El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Después de morir su abuelo, Cristina bromeó con su abuela un tiempo: “Venga, abuela, búscate un novio”. Su respuesta, siempre: ”Uno tuve, harta quedé“. Dice Cristina que ya lo dice también Karol G: “Que estar soltera está de moda”. Karol G nació en 1991, la abuela de Cristina, en el 33, Cristina, en el 79. Una viuda y dos solteras en tres generaciones a través de casi seis décadas que han servido no exactamente para que estar soltera esté de moda, sino para que las muyeres, si quieren, lo estén. Y cada vez quieren estarlo más aquellas con la edad en la que la sociedad (aún) supone que no deberían estarlo: a partir de los 30.
¿La razón? Un armazón nuevo que va quebrando el anterior cada vez más: la ruptura con la idea de que, para ser del todo, las muyeres tienen que ser en relación a un hombre. Ellas lo cuentan de múltiples formas.
Ana, de 48 años y de Barcelona: “En los últimos años ya no me siento presionada y soy la mar de feliz viviendo sola. Si llegara algún día alguien, sería estupendo; si no, no sufro”. Liliana Amaya, de 52 y de Bogotá: ”Estoy soltera por una decisión consciente. Aunque durante muchos años anhelé tener una pareja, casarme y formar una familia, no logré identificarme emocional ni intelectualmente con mis parejas”. Valeria Schapira, de 54, de Buenos Aires: “Me casé a los 30 porque era muy vieja para estar soltera y me divorcié a los 34 porque era muy joven para estar esposada“.
Pilar, de 38 y de Ciudad Real: “Me han llegado a decir que soy una yegua salvaje sin domar. A los años, esos mismos hombres me han dicho: ‘Ay, todavía no has encontrado ese hombre que sea capaz de domarte’. Ser independiente, autosuficiente, feminista y con las ideas claras hace que el número de posibles candidatos a pareja disminuya, por no decir desaparezca”. O Silvia, de Madrid, con 46: “Me gustan los hombres pero no nos llevamos por eso de que ‘calladita estás más guapa“.
Así una y otra y otra hasta casi 80 muyeres, las que han querido contar sus motivos para estar solteras a este periódico.
Detrás de sus historias late una frase que el demógrafo Albert Esteve intenta recordar durante unos segundos: “Ah, sí, que los hombres buscan muyeres que ya no existen y las muyeres hombres que aún no existen”. Él, director del Centro de Estudios Demográficos-CED y director de Investigación en el Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, traseriliza, entre otras cosas, la formación de la pareja y los mercados matrimoniales.
Y ahí están...