30 años del asesinato de Carmen Tagle: el azote de ETA que encargaba paella para los detenidos
El 12 de septiembre de 1989 la banda mató a una implacable fiscal antiterrorista que en mayo había interrogado con dureza a 'Josu Ternera'. Con su crimen, ETA abrió una nueva fase de atentados
Baltasar Garzón: "Si Carmen Tagle tenía que ser implacable con ETA, lo era" EL MUNDO
Cuando Javier Gómez de Liaño llegó al lugar del atentado, su amiga Carmen Tagle ya estaba en el suelo junto a su Renault 12 blanco y alguien buscaba una manta para cubrirla. Al acercarse para confirmar el espanto con sus ojos, el juez oyó algo.
- Es un detalle que nunca he contado: en el cassete del coche estaba sonando La vida sigue igual.
A la fiscal de acero le gustaba conducir con banda sonora, esquivar por un rato su lucha contra las letras ensangrentadas de ETA con el almíbar de las rimas de Julio Iglesias.
Carmen Tagle, con uno de sus sobrinos, en agosto de 1989, un mes antes de ser asesinada por ETA.Álbum familiar
¿La vida sigue igual?
Nada fue lo mismo tras aquel día, un martes irrecuperable en el que ETA mató por la mañana en Madrid a la fiscal Carmen Tagle y por la tarde en Bilbao al pescadero Luis Reina Mesonero. El crimen de Bilbao fue "un error irreparable", según el cínico baremo de los Derechos Humanos que aplicaba la banda. El de Madrid fue para el terrorismo un orgullo, pero hizo una muesca en el calendario de la historia: jueces y fiscales empezaron a llevar escolta, ETA inauguró una línea de atentados contra juristas (Fungairiño, Lage, Alfaro, Emperador, Querol, Portero, Tomás y Valiente), a Francia se le acumuló otra razón para colaborar, España amplió su sociología del horror y una familia quedó marcada para siempre.
- Somos creyentes, y mi hermana sigue viviendo para nosotros. Sigue existiendo, pero no sé cómo.
Como todos los 12 de septiembre, José Antonio Tagle y sus hermanos pondrán este jueves un ramo de rosas rojas en la tumba de Carmen. Y entonces lo habrán hecho 30 veces, porque este jueves hace 30 años que un pistolero de ETA acribilló a una fiscal de hierro que escribía con pluma.
El cuerpo de Carmen Tagle, tapado por una manta junto al Renault 12 donde fue acribillada por Henri Parot, el 12 de septiembre de 1989.T. Blanco
Ésta es la historia de la fiscal que pedía el cumplimiento íntegro de las condenas e incluso la ampliación del tiempo máximo de 30 años.
La que decía que en España «cuesta lo mismo apiolar a una persona que a siete».
La que mandaba comportarse en la sala a un acusado.
La que pidió procesar a Pujol o a Samaranch.
Y la que se preocupaba de que los etarras estuvieran bien alimentados porque «son personas».
Ésta es la historia de Carmen Tagle.
«Era correcta en el trato profesional, durísima en los interrogatorios y cariñosa en lo personal cuando había confianza», dice el juez Baltasar Garzón, que no olvida su implicación «absoluta» en la investigación a la cúpula y el entramado de ETA.
«Tenía un pronto agresivo. Era muy dura con los criminales y muy humana con las víctimas», dice la abogada y ex fiscal María Dolores Márquez de Prado, que no olvida a Tagle una hora antes de que la mataran.
«Era apasionada en lo personal y para acusar. Muy beligerante como fiscal», dice el abogado y ex juez Javier Gómez de Liaño, que no olvida los años en los que Tagle «llevaba tres juzgados y seguía estudiando».
«Era un encanto en lo personal, pero estricta en su trabajo. A un acusado le dijo: 'Abróchese la camisa y hable con respeto'. Y no se casaba con nadie: ni con ETA, ni con los GAL, ni con Rumasa...», dice su hermano José Antonio, que no olvida.
