Honkytonk Man
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La desesperación del primer ministro británico ante los gastos desproporcionados de su pareja en las reformas de su residencia oficial se ha convertido en portada de los medios británicos. "Ella está comprando papel para las paredes de oro. Cuesta decenas y decenas de miles... No puedo permitírmelo". Esta frase de Boris Johnson a su equipo sobre los gastos de su pareja, Carrie Symonds, y que recoge el 'Daily Mail' ha sido la gota que ha colmado el vaso en lo que se califica ya como un escándalo.
Las reformas fuera de control en el nº 10 de Downing Street han sido de hecho bautizadas ya como 'Wallpaper–gate', en referencia al escándalo político del Watergate en los Estados Unidos en la década de los setenta, que hizo caer al presidente Richard Nixon.
A pesar de tener un salario de 150.000 libras al año como primer ministro, los medios en su país informan de que Johnson tiene dificultades para llegar a fin de mes como resultado de la pérdida de unas 250.000 libras al año de su anterior carrera periodística, así como de un costoso divorcio con su exesposa Marina.
Entra dentro de los cánones que cada pareja que se traslada a Downing Street quiera amueblar a su gusto un piso donde, al menos, va a estar viviendo cinco años. Tras la salida de los Brown –un tanto aburridos, por qué no decirlo–, los Cameron le dieron la vuelta a todo. La cocina en la que Samantha –que se dedica al mundo de la moda– recibió a Michelle, durante la visita oficial de los Obama al Reino Unido en 2011, dejó una foto al más puro estilo 'Vogue'. Muchos siguen soñando aún con ese sofá mostaza de terciopelo. Pero ahora parece que a los Johnson se les ha ido la mano.
Carrie se ha inspirado en Lulu Lytle, una célebre diseñadora de interiores ecológica, que fabrica muebles “basados en la artesanía tradicional”. En su momento, el líder conservador expresó su preocupación cuando, al inicio de su mandato en diciembre de 2019, le comunicaron que la partida máxima de los contribuyentes para la decoración del piso sería de 30.000 libras (36.000 euros). Ya anticipaba que eso no sería suficiente para los planes que su pareja tenía en mente. Y no se equivocaba. Porque, tal y como revela ahora la prensa local, las obras están ya “totalmente fuera de control”.
Pero lo mejor viene ahora. Para afrontar los enormes costes, el primer ministro quiere crear una organización benéfica para que los donantes del Partido Conservador puedan realizar su aportación, una decisión que ha causado gran consternación.
La versión oficial, obviamente, lo vende de otra manera. Según los informes, lo que Johnson busca es un nuevo organismo inspirado en el modelo utilizado por la Casa Blanca para recaudar millones de dólares para diseño de interiores, antigüedades y arte que permanecen pese al cambio constante de inquilinos. Pero la lectura que han hecho los medios es otra: Johnson crea una ONG para costear la decoración de su prometida.
Al parecer, los trámites para inscribir a la organización benéfica en la comisión pertinente ya han comenzado y se ha pensado incluso en quién sería su director. Se trataría de Lord Brownlow de Shurlock Row, un multimillonario con estrechos vínculos con la familia real. Cuando uno se pone, que sea ya a lo grande.
Sir Alistair Graham, expresidente del Comité de Normas [para los parlamentarios] en la Vida Pública, considera que se trata de una idea “bastante inapropiada”. “A mí me gustaría crear una organización benéfica para renovar mi piso en York, pero no creo que sea una propuesta práctica. Para eso no son las organizaciones benéficas, no son para proporcionar mejores niveles de vida para el primer ministro y su pareja”, recalca en 'The Times'.
El experto explica que este tipo de donaciones buscan que un partido permanezca en el poder, no el beneficio personal de su líder. Y francamente, los generosos donantes, por lo general, buscan luego tener influencia. Así que lo mismo el sofá de turno inspirado en los diseños de Lulu Lytle no sale especialmente 'gratis'.
La prestigiosa revista 'Tatler' de la alta sociedad británica es la que desvela todos los detalles en un extenso reportaje donde se hace balance del primer año y medio de la pareja en Downing Street. Carrie es la protagonista de la portada. Y no sale especialmente bien parada ya que el artículo ha dado más munición para aquellos que la ven como una joven caprichosa con gran influencia además en las decisiones del Gobierno.
En noviembre, ya se ganó el título de Lady Macbeth cuando la responsabilizaron de la salida de Dominic Cummings, el oscuro asesor del primer ministro. Y ahora todo el mundo vuelve a hablar de ella tras haber colocado a tres de sus íntimos amigos en puestos de relevancia.
