Nefersen
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Carpócrates, el cristianismo amoral
Posteo un texto del Libro I de Contra Herejes (180 d.C), del insigne e ingenioso Ireneo de Lyon. Se refiere a la herejía alejandrina de Carpócrates, quién sostenía una versión amoral del cristianismo.
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3.5. Carpócrates
25,1. Carpócrates y sus seguidores dicen que el mundo y cuanto contiene fue hecho por Ángeles muy inferiores al Padre ingénito. Jesús nació de José, y en todo era semejante al resto de los hombres. Los superaba sólo porque su alma, siendo recta y pura, recordaba todas las cosas que había visto, en el entorno del Dios ingénito ; por tal motivo éste le habría infundido un poder para que pudiera escapar de los hacedores del mundo y para que, pasando a través de todos ellos, una vez liberada volviera a ascender hasta él. Lo mismo sucedería a las almas que lo siguieron y se hicieron sus semejantes. Dicen también que el alma de Jesús, aunque fue educada en las costumbres de los judíos, sin embargo los despreció, y por eso recibió poder para destruir los sufrimientos de los hombres que se les habían impuesto como castigo .
25,2. De manera semejante, el alma que, a semejanza de Jesús, puede despreciar las Potestades de este mundo, también recibirá el poder para realizar las mismas acciones. Por eso se alzaron con tan gran soberbia, que algunos presumieron de ser Jesús; otros, de ser en algunas cosas o en ciertos aspectos incluso más poderosos; o se sienten superiores a sus discípulos Pedro, Pablo y los demás Apóstoles. Más aún, de no ser en nada inferiores a Jesús. Porque sus almas han provenido del mismo lugar y, por tal motivo, de igual manera desprecian a los hacedores del mundo, y por lo tanto tienen los mismos poderes y han de volver al mismo lugar. Y si alguno desprecia las cosas de este mundo más que Jesús, podrá llegar a ser superior a él.
25,3. También practican la magia, encantamientos, usan filtros, espiritismo, echan suertes, interpretan los sueños, y todas las demás acciones malignas. Dicen tener el poder de dominar a las Potestades y a los hacedores de este mundo, y no sólo a ellos, sino también todas las cosas que en él fueron creadas. Satanás los ha enviado para calumniar a la Iglesia ante las naciones, porque éstas, escuchando a unos decir unas cosas y a otros otras, y pensando que todos (los cristianos) somos iguales, cierran sus oídos a la predicación de la verdad; e igualmente, viendo cómo se comportan ellos, nos insultan a todos, aunque no estamos en comunión con ellos ni en la doctrina, ni en la conducta, ni en la manera de actuar de cada día. Porque ellos abusan de nuestro nombre (cristiano) para cubrir con malicia su lujuria y su doctrina (1 Pe 2,16). Por eso «su condenación será justa» (Rom 3,8), y recibirán de Dios la justa paga de sus obras.
25,4. Y han caído en tan grande locura, que presumen tener la licencia de cometer todas las acciones impías e irreverentes. Porque las cosas buenas y malas no son, dicen ellos, sino opiniones humanas. Las almas deben tras*migrar de cuerpo en cuerpo, para experimentar toda clase de vidas y de acciones -a menos que uno haga todas estas cosas de una vez durante una sola venida, no sólo aquellas que no nos es permitido oír o decir, sino también aquellas que ni siquiera nos vienen a la mente; incluso aquellas que ni siquiera se puede creer que se hagan en nuestra civilización-. Y todo eso para que, según dicen sus escritos, su alma, al salir (de este mundo) haya experimentado todos los modos de vivir, de manera que ninguno le falte; es decir, deben hacerlo todo, no sea que, si su libertad no se hubiese ejercitado en alguna, deba volver a un cuerpo.