Las noches con Eduardo Fungairiño y Márquez de Prado viendo películas de James Bond eran un paréntesis con colegas en años de ceniza. «Me ayudaba con mi bebé lo mismo que acorralaba a los acusados. Un día, antes de la vista, Iñaki Esnaola, el abogado de ETA, me preguntó: '¿Quién entra, usted o doña Carmen?'. Le respondí que yo y dijo: 'Uff, menos mal'».
Y cuando Garzón llegó a la Audiencia Nacional, el 5 se convirtió en un juzgado sin prudencias.
Pura línea dura.
«Llevaba tiempo siendo identificada como la más dura en terrorismo. Era muy vehemente al exponer. Pero tan dura con ETA como con los GAL. Para ella, todos habían delinquido. Me decía: 'Baltasar, llevas razón: esto es una barbaridad, hay que investigar'. Y entonces era implacable. No miraba a otro lado. Y esa idea la explicitaba en arrojo y ganas de combate. Eso se veía en el juicio... y también lo veían los asesinos».
Garzón tiene una foto enmarcada de Carmen Tagle en su casa. Compartieron reuniones, viajes e investigaciones contra la cúpula y el andamiaje total de ETA. «Le dije: 'Nos vamos a Francia a demostrarles que no vamos a acogotarnos'. Y Carmen se sumó sin dudarlo: 'Vamos'».
Garzón pidió una comisión rogatoria para interrogar a dirigentes etarras presos en Francia y el juez Michel Legrand aceptó.
Entonces llegó un día clave en la vida y quién sabe si en la fin de Carmen Tagle: 16 de mayo de 1989.
Garzón, Tagle y los policías Enrique Díaz Pintado y Emiliano Calzada viajaron a París para interrogar a Elena Beloki, 'Santi Potros' y 'Josu Ternera'. Según Garzón, Beloki sólo hablaba de represión y él se lo discutía. En un momento determinado, Legrand instó a la etarra a colaborar «o la envío a España para que la torturen». Eso encendió a Garzón y a Tagle. «Le interrumpí, y ella quería intervenir. Estaba indignada con el juez y yo también. Francia no sabía qué era ETA, creía que eran soldados por la libertad del País Vasco, no terroristas. No sacamos mucho de ese interrogatorio».
No pasó lo mismo con los otros.
En el despacho de Legrand, Santi Potros hablaba de las torturas en España. Garzón alegaba que eso pasaba con Franco, pero que la España de 1989 tenía control judicial y que Amedo y Domínguez estaban en prisión. «Yo llevaba un dossier que le había pedido a la Policía con fotos de atentados. Carmen me dijo: '¡Enséñaselo ya!'. Se lo puse encima de la mesa a Legrand y lo abrió. Santi Potros dijo que eso era falso y el juez lo mandó callar. Fue un choque para Legrand. Le dije que eso era ETA y que a esos dirigentes les imputábamos esos atentados o las órdenes para cometerlos. Ahí se desbloqueó la cooperación de Francia».
- Soy fiscal y hago mi trabajo, que es investigar los crímenes de ETA y poner fin a la impunidad.
- Bueno es saber dónde está cada uno.
Garzón destaca un hecho de aquel interrogatorio. «'Josu Ternera' dijo que cuando le habláramos de las torturas en Intxaurrondo, él declararía. Carmen no oyó bien y le preguntó a Pintado qué había dicho 'Ternera'. Cuando Pintado se lo dijo, ella soltó: 'Valiente me gusta la fruta'. Probablemente 'Ternera' lo oyó, porque miró a Carmen con repruebo».
«Carmen no dijo eso. Estoy seguro. En toda mi vida le oí decir un taco. La tensión con esos etarras vino por las preguntas que les hizo y porque les decía que se limitasen a contestar», sostiene José Antonio Tagle.
Cuando, meses después, la Guardia Civil detuvo a Henry Parot, el malo de Tagle declaró que Francisco Mujika Garmendia, Pakito, le ordenó la fin de la fiscal porque siempre pedía las condenas más altas y porque, además, «estuvo en el interrogatorio de 'Josu Ternera'».
¿Se dictó el 16 de mayo de 1989 la sentencia de fin de Tagle?
Garzón: «Siempre me lo he preguntado. Carmen era un gran objetivo porque era muy dura con ETA. Y en ella ETA vio un atentado de impacto social, fácil de ejecutar, ya que era de rutinas y no llevaba escolta, y que inauguraba una estrategia de ataque contra la Justicia».