Hija de uno de los fundadores del periódico de centro izquierda 'The Independent', Matthew Symonds, y de la abogada Josephine McAffee, cuando solo tenía 29 años, Carrie fue nombrada directora de comunicaciones en la Sede de la Campaña Conservadora, lo que la convirtió, según la reputada revista 'PR Week', en una de las relaciones públicas más poderosas del Reino Unido. Siempre ha estado ligada a la política y ahora son muchos los que dicen que es ella la que realmente mueve los hilos tras la famosa puerta de color.
Uno de los asesores de Johnson la compara incluso con Ana Bolena, la influyente consorte de Enrique VIII. “Es una pesadilla para todos”, recalca. Otro miembro del personal de Downing Street señala que “pisa fuerte, dando órdenes con pantalones de cuero”.
Los aliados de Carrie se han sentido ofendidos ante la idea de que, como activista por el bienestar de los animales, se llegue siquiera a insinuar que usa pantalones de cuero. Así que han aclarado que se trata de un material sintético neցro que estiliza su figura. Respecto al nombramiento de asesores, sin embargo, no han dicho nada.
Desde los años de los Blair, los primeros ministros y sus consortes viven en el piso del número 11 de Downing Street, donde está la oficina del ministro del Tesoro, porque el del número 10 es más pequeño. Según el reportaje de 'Tatler', al llegar a su nuevo hogar, Carrie quiso eliminar todos los vestigios de la “pesadilla de muebles de John Lewis” que tenía de Theresa May, la que fuera primera ministra, obligada por cierto a presentar su dimisión por la presión de los rebeldes del partido, entre ellos, Boris.
La zona de estar principal del apartamento se ha pintado ahora de verde intenso y, a menudo, está iluminada por velas. La pareja también ha optado por no cubrir las paredes con imágenes de la colección de arte del Gobierno. Aunque hay pinturas de artistas británicos como John Nash, estas cuelgan al lado de obras de la progenitora de Johnson, Charlotte, y algunas del propio primer ministro. También hay huellas de las manos del hijo de la pareja, el pequeño Wilfred, que en mayo cumplirá un año. El artículo de 'Tatler' también afirma que Johnson y Carrie planean casarse tan pronto como se levanten las restricciones por el el bichito para poder celebrarlo por todo lo alto.
Ante la polémica creada, un portavoz del Número 10 no ha negado los planes de crear una ONG para sufragar los gastos de la reforma. “El complejo de Downing Street es un edificio en funcionamiento, además de contener dos residencias ministeriales. Como ha ocurrido en sucesivas administraciones, periódicamente se realizan obras y mantenimientos. Los asuntos relacionados con las reformas se tratan en el informe y las cuentas anuales de la Oficina del Gabinete”, se limita a aclarar.
Las reformas fuera de control en el nº 10 de Downing Street han sido de hecho bautizadas ya como 'Wallpaper–gate', en referencia al escándalo político del Watergate en los Estados Unidos en la década de los setenta, que hizo caer al presidente Richard Nixon.
A pesar de tener un salario de 150.000 libras al año como primer ministro, los medios en su país informan de que Johnson tiene dificultades para llegar a fin de mes como resultado de la pérdida de unas 250.000 libras al año de su anterior carrera periodística, así como de un costoso divorcio con su exesposa Marina.
Entra dentro de los cánones que cada pareja que se traslada a Downing Street quiera amueblar a su gusto un piso donde, al menos, va a estar viviendo cinco años. Tras la salida de los Brown –un tanto aburridos, por qué no decirlo–, los Cameron le dieron la vuelta a todo. La cocina en la que Samantha –que se dedica al mundo de la moda– recibió a Michelle, durante la visita oficial de los Obama al Reino Unido en 2011, dejó una foto al más puro estilo 'Vogue'. Muchos siguen soñando aún con ese sofá mostaza de terciopelo. Pero ahora parece que a los Johnson se les ha ido la mano.
Carrie se ha inspirado en Lulu Lytle, una célebre diseñadora de interiores ecológica, que fabrica muebles “basados en la artesanía tradicional”. En su momento, el líder conservador expresó su preocupación cuando, al inicio de su mandato en diciembre de 2019, le comunicaron que la partida máxima de los contribuyentes para la decoración del piso sería de 30.000 libras (36.000 euros). Ya anticipaba que eso no sería suficiente para los planes que su pareja tenía en mente. Y no se equivocaba. Porque, tal y como revela ahora la prensa local, las obras están ya “totalmente fuera de control”.
Pero lo mejor viene ahora. Para afrontar los enormes costes, el primer ministro quiere crear una organización benéfica para que los donantes del Partido Conservador puedan realizar su aportación, una decisión que ha causado gran consternación.
La versión oficial, obviamente, lo vende de otra manera. Según los informes, lo que Johnson busca es un nuevo organismo inspirado en el modelo utilizado por la Casa Blanca para recaudar millones de dólares para diseño de interiores, antigüedades y arte que permanecen pese al cambio constante de inquilinos. Pero la lectura que han hecho los medios es otra: Johnson crea una ONG para costear la decoración de su prometida.
