Heteropatriarca
Madmaxista
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Solo hará una excepción con tres, que tendrán que aguantar su aliento alchohólico. Tras leer el artículo sustituid la palabra "hombres" por musvlmán o g1tan0 y tendréis un artículo de extrema derecha.
Por qué dejé de tratar con hombres
Me siento a escribir este artículo después de conocer la noticia de que, en menos de 24 horas, un hombre ha asesinado y descuartizado a su pareja y sus dos hijos en Las Pedroñeras (Cuenca); otro hombre ha apiolado su exnovia y a la progenitora de esta en Zafarraya (Granada); y un tercer hombre ha estrangulado a su pareja en Fuengirola (Málaga). Ya nadie se pregunta por las razones de estos crímenes.
(Porque la razón es machismo-patriarcado-ultraderecha. Si intentas buscar causas en una religión atrasada o drojacicción o cualquier otra cosa eres un franco-pantano-ultraderecha)
Las mujeres conocemos bien la violencia machista. Todas, absolutamente todas, la hemos vivido de una manera u otra. La gran mayoría, de forma reiterada. Conocemos la violencia sensual, la violencia médica y sanitaria, la obstétrica, las múltiples violencias de la calle y los espacios públicos, la violencia digital y la económica, la violencia laboral y el brutal machismo inherente a nuestra sociedades, un machismo ahora rampante y desacomplejado.
Es lo habitual. Los hombres acostumbran a seguir relacionándose con sus amigos maltratadores después no solo de conocer su violencia, sino incluso de haberla admitido públicamente. Hasta tal punto la impunidad. O sea, el maltratador no recibe ningún castigo social entre sus iguales hombres. Esto se llama complicidad con la violencia, y es una de las principales razones por las que la violencia machista permanece intacta en nuestra sociedad.
Hace ya algunos años decidí no volver a tratar con ningún sujeto de ese tipo, con ningún hombre o mujer que siguiera manteniendo una relación de amistad con un agresor. A día de hoy prácticamente no trato con hombres. Me preguntan por qué, me llaman odiadora, creen que tengo algo contra los machos en general. Sin embargo, la explicación es mucho más simple: si tú has maltratado a una mujer o sigues teniendo una relación de amistad con el hombre que lo ha hecho, sencillamente no volveré a tratar contigo. Lo curioso es que me quedan muchas, muchísimas mujeres cerca. Hombres, más o menos tres.
Por qué dejé de tratar con hombres
Me siento a escribir este artículo después de conocer la noticia de que, en menos de 24 horas, un hombre ha asesinado y descuartizado a su pareja y sus dos hijos en Las Pedroñeras (Cuenca); otro hombre ha apiolado su exnovia y a la progenitora de esta en Zafarraya (Granada); y un tercer hombre ha estrangulado a su pareja en Fuengirola (Málaga). Ya nadie se pregunta por las razones de estos crímenes.
(Porque la razón es machismo-patriarcado-ultraderecha. Si intentas buscar causas en una religión atrasada o drojacicción o cualquier otra cosa eres un franco-pantano-ultraderecha)
Las mujeres conocemos bien la violencia machista. Todas, absolutamente todas, la hemos vivido de una manera u otra. La gran mayoría, de forma reiterada. Conocemos la violencia sensual, la violencia médica y sanitaria, la obstétrica, las múltiples violencias de la calle y los espacios públicos, la violencia digital y la económica, la violencia laboral y el brutal machismo inherente a nuestra sociedades, un machismo ahora rampante y desacomplejado.
Es lo habitual. Los hombres acostumbran a seguir relacionándose con sus amigos maltratadores después no solo de conocer su violencia, sino incluso de haberla admitido públicamente. Hasta tal punto la impunidad. O sea, el maltratador no recibe ningún castigo social entre sus iguales hombres. Esto se llama complicidad con la violencia, y es una de las principales razones por las que la violencia machista permanece intacta en nuestra sociedad.
Hace ya algunos años decidí no volver a tratar con ningún sujeto de ese tipo, con ningún hombre o mujer que siguiera manteniendo una relación de amistad con un agresor. A día de hoy prácticamente no trato con hombres. Me preguntan por qué, me llaman odiadora, creen que tengo algo contra los machos en general. Sin embargo, la explicación es mucho más simple: si tú has maltratado a una mujer o sigues teniendo una relación de amistad con el hombre que lo ha hecho, sencillamente no volveré a tratar contigo. Lo curioso es que me quedan muchas, muchísimas mujeres cerca. Hombres, más o menos tres.