Garzón cuenta que en los últimos días sí percibió inquietud en su compañera de investigaciones. «El 10 de septiembre me dijo que esa mañana habían llamado a casa de su hermana preguntando por ella. Era una llamada de control». Para entonces, Henri Parot y Jacques Esnal llevaban varios días vigilando las rutinas de Tagle: llevar a misa a una sobrina discapacitada, ir a la Audiencia, salir del edificio para ir a comer a casa...
Martes 12 de septiembre de 1989.
Garzón sube al despacho de Tagle, pero ella había salido. «Quería hablarle de su seguridad. Se estaba exponiendo mucho».
A media mañana, José Antonio llama a su hermana desde Múnich.
- ¿Estás nerviosa?
- Ahora empieza un juicio contra unos etarras. Gordillo me ha dicho que el lunes me deja su escolta.
- Cuídate y sé buena.
- Lo mismo te digo. Un beso, hermano.
Carmen Tagle sigue trabajando y a las 14.00 horas, María Dolores Márquez de Prado se despide de ella. «Me acompañó hasta el ascensor. Y ahí quedamos para ir a ver por la tarde a una compañera que había tenido un bebé».
Una hora después, Tagle sale de la Audiencia. Dos tipos en un Volkswagen neցro observan cómo coge su Renault 12 y la siguen por Madrid hasta su casa. Las calles del barrio del Pilar se estrechan y el coche de la fiscal empieza a circular más despacio sin sospechar que la fin tiene ya prisa. Tagle llega a la altura del número 17 de la calle Julio Palacios y detiene el coche. Es una ligera rampa que da acceso al garaje.
Ella va fumando tabaco mentolado y está sonando Julio Iglesias...
Parot sale de su coche, se pone a la altura de la ventanilla del Renault 12 y empieza a disparar.
Carmen Tagle muere en el acto.
«Al día siguiente del atentado, Rafael Vera nos obligó a llevar escolta. Me dijo: 'Y usted venda su 600 rojo, que sale en todas las fotos'», recuerda Márquez de Prado.
«ETA no ha entregado las armas y está en la política. Ahora viene lo peor. Los empezarán a soltar. Parot y Esnal saldrán de la guandoca», lamenta José Antonio Tagle.
«Su crimen fue un salto cualitativo de ETA. Pero su presencia en las instituciones acabó en 2009, con la desarticulación de todo el entramado. Una cosa eran las organizaciones que estaban penetradas por ETA y otra las que aún no piden perdón, pero son legales», reflexiona Garzón.
En el entierro, un hombre lloraba profusamente lejos de la tumba. José Antonio Tagle preguntó a su familia si alguien lo conocía. Nadie sabía quién era. Así que Tagle se acercó y el hombre se presentó.
- Soy el gerente de la cafetería Manila que está al lado de la Audiencia. Su hermana era una santa. Cuando traían a un etarra, venía y me decía: '¿Están bien alimentados? El preso es una persona y merece dignidad. Prepárales una paella y me pasas la cuenta'.
- Muchas gracias por lo que me cuenta. ¿Le ha dejado algo a deber?
- Qué va. Ella siempre cumplía.
El juez Baltasar Garzón (con barba), junto a otros miembros de la Audiencia Nacional, llevan a hombros el féretro de Carmen Tagle.T. Blanco
Baltasar Garzón, con el féretro a hombros
El mundo de la Justicia colapsó unos días. Había amenazas, pero los asesinatos de los jueces Jáuregui y Mateu en 1978 eran tan 'lejanos' que nadie parecía creer realmente que la banda fuera a atentar contra las togas. Tagle fue la primera fiscal. Y mujer. Su cadáver fue velado en la misma sala del Supremo donde este año se ha celebrado el juicio al 'procés' y en 2012 Baltasar Garzón fue inhabilitado. Pero aquel día de 1989 los juristas, enfrentados algunos entre sí años después, fueron todos a una. Y sacaron el féretro a hombros: Baltasar Garzón, Roberto Hernández, Javier Gómez de Liaño, Andrés Martínez Arrieta, Ignacio Gordillo o Ismael Moreno. El año pasado, el homenaje llegó al callejero: el Ayuntamiento de Madrid colocó una placa permanente en el lugar donde Tagle fue asesinada y un parque de la capital lleva su nombre.
