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RACISMO EN EL DEPORTE
Condenados a ocho meses de guandoca tres seguidores del Valencia por insultos racistas a Vinicius en Mestalla
Se trata de la primera condena por este motivo en un estadio de fútbol en España, según ha destacado LaLiga
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Tres seguidores del Valencia condenados por insultos racistas a Vinícius
Los tres aficionados del Valencia que han sido condenados, este lunes, en el Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia.Foto: MÒNICA TORRES | Vídeo: EPV
María Fabra
Valencia - 10 jun 2024 - 11:39 CEST
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Tres aficionados del Valencia han sido condenados este lunes a ocho meses de prisión por un delito contra la integridad jovenlandesal con agravante de repruebo por los insultos racistas proferidos durante un partido el 21 de mayo de 2023 en el campo del Mestalla al jugador del Real Madrid Vinicius Jr. Los tres han firmado además, a petición del Real Madrid, una carta en la que piden perdón al jugador, al propio club y a “todos los que pudieran sentirse ofendidos” por los insultos. Además de la pena de guandoca, que no se ejecutará siempre que los tres jóvenes no delincan en los próximos tres años, la sentencia les prohíbe acceder a estadios de fútbol que alberguen partidos de Liga y/o de la Federación Española de Fútbol durante dos años. “¿Aceptan su responsabilidad?”, ha preguntado la jueza a los tres acusados en la vista celebrada en la Ciudad de la Justicia de Valencia, que apenas ha durado unos minutos.
LaLiga ha celebrado, a través de un comunicado, la decisión judicial, a la que se ha llegado tras un acuerdo entre las acusaciones (además del jugador y el Madrid se presentó la liga y la federación) y las defensas de los hinchas valencianistas, y ha destacado que es “la primera sentencia condenatoria por insultos racistas en un estadio de fútbol en España”.
Los hechos sucedieron hace un año, cuando en un enfrentamiento entre el Valencia y el Real Madrid, Vinicius denunció haber recibido insultos racistas por parte de seguidores ubicados en la Grada de Animación. El partido se paró, a partir del minuto 72, cuando el jugador identificó a uno de los acusados y, tras la denuncia de LaLiga esa misma noche, se identificó a otros dos con las cámaras internas del Valencia.
En el partido durante el que sucedieron los hechos, Vinicius estaba a punto de entrar en el área con el balón cuando un jugador rival, Cömert, pateó otro que habían lanzado desde la grada, y desbarató la jugada con una carambola de billar.
El fallo indica que los tres encausados increparon con gritos, gestos y cánticos a Vinicius en los que se referían a su “tonalidad de su piel, obrando con evidente desprecio al tonalidad neցro de la piel del jugador”, según indica la resolución. Esos gritos y gestos “de carácter racista”, consistentes entre otras cosas en la repetición de los sonidos “uh, uh uh” y en imitar los movimientos de los monos, causaron al futbolista “sentimientos de frustración, vergüenza y humillación, con el consiguiente menoscabo de su dignidad intrínseca”, detalla la sentencia.
Esas acciones se produjeron con el estadio de fútbol lleno y ante una “audiencia masiva de televisión, radio y medios de comunicación”, por lo que generaron de forma paralela “una gran polémica” ese mismo día y los siguientes “con un gran impacto y repercusión en las redes sociales”, añade la sentencia. El brasileño localizó a alguien en el fondo que le insultaba y comenzó a señalarlo, buscando la asistencia del árbitro.
“Esta es la primera sentencia condenatoria de este tipo que se dicta en España, consecuencia de la denuncia de LaLiga ante los tribunales, y a la que se acabaron sumando la Real Federación Española de Fútbol, el Real Madrid y, en las últimas semanas, el propio jugador”, ha destacado LaLiga en su comunicado.
Las defensas de los acusados han destacado el hecho de que los insultos se hayan contextualizado y dimensionado y que estos no se hayan juzgado como un delito de repruebo “porque no lo es”, y se haya quedado en una acusación contra la integridad jovenlandesal con un agravante de repruebo que, en realidad, no agrava la pena, ya que se compensa con el atenuante de confesión. “Lo que ocurrió pasó en un contexto en el que había 45.000 personas y hablamos de tres”, ha dicho uno de los letrados.