Caso Dupuy, el parricidio que conmocionó Argentina: Lucio fue asesinado por la progenitora y su novia

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Caso Dupuy, el parricidio que conmocionó Argentina: Lucio fue asesinado por la progenitora y su novia

El niño de 5 años fue abusado y maltratado reiteradamente durante meses. Una juez le dio la custodia a su progenitora sin estudiar su idoneidad.

Yésica Sánchez

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https://s.libertaddigital.com/images/tras*.pngEl pequeño Lucio junto a 'Magui' y 'Abi', sus asesinas. | TWITTER @AbigailPaez26

Lucio Dupuy fue asesinado el 26 de noviembre de 2021 en la provincia argentina de La Pampa. Su caso conmocionó al país. El niño sólo tenía 5 años y fue maltratado de forma sistemática durante meses, hasta que su pequeño cuerpo no pudo aguantar más. Las responsables de su fin: Magui y Abi, su propia progenitora y la novia de ésta.

Así lo ha determinado el Tribunal de Audiencias de Santa Rosa, que ha declarado culpables a Magdalena Espósito —de 25 años— y Abigail Páez —de 28—. A la primera, de "homicidio triplemente calificado" por el vínculo, la alevosía y el ensañamiento contra el niño. Era su progenitora.

A la segunda, a la que no le unían lazos sanguíneos, le restaron el vínculo pero le sumaron el delito de "abuso sensual", al considerar probado que hubo "acceso carnal por vía traseril con objeto fálico", agravado por tratarse de "la guardadora" y por ser cometido a un menor, aprovechando que convivían bajo el mismo techo.

Agresiones continuadas
Sin duda, unos de los aspectos más llamativos del caso es que la progenitora tuviese la custodia del menor. No se hicieron los estudios pertinentes para determinar con qué progenitor debía quedarse el pequeño y se obviaron las señales que indicaban que Lucio no estaba bien al cuidado de la mujer.

De diciembre de 2020 a marzo de 2021, el niño necesitó asistencia médica en al menos cinco ocasiones por politraumatismos y cortes de los que fue atendido en distintos centros sanitarios. Sin embargo, ningún facultativo denunció esta situación. Tampoco lo hicieron los responsables del jardín de infancia al que asistía, donde —a todas luces— tuvieron que ver esas lesiones.

lucio-dupuy-brazo-cabestrillo-100223.jpgFACEBOOK Magdalena Espósito

Incluso en las redes sociales de las condenadas es fácil encontrar fotografías en las que el menor presenta magulladuras, escayolas o el brazo en cabestrillo. Y la autopsia del menor reveló que el niño "presentaba politraumatismos por golpes, mordeduras y quemaduras, de vieja y reciente data".

También se encontraron "lesiones en la parte genital del niño", lo que ya indicaba que el pequeño podía haber sufrido abusos sensuales. "En mis casi 30 años de profesión nunca vi algo así", declaró el forense Juan Carlos Toulouse. Lucio sufrió auténticas aberraciones mientras vivió con las condenadas. Algunas omitidas por el facultativo -durante su declaración- "por respeto a la víctima y a su familia".

La custodia del menor
Magdalena Espósito y Christian Dupuy fueron padres jóvenes, quizás demasiado. Tenían 19 y 22 años respectivamente. Su relación no prosperó y se separaron en 2018. Según informan medios locales, ella no era feliz con su vida "convencional" en Luján —donde residía con el padre de Lucio—. Se separó y se trasladó a Santa Rosa.

Durante un tiempo no tuvo una residencia fija, así que dejaba al pequeño con sus abuelos paternos mientras que ella se dedicaba a viajar de un lado a otro con su nueva pareja —Abigail—. Lucio tenía sólo dos años y ella vivía "como una mochilera". El hermano de su padre la convenció de que estaría mejor viviendo en su casa, con más estabilidad.
Ella accedió y le dio su tutela. Durante un tiempo, el menor vivió con su tío Maximiliano y la familia de éste (su mujer y sus hijas). Sin embargo, a principios de 2020 le surgió un repentino interés por recuperar al niño. La familia paterna cree que porque su expareja había logrado un buen trabajo y buscaba la compensación económica.


Los abuelos aseguran que ella les cobraba 3.000 pesos (alrededor de 15 euros) cuando querían hablar con su nieto por videollamada. Consideran que nunca tuvo un interés real por estar con el niño. Su vida con Abigail se resumía en: sesso, drojas y alcohol. Inexplicablemente, una juez quitó la tutela a la familia paterna para devolvérsela a la progenitora en agosto de 2020.