Los cinco rostros del plan terrorista
El pistolero. Henri Parot fue quien disparó. Ha apiolado a tantas personas que acumuló 4.000 años de condena. Cerca de cumplir 30, se prevé su libertad en 2020.
El conductor. Jacques Esnal conducía el coche del comando que siguió a Tagle para asesinarla. Se le condenó como autor y cumple cadena perpetua en Francia.
Dio la orden. 'Pakito' era el jefe militar de ETA entonces y ordenó al crimen. En 2000 fue condenado a 30 años y está en la guandoca de Zuera (Zaragoza).
El dirigente. 'Josu Ternera' era un 'capo' de ETA cuando probó la dureza de Tagle en un tirante careo. Está preso en Francia y tiene pendientes cuatro causas en España.
La cúpula. Tagle también lo acorraló a preguntas como miembro de la dirección de ETA. 'Santi Potros' pasó 31 años en la guandoca por sus crímenes. Quedó libre en 2018.
30 años del asesinato de Carmen Tagle: el azote de ETA que encargaba paella para los detenidos
El 12 de septiembre de 1989 la banda mató a una implacable fiscal antiterrorista que en mayo había interrogado con dureza a 'Josu Ternera'. Con su crimen, ETA abrió una nueva fase de atentados
Baltasar Garzón: "Si Carmen Tagle tenía que ser implacable con ETA, lo era" EL MUNDO
Cuando Javier Gómez de Liaño llegó al lugar del atentado, su amiga Carmen Tagle ya estaba en el suelo junto a su Renault 12 blanco y alguien buscaba una manta para cubrirla. Al acercarse para confirmar el espanto con sus ojos, el juez oyó algo.
- Es un detalle que nunca he contado: en el cassete del coche estaba sonando La vida sigue igual.
A la fiscal de acero le gustaba conducir con banda sonora, esquivar por un rato su lucha contra las letras ensangrentadas de ETA con el almíbar de las rimas de Julio Iglesias.
¿La vida sigue igual?
Nada fue lo mismo tras aquel día, un martes irrecuperable en el que ETA mató por la mañana en Madrid a la fiscal Carmen Tagle y por la tarde en Bilbao al pescadero Luis Reina Mesonero. El crimen de Bilbao fue "un error irreparable", según el cínico baremo de los Derechos Humanos que aplicaba la banda. El de Madrid fue para el terrorismo un orgullo, pero hizo una muesca en el calendario de la historia: jueces y fiscales empezaron a llevar escolta, ETA inauguró una línea de atentados contra juristas (Fungairiño, Lage, Alfaro, Emperador, Querol, Portero, Tomás y Valiente), a Francia se le acumuló otra razón para colaborar, España amplió su sociología del horror y una familia quedó marcada para siempre.
- Somos creyentes, y mi hermana sigue viviendo para nosotros. Sigue existiendo, pero no sé cómo.
Como todos los 12 de septiembre, José Antonio Tagle y sus hermanos pondrán este jueves un ramo de rosas rojas en la tumba de Carmen. Y entonces lo habrán hecho 30 veces, porque este jueves hace 30 años que un pistolero de ETA acribilló a una fiscal de hierro que escribía con pluma.
Ésta es la historia de la fiscal que pedía el cumplimiento íntegro de las condenas e incluso la ampliación del tiempo máximo de 30 años.
La que decía que en España «cuesta lo mismo apiolar a una persona que a siete».
La que mandaba comportarse en la sala a un acusado.
La que pidió procesar a Pujol o a Samaranch.
Y la que se preocupaba de que los etarras estuvieran bien alimentados porque «son personas».
Ésta es la historia de Carmen Tagle.
«Era correcta en el trato profesional, durísima en los interrogatorios y cariñosa en lo personal cuando había confianza», dice el juez Baltasar Garzón, que no olvida su implicación «absoluta» en la investigación a la cúpula y el entramado de ETA.
