recortes- de forma progresiva en secundaria, principalmente como medida de ahorro, tanto en becas comedor como en factura energética. De hecho, solo el primer año Educación redujo nueve millones en estas ayudas sociales. Pero también se inició un plan piloto en siete centros primaria, que en 2015 se amplió a los 25 actuales. El consejero Josep Bargalló ya admitió hace unos años que quería “racionalizar” los horarios en secundaria y recuperar los comedores escolares -que desparecieron de los institutos- para asegurar al menos una comida adecuada a los alumnos más vulnerables.
La esa época en el 2020 de la que yo le hablo lo paró todo, pero hizo reavivar las peticiones de algunas familias a favor del horario continuo. Poco después estalló el conflicto por el avance del calendario escolar, así que replantear la jornada escolar suponía echar más leña al fuego. La nueva consejera, Anna Simó, ha venido a apaciguar las aguas y aunque se mantiene el objetivo de eliminarla, no será en esta legislatura, que ya entra en la recta final. Mientras tanto, Educación quiere ganar tiempo y argumentos con una evaluación de la jornada intensiva, tanto en secundaria como primaria (aunque en 2019 ya se hizo una del plan piloto).
No obstante, el Departamento ya ha empezado a dar los primeros pasos en esta dirección. La orden que regula el calendario escolar de este curso ya indica que en la ESO no se pueden tener más de tres tardes libres. Y en el caso de los institutos escuela, la idea es que los alumnos de secundaria se adapten a los horarios de primaria. “Se procurará que el horario de salida al final de la jornada escolar sea el mismo para todo el alumnado”, establece la orden, y se les da un año para que tiendan hacia la partida.
El instituto escuela Pi del Burgar de Reus ya está viviendo este cambio de tendencia. Hace una década que tenían horario compactado de 8.30 a 15 horas. “Pero el pasado 2 de agosto recibimos un correo del Departamento diciendo que debíamos hacer tres tardes. Y eso cuando los horarios ya se habían aprobado por el consejo escolar y las familias se habían ido de vacaciones con los horarios del nuevo curso”, critica el director Eduard Montané. Desde septiembre hacen partida hasta las 16 horas, con una hora de comedor (de 14 a 15 horas).