A este propósito Jesús habría dicho esta parábola: «Cuando tu adversario va en camino contigo, busca la manera de librarte de él, no vaya a ser que te entregue al juez, el juez al alguacil, y éste te mande a la guandoca. En verdad te digo, no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo» (Lc 12,58-59; Mt 5,25-26). Y dicen que el adversario es uno de los Ángeles del mundo, a quien llaman el diablo, porque habría sido creado para conducir las almas que mueren, de este mundo al Principado. Y añaden que éste es el primero entre los fabricantes del mundo, el cual entrega al alma a otro Angel servidor suyo, para que las introduzca en otros cuerpos; porque, dicen ellos, el cuerpo es la prisión: «No saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo». Ellos interpretan que nadie podrá escapar del dominio de los Ángeles que fabricaron el mundo, sino que deberá tras*migrar de cuerpo en cuerpo, hasta que haya realizado todo lo que se puede hacer en este mundo. Y sólo cuando nada le falte podrá el alma ya liberada elevarse al Dios que está sobre todos los Ángeles hacedores del mundo. De este modo se salvarán todas las almas, tanto las que durante una sola venida se hayan preocupado por enredarse en todas las acciones posibles, como aquellas que hayan tras*migrado o hayan sido metidas de cuerpo en cuerpo, hasta que, sea cual fuese su tipo de vida, hayan pagado todo lo que debían. Entonces serán liberadas, para que no tengan que vivir en un cuerpo.
25,5. Yo no creo que de hecho se cometan entre ellos todo tipo de acciones irreligiosas, injustas y prohibidas. Sin embargo, así se encuentra estampado en sus escritos y así lo predican, diciendo que Jesús habría enseñado a sus discípulos cosas secretas, y les habría pedido que se las tras*mitieran sólo a los que fuesen dignos y estuvieran abiertos a acogerlas. Porque nos salvamos sólo por la fe y la caridad; todo el resto es indiferente, pues que unas cosas sean buenas y otras se llamen malas, es asunto de opinión humana, ya que nada es malo por naturaleza.
25,6. Algunos de ellos llegan a marcar a fuego una señal a sus discípulos, en la parte posterior derecha de la oreja. Marcelina vino en nombre de ellos a Roma, en tiempo de Aniceto, y trayendo esta doctrina fue la perdición de muchas personas. Ellos se llaman a sí mismos los gnósticos. Tienen algunas imágenes pintadas y otras fabricadas de diversos materiales, y andan diciendo que Pilato habría mandado hacer ese retrato de Cristo cuando Jesús vivió entre los seres humanos. Coronan estas imágenes y las ponen al lado de las de los filósofos de este mundo, es decir con las de Pitágoras, Platón, Aristóteles y otros, y les rinden los mismos honores que acostumbran los paganos.
Posteo un texto del Libro I de Contra Herejes (180 d.C), del insigne e ingenioso Ireneo de Lyon. Se refiere a la herejía alejandrina de Carpócrates, quién sostenía una versión amoral del cristianismo.
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3.5. Carpócrates
25,1. Carpócrates y sus seguidores dicen que el mundo y cuanto contiene fue hecho por Ángeles muy inferiores al Padre ingénito. Jesús nació de José, y en todo era semejante al resto de los hombres. Los superaba sólo porque su alma, siendo recta y pura, recordaba todas las cosas que había visto, en el entorno del Dios ingénito ; por tal motivo éste le habría infundido un poder para que pudiera escapar de los hacedores del mundo y para que, pasando a través de todos ellos, una vez liberada volviera a ascender hasta él. Lo mismo sucedería a las almas que lo siguieron y se hicieron sus semejantes. Dicen también que el alma de Jesús, aunque fue educada en las costumbres de los judíos, sin embargo los despreció, y por eso recibió poder para destruir los sufrimientos de los hombres que se les habían impuesto como castigo .
25,2. De manera semejante, el alma que, a semejanza de Jesús, puede despreciar las Potestades de este mundo, también recibirá el poder para realizar las mismas acciones. Por eso se alzaron con tan gran soberbia, que algunos presumieron de ser Jesús; otros, de ser en algunas cosas o en ciertos aspectos incluso más poderosos; o se sienten superiores a sus discípulos Pedro, Pablo y los demás Apóstoles. Más aún, de no ser en nada inferiores a Jesús. Porque sus almas han provenido del mismo lugar y, por tal motivo, de igual manera desprecian a los hacedores del mundo, y por lo tanto tienen los mismos poderes y han de volver al mismo lugar. Y si alguno desprecia las cosas de este mundo más que Jesús, podrá llegar a ser superior a él.