«Tenía un pronto agresivo. Era muy dura con los criminales y muy humana con las víctimas», dice la abogada y ex fiscal María Dolores Márquez de Prado, que no olvida a Tagle una hora antes de que la mataran.
«Era apasionada en lo personal y para acusar. Muy beligerante como fiscal», dice el abogado y ex juez Javier Gómez de Liaño, que no olvida los años en los que Tagle «llevaba tres juzgados y seguía estudiando».
«Era un encanto en lo personal, pero estricta en su trabajo. A un acusado le dijo: 'Abróchese la camisa y hable con respeto'. Y no se casaba con nadie: ni con ETA, ni con los GAL, ni con Rumasa...», dice su hermano José Antonio, que no olvida.
La vida profesional de Tagle empezó a complicarse en 1985, cuando llegó a la Audiencia Nacional, donde se hurgaba contra el narcotráfico, el terrorismo y la guerra sucia de Estado. Allí se hizo amiga de Márquez de Prado. «Ella estaba en el juzgado número 5 y yo en el 2. Éramos las dos únicas mujeres de la Audiencia».Ese verano mi hermana se cortó el pelo, estaba rara y nerviosa. Yo creo que mascaba la tragedia. Luego supimos que Josu Ternera dijo: 'A ésta, matarile'
José Antonio Tagle
Las noches con Eduardo Fungairiño y Márquez de Prado viendo películas de James Bond eran un paréntesis con colegas en años de ceniza. «Me ayudaba con mi bebé lo mismo que acorralaba a los acusados. Un día, antes de la vista, Iñaki Esnaola, el abogado de ETA, me preguntó: '¿Quién entra, usted o doña Carmen?'. Le respondí que yo y dijo: 'Uff, menos mal'».
Y cuando Garzón llegó a la Audiencia Nacional, el 5 se convirtió en un juzgado sin prudencias.
Pura línea dura.
«Llevaba tiempo siendo identificada como la más dura en terrorismo. Era muy vehemente al exponer. Pero tan dura con ETA como con los GAL. Para ella, todos habían delinquido. Me decía: 'Baltasar, llevas razón: esto es una barbaridad, hay que investigar'. Y entonces era implacable. No miraba a otro lado. Y esa idea la explicitaba en arrojo y ganas de combate. Eso se veía en el juicio... y también lo veían los asesinos».
Garzón tiene una foto enmarcada de Carmen Tagle en su casa. Compartieron reuniones, viajes e investigaciones contra la cúpula y el andamiaje total de ETA. «Le dije: 'Nos vamos a Francia a demostrarles que no vamos a acogotarnos'. Y Carmen se sumó sin dudarlo: 'Vamos'».
Garzón pidió una comisión rogatoria para interrogar a dirigentes etarras presos en Francia y el juez Michel Legrand aceptó.
Entonces llegó un día clave en la vida y quién sabe si en la fin de Carmen Tagle: 16 de mayo de 1989.
Garzón, Tagle y los policías Enrique Díaz Pintado y Emiliano Calzada viajaron a París para interrogar a Elena Beloki, 'Santi Potros' y 'Josu Ternera'. Según Garzón, Beloki sólo hablaba de represión y él se lo discutía. En un momento determinado, Legrand instó a la etarra a colaborar «o la envío a España para que la torturen». Eso encendió a Garzón y a Tagle. «Le interrumpí, y ella quería intervenir. Estaba indignada con el juez y yo también. Francia no sabía qué era ETA, creía que eran soldados por la libertad del País Vasco, no terroristas. No sacamos mucho de ese interrogatorio».
No pasó lo mismo con los otros.
En el despacho de Legrand, Santi Potros hablaba de las torturas en España. Garzón alegaba que eso pasaba con Franco, pero que la España de 1989 tenía control judicial y que Amedo y Domínguez estaban en prisión. «Yo llevaba un dossier que le había pedido a la Policía con fotos de atentados. Carmen me dijo: '¡Enséñaselo ya!'. Se lo puse encima de la mesa a Legrand y lo abrió. Santi Potros dijo que eso era falso y el juez lo mandó callar. Fue un choque para Legrand. Le dije que eso era ETA y que a esos dirigentes les imputábamos esos atentados o las órdenes para cometerlos. Ahí se desbloqueó la cooperación de Francia».