Al parecer, los trámites para inscribir a la organización benéfica en la comisión pertinente ya han comenzado y se ha pensado incluso en quién sería su director. Se trataría de Lord Brownlow de Shurlock Row, un multimillonario con estrechos vínculos con la familia real. Cuando uno se pone, que sea ya a lo grande.
Sir Alistair Graham, expresidente del Comité de Normas [para los parlamentarios] en la Vida Pública, considera que se trata de una idea “bastante inapropiada”. “A mí me gustaría crear una organización benéfica para renovar mi piso en York, pero no creo que sea una propuesta práctica. Para eso no son las organizaciones benéficas, no son para proporcionar mejores niveles de vida para el primer ministro y su pareja”, recalca en 'The Times'.
El experto explica que este tipo de donaciones buscan que un partido permanezca en el poder, no el beneficio personal de su líder. Y francamente, los generosos donantes, por lo general, buscan luego tener influencia. Así que lo mismo el sofá de turno inspirado en los diseños de Lulu Lytle no sale especialmente 'gratis'.
La prestigiosa revista 'Tatler' de la alta sociedad británica es la que desvela todos los detalles en un extenso reportaje donde se hace balance del primer año y medio de la pareja en Downing Street. Carrie es la protagonista de la portada. Y no sale especialmente bien parada ya que el artículo ha dado más munición para aquellos que la ven como una joven caprichosa con gran influencia además en las decisiones del Gobierno.
En noviembre, ya se ganó el título de Lady Macbeth cuando la responsabilizaron de la salida de Dominic Cummings, el oscuro asesor del primer ministro. Y ahora todo el mundo vuelve a hablar de ella tras haber colocado a tres de sus íntimos amigos en puestos de relevancia.
Hija de uno de los fundadores del periódico de centro izquierda 'The Independent', Matthew Symonds, y de la abogada Josephine McAffee, cuando solo tenía 29 años, Carrie fue nombrada directora de comunicaciones en la Sede de la Campaña Conservadora, lo que la convirtió, según la reputada revista 'PR Week', en una de las relaciones públicas más poderosas del Reino Unido. Siempre ha estado ligada a la política y ahora son muchos los que dicen que es ella la que realmente mueve los hilos tras la famosa puerta de color.
Uno de los asesores de Johnson la compara incluso con Ana Bolena, la influyente consorte de Enrique VIII. “Es una pesadilla para todos”, recalca. Otro miembro del personal de Downing Street señala que “pisa fuerte, dando órdenes con pantalones de cuero”.
Los aliados de Carrie se han sentido ofendidos ante la idea de que, como activista por el bienestar de los animales, se llegue siquiera a insinuar que usa pantalones de cuero. Así que han aclarado que se trata de un material sintético neցro que estiliza su figura. Respecto al nombramiento de asesores, sin embargo, no han dicho nada.
Desde los años de los Blair, los primeros ministros y sus consortes viven en el piso del número 11 de Downing Street, donde está la oficina del ministro del Tesoro, porque el del número 10 es más pequeño. Según el reportaje de 'Tatler', al llegar a su nuevo hogar, Carrie quiso eliminar todos los vestigios de la “pesadilla de muebles de John Lewis” que tenía de Theresa May, la que fuera primera ministra, obligada por cierto a presentar su dimisión por la presión de los rebeldes del partido, entre ellos, Boris.
La zona de estar principal del apartamento se ha pintado ahora de verde intenso y, a menudo, está iluminada por velas. La pareja también ha optado por no cubrir las paredes con imágenes de la colección de arte del Gobierno. Aunque hay pinturas de artistas británicos como John Nash, estas cuelgan al lado de obras de la progenitora de Johnson, Charlotte, y algunas del propio primer ministro. También hay huellas de las manos del hijo de la pareja, el pequeño Wilfred, que en mayo cumplirá un año. El artículo de 'Tatler' también afirma que Johnson y Carrie planean casarse tan pronto como se levanten las restricciones por el el bichito para poder celebrarlo por todo lo alto.
Ante la polémica creada, un portavoz del Número 10 no ha negado los planes de crear una ONG para sufragar los gastos de la reforma. “El complejo de Downing Street es un edificio en funcionamiento, además de contener dos residencias ministeriales. Como ha ocurrido en sucesivas administraciones, periódicamente se realizan obras y mantenimientos. Los asuntos relacionados con las reformas se tratan en el informe y las cuentas anuales de la Oficina del Gabinete”, se limita a aclarar.
Boris Johnson, Carrie Symonds y el escándalo de las obras en el 10 de Downing Street
El primer ministro Boris Johnson y su prometida pretenden financiar los cambios en su residencia oficial pidiendo donaciones y creando una organización benéfica
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