El pequeño era un impedimento para la pareja. Así lo reflejan algunos de los comentarios que tanto Magdalena como Abigail publicaron en sus redes sociales, y también muchas de las conversaciones de WhatsApp que mantuvieron y que salieron durante el juicio. Chats en los que hablan abiertamente de los castigos físicos que le propinaban y de la necesidad de ocultar las marcas para no buscarse problemas.

El asesinato de Lucio
La autopsia determinó que Lucio falleció como consecuencia de "una hemorragia interna y politraumatismos causados por los golpes que recibió", entre ellos una fractura de cráneo y dos costillas rotas. Pero también que el menor "presentaba un fuerte golpe que le afectaba la cadera, el glúteo y la pierna, con una data de 7 u 8 días".
El día de los hechos, la progenitora del niño —según declaró— había dejado a su hijo al cuidado de su pareja. Se despidió de él y le advirtió de que debía portarse bien porque se iba a quedar un ratito solo. Abigail —le anunció— iba a llevarla al trabajo y después volvía. Así fue.

Cuando su novia llego de vuelta a casa, el pequeño "estaba mandándose un moco (portándose mal)" y —reconoció ella misma durante el juicio— le golpeó. "Le cogí del brazo y le pegué varias pataditas en la cola. Fue todo muy rápido, no sé. Le pegué y no medí dónde, la verdad".

El niño perdió el conocimiento, ella intentó reanimarlo y lo llevó a un centro médico, pero estaba cerrado. Un vecino que vio la escena los llevó al Hospital Evita de Santa Rosa, donde lo dieron por muerto. No pudieron hacer nada por él. La pareja dijo inicialmente que un ladrón entró en su domicilio y había golpeado al menor.

Pero a nadie le cuadró aquella versión, según declararon varios sanitarios y dos policías durante el juicio. A la pareja no le quedó más remedio que cambiar su relato de los hechos. Y el tribunal las ha declarado culpables. La pena se conocerá el próximo lunes, 13 de febrero. Pero, dada la gravedad de los delitos por los que han sido condenas, todo apunta a que les impondrán cadena perpetua.

El impacto del caso
El asesinato del pequeño ha sido un revulsivo para la sociedad argentina. El Congreso ha aprobado por unanimidad un proyecto de ley que tiene como objetivo la creación de un "Plan Federal de Capacitación" de funcionarios públicos en derechos de los niños, para combatir el maltrato infantil. La conocida como ley Lucio ha de pasar ahora el trámite en el Senado.

En esta ocasión, los políticos están en sintonía con su pueblo. El caso de Lucio ha estremecido a toda una nación. Decenas de iniciativas han inundado plataformas como Chenge.org, reclamando justicia para el pequeño. Entre ellas la de Graciela Mosqueda, una doctora de Buenos Aires que ha logrado el apoyo de más de 150.000 personas. No es del entorno de la familia, ni siquiera viajó nunca a La Pampa. Pero sintió que tenía que hacer algo.

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Según ha relatado en declaraciones a Libertad Digital, la impulsó "el horror y la indignación" que le produjo saber que Lucio había ido muchas veces a centros de salud aquejado de distintas lesiones, habiendo sido golpeado, "sin que se hayan escuchado tantas alarmas". "Este final, era predecible y evitable", sentencia, "pero nadie hizo nada".
La finalidad de su petición es "que se investigue y se castigue a la cadena de corresponsables de esta aberración".
Ella cita —entre otros— a los trabajadores del "segundo hogar (la escuela o el jardín de infantes) donde hay otras personas encargadas de cuidar y guiar a un niño", también a la jueza que "quitó la tutela a los tíos para entregársela a la progenitora" y por supuesto "a los médicos involucrados en esa reiterada concurrencia a los centros de salud".

"Siendo médica no puedo menos que sentir vergüenza ante la inacción de todos esos profesionales, entre comillas, que tuvieron en sus manos la posibilidad de ayudarlo. Ellos tenían la posibilidad, además de la obligación, de salvarle la vida", señala. Ya no se puede hacer nada por Lucio, pero —recuerda— "hay muchos otros Lucios que todavía siguen vivos".
 
Gracias, estaba por crear un post sobre esto y me has ahorrado el trabajo. Supe del caso ayer, todavía estoy digiriendo lo que las bollers le hicieron al angelito este.

Si esto fuera USA....
 
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