El interrogatorio a Josu Ternera fue tan tenso que el etarra preguntó por qué Tagle hacía preguntas comprometedoras. La propia fiscal contaría después el diálogo entre ambos:Josu Ternera dijo que sólo declararía cuando habláramos de las torturas. Carmen soltó en voz baja: 'Valiente me gusta la fruta'. Pero él lo oyó porque miró a Carmen con repruebo
Baltasar Garzón, juez
- Soy fiscal y hago mi trabajo, que es investigar los crímenes de ETA y poner fin a la impunidad.
- Bueno es saber dónde está cada uno.
Garzón destaca un hecho de aquel interrogatorio. «'Josu Ternera' dijo que cuando le habláramos de las torturas en Intxaurrondo, él declararía. Carmen no oyó bien y le preguntó a Pintado qué había dicho 'Ternera'. Cuando Pintado se lo dijo, ella soltó: 'Valiente me gusta la fruta'. Probablemente 'Ternera' lo oyó, porque miró a Carmen con repruebo».
«Carmen no dijo eso. Estoy seguro. En toda mi vida le oí decir un taco. La tensión con esos etarras vino por las preguntas que les hizo y porque les decía que se limitasen a contestar», sostiene José Antonio Tagle.
Cuando, meses después, la Guardia Civil detuvo a Henry Parot, el malo de Tagle declaró que Francisco Mujika Garmendia, Pakito, le ordenó la fin de la fiscal porque siempre pedía las condenas más altas y porque, además, «estuvo en el interrogatorio de 'Josu Ternera'».
¿Se dictó el 16 de mayo de 1989 la sentencia de fin de Tagle?
Garzón: «Siempre me lo he preguntado. Carmen era un gran objetivo porque era muy dura con ETA. Y en ella ETA vio un atentado de impacto social, fácil de ejecutar, ya que era de rutinas y no llevaba escolta, y que inauguraba una estrategia de ataque contra la Justicia».
Fuera determinante o no para su fin, aquella pugna cara a cara con los fabricantes del terror sí pareció afectar a Carmen Tagle en lo personal. «Ese verano se cortó el pelo, le cambió la fisonomía, estaba rara y nerviosa... Creo que mi hermana mascaba la tragedia. De hecho, luego supimos que Josu Ternera dijo: 'A esa, matarile, rile, rile'. Pero una cosa es que estuviera preocupada y otra que tuviera miedo. Un día le dijo a Enrique Múgica: 'Estaríamos apañados en el porvenir de las libertades si los pliegues de las togas se arrugaran por el miedo a la verdad'».Un día, antes de una vista, Iñaki Esnaola, el abogado de los etarras, me preguntó: '¿Quién entra, usted o doña Carmen?' Le respondí que yo y dijo: 'Uff, menos mal'
María Dolores Márquez de Prado, ex fiscal
Garzón cuenta que en los últimos días sí percibió inquietud en su compañera de investigaciones. «El 10 de septiembre me dijo que esa mañana habían llamado a casa de su hermana preguntando por ella. Era una llamada de control». Para entonces, Henri Parot y Jacques Esnal llevaban varios días vigilando las rutinas de Tagle: llevar a misa a una sobrina discapacitada, ir a la Audiencia, salir del edificio para ir a comer a casa...
Martes 12 de septiembre de 1989.
Garzón sube al despacho de Tagle, pero ella había salido. «Quería hablarle de su seguridad. Se estaba exponiendo mucho».
A media mañana, José Antonio llama a su hermana desde Múnich.
- ¿Estás nerviosa?
- Ahora empieza un juicio contra unos etarras. Gordillo me ha dicho que el lunes me deja su escolta.
- Cuídate y sé buena.
- Lo mismo te digo. Un beso, hermano.
Carmen Tagle sigue trabajando y a las 14.00 horas, María Dolores Márquez de Prado se despide de ella. «Me acompañó hasta el ascensor. Y ahí quedamos para ir a ver por la tarde a una compañera que había tenido un bebé».
