Vlad_Empalador
Será en Octubre
Carlota García, titulada como patrona de pesca: «Mido 1,50 y en un barco grande, rodeada de hombres, tengo que demostrar como nadie mi valía»
BEA ABELAIRASFERROL / LA VOZ
FERROL CIUDAD
Carlota García González, en la Escuela Náutico-Pesquera de Ferrol José Pardo
Esta naronesa de 22 años acaba de iniciar su carrera en el mar emulando a su abuelo, Juan González, que gobernó bacaladeros en Terranova
09 nov 2022. Actualizado a las 23:46 h.
Comentar · 7
El pasado mes de abril Carlota García González terminaba sus estudios en la Escuela Náutico-Pesquera de Ferrol. Contaba con 22 años y el título de patrón de barco comercial, pero aún tuvo que pasar cuatro meses de prácticas en un remolcador: «Estaba muy contenta en el remolcador de Ferrol, porque me enseñaron muy bien, llevaba el barco por dónde me mandaban en la ría, pero quería seguir trabajando y tener un empleo», cuenta, en una de sus escasas horas libres, mientras navega por el Mediterráneo. Ahora mismo Carlota tiene un contrato de estudiante en un ferri que tras*porta pasajeros, camiones y coches.
En este viaje espera seguir acumulando las horas de trabajo que le faltan para ejercer como patrona de altura. «Estoy en el puente y trabajo en cubierta, esto es lo más duro: tenemos que trabajar mucho cada vez que llegamos a puerto, pero yo puedo con lo que me echen», explica este miércoles, en la mitad de una larga jornada en la que apenas ha tenido unas horas con cobertura en el móvil.
Carlota, en un remolcador de Ferrol
Carlota no regresará a Galicia hasta finales de mes y, casi de inmediato, comenzará a buscar más empleos para acumular la experiencia que le permita hacer realidad su sueño de ir al mando de un pesquero de altura: «Ahora navego en un buque comercial de tras*porte, pero mi objetivo es ir en un atunero, creo que voy a ser una buena patrona, porque tengo mucha determinación, muchas ganas de conseguirlo». No se amilana ante casi nada: «Claro que tienes que hacer que confíen en ti, porque somos muchas menos chicas y mido 1,50 metros, así que puede que en algunas tripulaciones es normal que se pregunten si puedo».
En el puente del ferri en el que trabaja ahora mismo
Vocación como su abuelo
La vocación por hacerse a la mar le viene de su abuelo, Juan González, que trabajó en la marina mercante y también se enroló en los bacaladeros que hacían campañas en Terranova. «Mi abuelo estaría muy orgulloso, pero desgraciadamente murió hace dos años —rememora mientras se escucha el trajín imponente del barco—. Él me contaba tantas historias del mar, de este trabajo que siempre quise hacerlo».
En el puente del ferri en el que pasará cuatro meses
«Con vocación, da igual si eres chico o chica y yo siempre he tenido compañeros estupendos»
Carlota echa de menos a su familia, pero cuando regrese, su principal cometido será conseguir un nuevo contrato para volver al mar. «Con vocación da igual si eres chico o chica, yo siempre he tenido compañeros estupendos, desde la escuela, aunque si tienes apoyos siempre es más fácil conseguir oportunidades y yo me metí en este sector sin apoyos», confiesa.
Su gran amuleto es una seguridad de la que hace gala constantemente: «Yo sé que valgo y que lo puedo demostrar ante cualquier tripulación, solo tienen que darme la oportunidad». Carlota no descarta seguir estudiando y rematar la carrera de la marina mercante, pero por ahora se nota que disfruta cada etapa. «Me gusta muchísimo este trabajo, sobre todo estar en el puente, que es para lo que estudié en la escuela de Ferrol, cuando hice prácticas en el remolcador me fue de maravilla», cuenta poco antes de despedirse para rematar la jornada de trabajo en el puente del enorme ferri en el que pasará más de cuatro meses lejos de casa.
FERROL CIUDAD
Carlota García González, en la Escuela Náutico-Pesquera de Ferrol José Pardo
Esta naronesa de 22 años acaba de iniciar su carrera en el mar emulando a su abuelo, Juan González, que gobernó bacaladeros en Terranova
09 nov 2022. Actualizado a las 23:46 h.
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El pasado mes de abril Carlota García González terminaba sus estudios en la Escuela Náutico-Pesquera de Ferrol. Contaba con 22 años y el título de patrón de barco comercial, pero aún tuvo que pasar cuatro meses de prácticas en un remolcador: «Estaba muy contenta en el remolcador de Ferrol, porque me enseñaron muy bien, llevaba el barco por dónde me mandaban en la ría, pero quería seguir trabajando y tener un empleo», cuenta, en una de sus escasas horas libres, mientras navega por el Mediterráneo. Ahora mismo Carlota tiene un contrato de estudiante en un ferri que tras*porta pasajeros, camiones y coches.
En este viaje espera seguir acumulando las horas de trabajo que le faltan para ejercer como patrona de altura. «Estoy en el puente y trabajo en cubierta, esto es lo más duro: tenemos que trabajar mucho cada vez que llegamos a puerto, pero yo puedo con lo que me echen», explica este miércoles, en la mitad de una larga jornada en la que apenas ha tenido unas horas con cobertura en el móvil.
Carlota, en un remolcador de Ferrol
Carlota no regresará a Galicia hasta finales de mes y, casi de inmediato, comenzará a buscar más empleos para acumular la experiencia que le permita hacer realidad su sueño de ir al mando de un pesquero de altura: «Ahora navego en un buque comercial de tras*porte, pero mi objetivo es ir en un atunero, creo que voy a ser una buena patrona, porque tengo mucha determinación, muchas ganas de conseguirlo». No se amilana ante casi nada: «Claro que tienes que hacer que confíen en ti, porque somos muchas menos chicas y mido 1,50 metros, así que puede que en algunas tripulaciones es normal que se pregunten si puedo».
En el puente del ferri en el que trabaja ahora mismo
Vocación como su abuelo
La vocación por hacerse a la mar le viene de su abuelo, Juan González, que trabajó en la marina mercante y también se enroló en los bacaladeros que hacían campañas en Terranova. «Mi abuelo estaría muy orgulloso, pero desgraciadamente murió hace dos años —rememora mientras se escucha el trajín imponente del barco—. Él me contaba tantas historias del mar, de este trabajo que siempre quise hacerlo».
En el puente del ferri en el que pasará cuatro meses
«Con vocación, da igual si eres chico o chica y yo siempre he tenido compañeros estupendos»
Carlota echa de menos a su familia, pero cuando regrese, su principal cometido será conseguir un nuevo contrato para volver al mar. «Con vocación da igual si eres chico o chica, yo siempre he tenido compañeros estupendos, desde la escuela, aunque si tienes apoyos siempre es más fácil conseguir oportunidades y yo me metí en este sector sin apoyos», confiesa.
Su gran amuleto es una seguridad de la que hace gala constantemente: «Yo sé que valgo y que lo puedo demostrar ante cualquier tripulación, solo tienen que darme la oportunidad». Carlota no descarta seguir estudiando y rematar la carrera de la marina mercante, pero por ahora se nota que disfruta cada etapa. «Me gusta muchísimo este trabajo, sobre todo estar en el puente, que es para lo que estudié en la escuela de Ferrol, cuando hice prácticas en el remolcador me fue de maravilla», cuenta poco antes de despedirse para rematar la jornada de trabajo en el puente del enorme ferri en el que pasará más de cuatro meses lejos de casa.