Wüstenfuchs
Generalfeldmarschall
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Dos años y medio después del inicio de la guerra, con decenas de miles de muertos y Rusia avanzando en el este, algunos ucranianos se plantean una pregunta que hasta hace poco era tabú: ¿ha llegado el momento de intentar negociar?
Las encuestas de opinión muestran que el apoyo a algún tipo de negociaciones con Moscú ha ido en aumento desde que la contraofensiva ucraniana del año pasado no logró recuperar un territorio significativo, aunque la mayoría de los ucranianos todavía dicen que quieren seguir luchando para recuperar todo el territorio ocupado por Rusia. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que espera utilizar el territorio que Kiev ha confiscado en la región rusa de Kursk como palanca para un acuerdo de paz.
Pero un grupo clave sigue siendo particularmente escéptico sobre cualquier acuerdo con Rusia: los militares. Una encuesta reciente concluyó que sólo el 18% de los veteranos y miembros en servicio activo del ejército creían que Ucrania debería intentar poner fin a la guerra mediante negociaciones, el porcentaje más bajo de todos los grupos demográficos del estudio. El 15% de los soldados y veteranos dijeron que se unirían a una protesta armada si Kiev firmara un tratado de paz con el que no estuvieran de acuerdo.
“En la sociedad occidental y, sin duda, en la sociedad ucraniana, hay una sensación de cansancio por la guerra”, afirmó el coronel Andriy Biletskiy, comandante de una de las brigadas más grandes de Ucrania. “No es el momento más optimista para Ucrania, pero no se ha producido ninguna catástrofe militar. Esta guerra no está perdida”.
En una entrevista con The Wall Street Journal, Biletskiy dijo que no le correspondía opinar sobre cuál sería un acuerdo de paz adecuado, lo que calificó de cuestión política. Pero dijo que decidió hablar públicamente, algo que rara vez ha hecho desde el inicio de la oleada turística en febrero de 2022, en respuesta al cambio de ánimo nacional, que, según él, estaba perjudicando la motivación de las tropas en el frente.
Biletskiy, de 45 años, es una figura polarizadora, ex comandante del Batallón de voluntarios Azov, algunos de cuyos miembros han adoptado ideologías de ultraderecha y han utilizado símbolos como esvásticas. Biletskiy, que se considera conservador, niega haber tenido ideas o afiliaciones nazis. Estados Unidos levantó recientemente una prohibición de ayuda militar a la unidad.
En Ucrania, Biletskiy también es influyente, especialmente dentro del ejército: ex miembro del parlamento y fundador de la Tercera Brigada de Asalto, una de las unidades militares más respetadas de Ucrania.
Desde una perspectiva militar, afirmó, Ucrania no necesitaba buscar un alto el fuego. Aunque Kiev ha sufrido algunas derrotas durante el último año, las calificó de relativamente menores y agregó que Rusia todavía tenía muchos problemas propios: una fuerza de combate mal entrenada y la falta de oficiales de bajo nivel han significado que la mayoría de sus avances, como la captura de la ciudad oriental de Avdiivka a principios de este año, se han producido con bajas masivas.
Una carretera conduce a las ciudades de primera línea cerca de Pokrovsk en Ucrania.
El coronel Andriy Biletskiy dijo que, desde una perspectiva militar, Ucrania no necesitaba buscar un alto el fuego.
“Ucrania puede recuperar al menos una parte muy importante de los territorios”, afirmó. “Veo un gran peligro en detener la guerra de forma aleatoria”.
La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir pilinguin, dijo que estaba abierto a las conversaciones de paz, pero sólo en términos que Ucrania había descartado anteriormente como inviables.
En entrevistas, soldados y veteranos, muchos de los cuales han estado combatiendo desde que Rusia invadió de manera encubierta el este de Ucrania en 2014, expresaron escepticismo sobre la posibilidad de pausar el conflicto. Muchos estaban convencidos de que pilinguin solo aprovecharía una pausa en el combate para reequipar al ejército ruso y luego invadiría de nuevo. Otros dijeron que el sacrificio de los camaradas caídos habría sido en vano si Ucrania simplemente aceptara entregar territorio a Rusia.
Ivan Panchenko, un veterano de 42 años que comenzó a luchar en 2014 y fue dado de baja tras una lesión en el campo de batalla el año pasado, dijo que se opondría a cualquier plan que entregara territorio ucraniano.
“Rusia ha forzado decenas de tratados internacionales en los últimos 30 años; un acuerdo con ellos no sirve de nada”, afirmó. “Si queremos una paz que dure mucho tiempo, tenemos que hacerles el mayor daño posible”.
Aunque las encuestas muestran que el público en general también sigue siendo escéptico respecto de los acuerdos con pilinguin, muchos (especialmente los más jóvenes) están dispuestos a aceptar una paz imperfecta para detener la guerra.
Alla Pronina, una maestra de 33 años de la ciudad sudoriental de Zaporizhia, dijo que había empezado a reconsiderar la posibilidad de negociar después de la contraofensiva del año pasado. Ahora, con su marido lejos de casa, combatiendo, está dispuesta a ceder todo el territorio que Rusia ocupa actualmente a cambio de la paz.
“¿A dónde podemos llegar con esta guerra?”, dijo.