Una hora después, Tagle sale de la Audiencia. Dos tipos en un Volkswagen neցro observan cómo coge su Renault 12 y la siguen por Madrid hasta su casa. Las calles del barrio del Pilar se estrechan y el coche de la fiscal empieza a circular más despacio sin sospechar que la fin tiene ya prisa. Tagle llega a la altura del número 17 de la calle Julio Palacios y detiene el coche. Es una ligera rampa que da acceso al garaje.
Ella va fumando tabaco mentolado y está sonando Julio Iglesias...
Parot sale de su coche, se pone a la altura de la ventanilla del Renault 12 y empieza a disparar.
Carmen Tagle muere en el acto.
«Su crimen cambió la táctica de ETA, que empezó a atentar contra la Audiencia», analiza Gómez de Liaño.Cuando me acerqué al cadáver de Carmen, en su coche estaba sonando 'La vida sigue igual'
Javier Gómez de Liaño, ex juez
«Al día siguiente del atentado, Rafael Vera nos obligó a llevar escolta. Me dijo: 'Y usted venda su 600 rojo, que sale en todas las fotos'», recuerda Márquez de Prado.
«ETA no ha entregado las armas y está en la política. Ahora viene lo peor. Los empezarán a soltar. Parot y Esnal saldrán de la guandoca», lamenta José Antonio Tagle.
«Su crimen fue un salto cualitativo de ETA. Pero su presencia en las instituciones acabó en 2009, con la desarticulación de todo el entramado. Una cosa eran las organizaciones que estaban penetradas por ETA y otra las que aún no piden perdón, pero son legales», reflexiona Garzón.
En el entierro, un hombre lloraba profusamente lejos de la tumba. José Antonio Tagle preguntó a su familia si alguien lo conocía. Nadie sabía quién era. Así que Tagle se acercó y el hombre se presentó.
- Soy el gerente de la cafetería Manila que está al lado de la Audiencia. Su hermana era una santa. Cuando traían a un etarra, venía y me decía: '¿Están bien alimentados? El preso es una persona y merece dignidad. Prepárales una paella y me pasas la cuenta'.
- Muchas gracias por lo que me cuenta. ¿Le ha dejado algo a deber?
- Qué va. Ella siempre cumplía.
Baltasar Garzón, con el féretro a hombros
El mundo de la Justicia colapsó unos días. Había amenazas, pero los asesinatos de los jueces Jáuregui y Mateu en 1978 eran tan 'lejanos' que nadie parecía creer realmente que la banda fuera a atentar contra las togas. Tagle fue la primera fiscal. Y mujer. Su cadáver fue velado en la misma sala del Supremo donde este año se ha celebrado el juicio al 'procés' y en 2012 Baltasar Garzón fue inhabilitado. Pero aquel día de 1989 los juristas, enfrentados algunos entre sí años después, fueron todos a una. Y sacaron el féretro a hombros: Baltasar Garzón, Roberto Hernández, Javier Gómez de Liaño, Andrés Martínez Arrieta, Ignacio Gordillo o Ismael Moreno. El año pasado, el homenaje llegó al callejero: el Ayuntamiento de Madrid colocó una placa permanente en el lugar donde Tagle fue asesinada y un parque de la capital lleva su nombre.
Los cinco rostros del plan terrorista
El pistolero. Henri Parot fue quien disparó. Ha apiolado a tantas personas que acumuló 4.000 años de condena. Cerca de cumplir 30, se prevé su libertad en 2020.
El conductor. Jacques Esnal conducía el coche del comando que siguió a Tagle para asesinarla. Se le condenó como autor y cumple cadena perpetua en Francia.
Dio la orden. 'Pakito' era el jefe militar de ETA entonces y ordenó al crimen. En 2000 fue condenado a 30 años y está en la guandoca de Zuera (Zaragoza).
El dirigente. 'Josu Ternera' era un 'capo' de ETA cuando probó la dureza de Tagle en un tirante careo. Está preso en Francia y tiene pendientes cuatro causas en España.
La cúpula. Tagle también lo acorraló a preguntas como miembro de la dirección de ETA. 'Santi Potros' pasó 31 años en la guandoca por sus crímenes. Quedó libre en 2018.
30 años del asesinato de Carmen Tagle: el azote de ETA que encargaba paella para los detenidos