25,3. También practican la magia, encantamientos, usan filtros, espiritismo, echan suertes, interpretan los sueños, y todas las demás acciones malignas. Dicen tener el poder de dominar a las Potestades y a los hacedores de este mundo, y no sólo a ellos, sino también todas las cosas que en él fueron creadas. Satanás los ha enviado para calumniar a la Iglesia ante las naciones, porque éstas, escuchando a unos decir unas cosas y a otros otras, y pensando que todos (los cristianos) somos iguales, cierran sus oídos a la predicación de la verdad; e igualmente, viendo cómo se comportan ellos, nos insultan a todos, aunque no estamos en comunión con ellos ni en la doctrina, ni en la conducta, ni en la manera de actuar de cada día. Porque ellos abusan de nuestro nombre (cristiano) para cubrir con malicia su lujuria y su doctrina (1 Pe 2,16). Por eso «su condenación será justa» (Rom 3,8), y recibirán de Dios la justa paga de sus obras.
25,4. Y han caído en tan grande locura, que presumen tener la licencia de cometer todas las acciones impías e irreverentes. Porque las cosas buenas y malas no son, dicen ellos, sino opiniones humanas. Las almas deben tras*migrar de cuerpo en cuerpo, para experimentar toda clase de vidas y de acciones -a menos que uno haga todas estas cosas de una vez durante una sola venida, no sólo aquellas que no nos es permitido oír o decir, sino también aquellas que ni siquiera nos vienen a la mente; incluso aquellas que ni siquiera se puede creer que se hagan en nuestra civilización-. Y todo eso para que, según dicen sus escritos, su alma, al salir (de este mundo) haya experimentado todos los modos de vivir, de manera que ninguno le falte; es decir, deben hacerlo todo, no sea que, si su libertad no se hubiese ejercitado en alguna, deba volver a un cuerpo.
A este propósito Jesús habría dicho esta parábola: «Cuando tu adversario va en camino contigo, busca la manera de librarte de él, no vaya a ser que te entregue al juez, el juez al alguacil, y éste te mande a la guandoca. En verdad te digo, no saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo» (Lc 12,58-59; Mt 5,25-26). Y dicen que el adversario es uno de los Ángeles del mundo, a quien llaman el diablo, porque habría sido creado para conducir las almas que mueren, de este mundo al Principado. Y añaden que éste es el primero entre los fabricantes del mundo, el cual entrega al alma a otro Angel servidor suyo, para que las introduzca en otros cuerpos; porque, dicen ellos, el cuerpo es la prisión: «No saldrás de ahí hasta que pagues el último centavo». Ellos interpretan que nadie podrá escapar del dominio de los Ángeles que fabricaron el mundo, sino que deberá tras*migrar de cuerpo en cuerpo, hasta que haya realizado todo lo que se puede hacer en este mundo. Y sólo cuando nada le falte podrá el alma ya liberada elevarse al Dios que está sobre todos los Ángeles hacedores del mundo. De este modo se salvarán todas las almas, tanto las que durante una sola venida se hayan preocupado por enredarse en todas las acciones posibles, como aquellas que hayan tras*migrado o hayan sido metidas de cuerpo en cuerpo, hasta que, sea cual fuese su tipo de vida, hayan pagado todo lo que debían. Entonces serán liberadas, para que no tengan que vivir en un cuerpo.
25,5. Yo no creo que de hecho se cometan entre ellos todo tipo de acciones irreligiosas, injustas y prohibidas. Sin embargo, así se encuentra estampado en sus escritos y así lo predican, diciendo que Jesús habría enseñado a sus discípulos cosas secretas, y les habría pedido que se las tras*mitieran sólo a los que fuesen dignos y estuvieran abiertos a acogerlas. Porque nos salvamos sólo por la fe y la caridad; todo el resto es indiferente, pues que unas cosas sean buenas y otras se llamen malas, es asunto de opinión humana, ya que nada es malo por naturaleza.
25,6. Algunos de ellos llegan a marcar a fuego una señal a sus discípulos, en la parte posterior derecha de la oreja. Marcelina vino en nombre de ellos a Roma, en tiempo de Aniceto, y trayendo esta doctrina fue la perdición de muchas personas. Ellos se llaman a sí mismos los gnósticos. Tienen algunas imágenes pintadas y otras fabricadas de diversos materiales, y andan diciendo que Pilato habría mandado hacer ese retrato de Cristo cuando Jesús vivió entre los seres humanos. Coronan estas imágenes y las ponen al lado de las de los filósofos de este mundo, es decir con las de Pitágoras, Platón, Aristóteles y otros, y les rinden los mismos honores que acostumbran los paganos.
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