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Será en Octubre
Una divorciada en el juicio: «Mis hijas tienen gastos elevados en estética y ropa de marca»
ALBERTO MAHÍAA CORUÑA / LA VOZ
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María Pedreda
La mujer pedía una mayor pensión y el juez le replicó que «hacer comprender a los hijos esa nueva realidad forma parte de su formación o educación»
26 oct 2023. Actualizado a las 10:38 h.
Comentar · 25
Una pareja coruñesa decidió el año pasado poner fin a su matrimonio. Siendo padres de dos hijas menores, el titular del Juzgado de Primera Instancia número 3, una vez que escuchó a las partes, decidió que la mujer tendría la custodia de las pequeñas. Hasta ahí, todos conformes. El problema surgió cuando hubo que buscar un acuerdo sobre lo que el hombre tendría que abonar. Con un sueldo neto de 2.500 euros, le impusieron una pensión alimenticia a cada una de sus hijas de 250 euros y de 400 euros como compensatoria a su exesposa durante 4 años.
La sentencia de divorcio no gustó a ninguno de los dos, y ambos la recurrieron ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de A Coruña. Él consideró «desproporcionada» la pensión compensatoria hacia su exmujer, al entender que «no existe desequilibrio que justifique el establecimiento de dicha medida, aunque sea con carácter temporal». Ella, por su parte, se mostró disconforme con la cuantía de la pensión alimenticia de sus hijas, solicitando que sea de 400 euros a cada una. Explica que las crías, de 17 y 14 años, «tienen gastos elevados en estética y ropa de marca a los cuales no deben ser obligadas a renunciar por la ruptura de sus padres». Solicitó, además, que la distribución de los gastos extraordinarios «se realice en un 70 % - 30 % y no a partes iguales».
En la demanda, el hombre quiso convencer al juez de que el divorcio supuso para él un duro quebranto económico. Detalló que cobra 2.500 euros, que al irse de casa tuvo que alquilar un apartamento de 400. Y, si a eso sumamos las pensiones a sus hijas y a su exmujer, le quedan 1.200 libres. A eso hay que sumar, añadió, todos los gastos comunes, facturas y pagos sobrevenidos. No solo eso. Explicó que su expareja lleva 28 años trabajando como autónoma, tiene la casa familiar en propiedad y acaba de recibir una herencia de cuatro fincas urbanas y varias rústicas.
Contra eso, la mujer replicó que, pese a ser autónoma de larga duración, durante dos años se dedicó en exclusiva al cuidado de sus hijas. Además, recordó que la herencia recibida le supuso afrontar un pago en impuestos de casi 300.000 euros, por lo que tuvo que pedir un crédito.
Incremento de gastos
El juez, tras oír ambas versiones, les dio la razón en algunas cosas y se las quitó en otras. Así, en cuanto a la afirmación de la mujer sobre los elevados gastos en ropa de marca y estética, el tribunal le respondió que «este argumento no se comparte, porque toda ruptura conlleva normalmente un incremento de los gastos que deben afrontarse con los mismos ingresos y ello exige una adaptación a las nuevas circunstancias por parte de todos los miembros de la familia, no solo por los progenitores. Decir lo contrario es negar la realidad, y hacer comprender a los hijos esa nueva realidad forma parte de su formación o educación».
Sobre la petición materna de un aumento de la pensión alimenticia a las niñas, el juez lo deniega. Entiende que «muchas de las necesidades de las hijas están cubiertas por la propia explotación agraria de la progenitora, tal y como ella ha afirmado; sus gastos educativos son escasos porque van a un colegio público y utilizan el tras*porte escolar gratuito, y las necesidades de vivienda están cubiertas por la casa que tiene la demandante en propiedad. En estas circunstancias, consideramos que la cuantía de 250 euros a cada una es adecuada y proporcionada».
En cuanto a la reducción de la pensión compensatoria solicitada por el hombre, el tribunal lo deniega. Reconoce que la mujer heredó un gran patrimonio, «pero le ha generado la deuda tributaria mencionada y para cuyo pago ha solicitado un préstamo a la familia de su exmarido con un plazo de devolución de dos años. Por tanto, se mantiene la pensión de 400 euros, pero será solo durante los próximos dos años, y no cuatro como se dijo en primera instancia».