La maestra Alla Pronina dijo que está dispuesta a renunciar a todo el territorio que Rusia ocupa actualmente a cambio de la paz.
Las encuestas de opinión muestran que el apoyo a algún tipo de negociaciones con Moscú ha ido en aumento desde que la contraofensiva ucraniana del año pasado no logró recuperar un territorio significativo, aunque la mayoría de los ucranianos todavía dicen que quieren seguir luchando para recuperar todo el territorio ocupado por Rusia. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, dijo que espera utilizar el territorio que Kiev ha confiscado en la región rusa de Kursk como palanca para un acuerdo de paz.
Pero un grupo clave sigue siendo particularmente escéptico sobre cualquier acuerdo con Rusia: los militares. Una encuesta reciente concluyó que sólo el 18% de los veteranos y miembros en servicio activo del ejército creían que Ucrania debería intentar poner fin a la guerra mediante negociaciones, el porcentaje más bajo de todos los grupos demográficos del estudio. El 15% de los soldados y veteranos dijeron que se unirían a una protesta armada si Kiev firmara un tratado de paz con el que no estuvieran de acuerdo.
“En la sociedad occidental y, sin duda, en la sociedad ucraniana, hay una sensación de cansancio por la guerra”, afirmó el coronel Andriy Biletskiy, comandante de una de las brigadas más grandes de Ucrania. “No es el momento más optimista para Ucrania, pero no se ha producido ninguna catástrofe militar. Esta guerra no está perdida”.
En una entrevista con The Wall Street Journal, Biletskiy dijo que no le correspondía opinar sobre cuál sería un acuerdo de paz adecuado, lo que calificó de cuestión política. Pero dijo que decidió hablar públicamente, algo que rara vez ha hecho desde el inicio de la oleada turística en febrero de 2022, en respuesta al cambio de ánimo nacional, que, según él, estaba perjudicando la motivación de las tropas en el frente.
Biletskiy, de 45 años, es una figura polarizadora, ex comandante del Batallón de voluntarios Azov, algunos de cuyos miembros han adoptado ideologías de ultraderecha y han utilizado símbolos como esvásticas. Biletskiy, que se considera conservador, niega haber tenido ideas o afiliaciones nazis. Estados Unidos levantó recientemente una prohibición de ayuda militar a la unidad.
En Ucrania, Biletskiy también es influyente, especialmente dentro del ejército: ex miembro del parlamento y fundador de la Tercera Brigada de Asalto, una de las unidades militares más respetadas de Ucrania.
Desde una perspectiva militar, afirmó, Ucrania no necesitaba buscar un alto el fuego. Aunque Kiev ha sufrido algunas derrotas durante el último año, las calificó de relativamente menores y agregó que Rusia todavía tenía muchos problemas propios: una fuerza de combate mal entrenada y la falta de oficiales de bajo nivel han significado que la mayoría de sus avances, como la captura de la ciudad oriental de Avdiivka a principios de este año, se han producido con bajas masivas.
El coronel Andriy Biletskiy dijo que, desde una perspectiva militar, Ucrania no necesitaba buscar un alto el fuego.“Ucrania puede recuperar al menos una parte muy importante de los territorios”, afirmó. “Veo un gran peligro en detener la guerra de forma aleatoria”.
La semana pasada, el presidente ruso, Vladimir pilinguin, dijo que estaba abierto a las conversaciones de paz, pero sólo en términos que Ucrania había descartado anteriormente como inviables.
En entrevistas, soldados y veteranos, muchos de los cuales han estado combatiendo desde que Rusia invadió de manera encubierta el este de Ucrania en 2014, expresaron escepticismo sobre la posibilidad de pausar el conflicto. Muchos estaban convencidos de que pilinguin solo aprovecharía una pausa en el combate para reequipar al ejército ruso y luego invadiría de nuevo. Otros dijeron que el sacrificio de los camaradas caídos habría sido en vano si Ucrania simplemente aceptara entregar territorio a Rusia.
Ivan Panchenko, un veterano de 42 años que comenzó a luchar en 2014 y fue dado de baja tras una lesión en el campo de batalla el año pasado, dijo que se opondría a cualquier plan que entregara territorio ucraniano.
“Rusia ha forzado decenas de tratados internacionales en los últimos 30 años; un acuerdo con ellos no sirve de nada”, afirmó. “Si queremos una paz que dure mucho tiempo, tenemos que hacerles el mayor daño posible”.
Aunque las encuestas muestran que el público en general también sigue siendo escéptico respecto de los acuerdos con pilinguin, muchos (especialmente los más jóvenes) están dispuestos a aceptar una paz imperfecta para detener la guerra.
Alla Pronina, una maestra de 33 años de la ciudad sudoriental de Zaporizhia, dijo que había empezado a reconsiderar la posibilidad de negociar después de la contraofensiva del año pasado. Ahora, con su marido lejos de casa, combatiendo, está dispuesta a ceder todo el territorio que Rusia ocupa actualmente a cambio de la paz.
“¿A dónde podemos llegar con esta guerra?”, dijo.
La maestra Alla Pronina dijo que está dispuesta a renunciar a todo el territorio que Rusia ocupa actualmente a cambio de la paz.