ALBERTO MAHÍAA CORUÑA / LA VOZ
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María Pedreda
La mujer pedía una mayor pensión y el juez le replicó que «hacer comprender a los hijos esa nueva realidad forma parte de su formación o educación»
26 oct 2023. Actualizado a las 10:38 h.
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Una pareja coruñesa decidió el año pasado poner fin a su matrimonio. Siendo padres de dos hijas menores, el titular del Juzgado de Primera Instancia número 3, una vez que escuchó a las partes, decidió que la mujer tendría la custodia de las pequeñas. Hasta ahí, todos conformes. El problema surgió cuando hubo que buscar un acuerdo sobre lo que el hombre tendría que abonar. Con un sueldo neto de 2.500 euros, le impusieron una pensión alimenticia a cada una de sus hijas de 250 euros y de 400 euros como compensatoria a su exesposa durante 4 años.
La sentencia de divorcio no gustó a ninguno de los dos, y ambos la recurrieron ante la sección quinta de la Audiencia Provincial de A Coruña. Él consideró «desproporcionada» la pensión compensatoria hacia su exmujer, al entender que «no existe desequilibrio que justifique el establecimiento de dicha medida, aunque sea con carácter temporal». Ella, por su parte, se mostró disconforme con la cuantía de la pensión alimenticia de sus hijas, solicitando que sea de 400 euros a cada una. Explica que las crías, de 17 y 14 años, «tienen gastos elevados en estética y ropa de marca a los cuales no deben ser obligadas a renunciar por la ruptura de sus padres». Solicitó, además, que la distribución de los gastos extraordinarios «se realice en un 70 % - 30 % y no a partes iguales».
En la demanda, el hombre quiso convencer al juez de que el divorcio supuso para él un duro quebranto económico. Detalló que cobra 2.500 euros, que al irse de casa tuvo que alquilar un apartamento de 400. Y, si a eso sumamos las pensiones a sus hijas y a su exmujer, le quedan 1.200 libres. A eso hay que sumar, añadió, todos los gastos comunes, facturas y pagos sobrevenidos. No solo eso. Explicó que su expareja lleva 28 años trabajando como autónoma, tiene la casa familiar en propiedad y acaba de recibir una herencia de cuatro fincas urbanas y varias rústicas.
Contra eso, la mujer replicó que, pese a ser autónoma de larga duración, durante dos años se dedicó en exclusiva al cuidado de sus hijas. Además, recordó que la herencia recibida le supuso afrontar un pago en impuestos de casi 300.000 euros, por lo que tuvo que pedir un crédito.
Incremento de gastos
El juez, tras oír ambas versiones, les dio la razón en algunas cosas y se las quitó en otras. Así, en cuanto a la afirmación de la mujer sobre los elevados gastos en ropa de marca y estética, el tribunal le respondió que «este argumento no se comparte, porque toda ruptura conlleva normalmente un incremento de los gastos que deben afrontarse con los mismos ingresos y ello exige una adaptación a las nuevas circunstancias por parte de todos los miembros de la familia, no solo por los progenitores. Decir lo contrario es negar la realidad, y hacer comprender a los hijos esa nueva realidad forma parte de su formación o educación».
Sobre la petición materna de un aumento de la pensión alimenticia a las niñas, el juez lo deniega. Entiende que «muchas de las necesidades de las hijas están cubiertas por la propia explotación agraria de la progenitora, tal y como ella ha afirmado; sus gastos educativos son escasos porque van a un colegio público y utilizan el tras*porte escolar gratuito, y las necesidades de vivienda están cubiertas por la casa que tiene la demandante en propiedad. En estas circunstancias, consideramos que la cuantía de 250 euros a cada una es adecuada y proporcionada».
En cuanto a la reducción de la pensión compensatoria solicitada por el hombre, el tribunal lo deniega. Reconoce que la mujer heredó un gran patrimonio, «pero le ha generado la deuda tributaria mencionada y para cuyo pago ha solicitado un préstamo a la familia de su exmarido con un plazo de devolución de dos años. Por tanto, se mantiene la pensión de 400 euros, pero será solo durante los próximos dos años, y no cuatro como se dijo en primera instancia».
