cuñado de bar
Hablando sin tener ni idea
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La UE extiende la obligación de solidaridad a los Estados miembros sin conexión directa de gasoductos, como España.
La era de los recortes de energía no ha acabado ni mucho menos. Y Europa acaba de dejarlo claro en una nueva comunicación a los Estados miembros. La Comisión Europea se prepara ya para endurecer más los recortes de gas natural, mencionando el caso de algunos países, especialmente España, con una gran capacidad de regasificación, y anticipa sanciones para los Estados miembros que no colaboren.
Bruselas ha propuesto un nuevo reglamento de emergencia para abordar los altos precios del gas en la UE y "garantizar la seguridad del suministro este invierno", afirma la Comisión. "Esto se hará a través de la compra conjunta de gas, mecanismos de limitación de precios en el intercambio de gas TTF, nuevas medidas sobre el uso tras*parente de la infraestructura y la solidaridad entre los Estados miembros, y los esfuerzos continuos para reducir la demanda de gas", detalla su comunicación.
Las cuatro claves de Bruselas
El reglamento contiene los siguientes elementos principales. El plan, en primer lugar, para "agregar la demanda de la UE y la compra conjunta de gas para negociar mejores precios y reducir el riesgo de que los Estados miembros se prohíban mutuamente en el mercado mundial, al tiempo que se garantiza la seguridad del suministro en toda la UE".
En segundo lugar, el documento europeo quiere "crear un nuevo punto de referencia de precios de GNL (gas natural licuado) para marzo de 2023; y a corto plazo proponer un mecanismo de corrección de precios para establecer un límite dinámico de precios para las tras*acciones en la bolsa de gas TTF, y una banda temporal para evitar picos extremos de precios en los mercados de derivados". Es decir, avanzar en la intervención de precios, algo que las gasistas, obviamente repercutirán por la puerta de atrás a todos los consumidores.
Pero, sobre todo, el documento avanza en una serie de puntos de los que no se había hablado hasta ahora: la imperatividad del ahorro y hasta las sanciones.
Así, el tercer punto incluye las "normas de solidaridad por defecto entre los Estados miembros en caso de escasez de suministro, extendiendo la obligación de solidaridad a los Estados miembros sin conexión directa de gasoductos para involucrar también a aquellos con instalaciones de GNL". Este último caso es, literalmente, el de España: un país con muy alta capacidad regasificadora y de reservas de GNL, pero ausencia de gasoductos suficientes para exportar el gas hacia el norte de Europa.
El cuarto punto habla, además, de "crear un mecanismo para la asignación de gas para los Estados miembros afectados por una emergencia de suministro de gas regional o de la Unión". Y de hacerlo "en combinación con medidas ya acordadas sobre la reducción de la demanda de gas y electricidad, el almacenamiento de gas y la redistribución de los beneficios excedentes del sector energético" con el fin de "mejorar la estabilidad en los mercados europeos de gas este invierno y más allá". Bruselas afirma que "las medidas también ayudarán a mitigar aún más la presión sobre los precios que sienten los ciudadanos europeos y la industria, al tiempo que garantizan la seguridad del suministro y un mercado interior que funcione". Y anticipa que la Comisión continuará su trabajo en otras áreas, incluida la revisión del Marco de Crisis Temporal de Ayudas de Estado a finales de este mes, y un "mayor desarrollo de formas de limitar el impacto de los altos precios del gas en los precios de la electricidad".
Evitar la fragmentación del mercado único
Pero, sobre todo, "la Comisión llevará a cabo una evaluación de las necesidades para acelerar la tras*ición de la energía limpia y evitar la fragmentación en el mercado único, con el fin de hacer propuestas para mejorar la potencia de fuego financiero de la UE para REPowerEU" y para "mejorar la tras*parencia de las compras de suministro de gas previstas y concluidas, con el fin de evaluar si se cumplen los objetivos de seguridad del suministro y solidaridad energética". Es decir, que el sistema de control se incrementará. Porque "la Comisión debe ser informada antes de la conclusión de cualquier compra de gas o memorando de entendimiento por encima de un volumen de 5TWh y puede emitir una recomendación en caso de un impacto potencialmente negativo en el funcionamiento de las compras conjuntas, el mercado interior, la seguridad del suministro o la solidaridad energética".
Y, por si quedara poco claro el sistema de control europeo hacia el que se avanza, Bruselas "propone una intervención más específica en los precios del gas de mercado" y "establecer normas por incumplimiento. Esto garantizará que cualquier Estado miembro que se enfrente a una emergencia reciba gas de otros a cambio de una compensación justa. La obligación de proporcionar solidaridad se extenderá a los Estados miembros no relacionados con instalaciones de GNL, siempre que el gas pueda tras*portarse al Estado miembro donde sea necesario".
La era de los recortes de energía no ha acabado ni mucho menos. Y Europa acaba de dejarlo claro en una nueva comunicación a los Estados miembros. La Comisión Europea se prepara ya para endurecer más los recortes de gas natural, mencionando el caso de algunos países, especialmente España, con una gran capacidad de regasificación, y anticipa sanciones para los Estados miembros que no colaboren.
Bruselas ha propuesto un nuevo reglamento de emergencia para abordar los altos precios del gas en la UE y "garantizar la seguridad del suministro este invierno", afirma la Comisión. "Esto se hará a través de la compra conjunta de gas, mecanismos de limitación de precios en el intercambio de gas TTF, nuevas medidas sobre el uso tras*parente de la infraestructura y la solidaridad entre los Estados miembros, y los esfuerzos continuos para reducir la demanda de gas", detalla su comunicación.
Las cuatro claves de Bruselas
El reglamento contiene los siguientes elementos principales. El plan, en primer lugar, para "agregar la demanda de la UE y la compra conjunta de gas para negociar mejores precios y reducir el riesgo de que los Estados miembros se prohíban mutuamente en el mercado mundial, al tiempo que se garantiza la seguridad del suministro en toda la UE".
En segundo lugar, el documento europeo quiere "crear un nuevo punto de referencia de precios de GNL (gas natural licuado) para marzo de 2023; y a corto plazo proponer un mecanismo de corrección de precios para establecer un límite dinámico de precios para las tras*acciones en la bolsa de gas TTF, y una banda temporal para evitar picos extremos de precios en los mercados de derivados". Es decir, avanzar en la intervención de precios, algo que las gasistas, obviamente repercutirán por la puerta de atrás a todos los consumidores.
Pero, sobre todo, el documento avanza en una serie de puntos de los que no se había hablado hasta ahora: la imperatividad del ahorro y hasta las sanciones.
Así, el tercer punto incluye las "normas de solidaridad por defecto entre los Estados miembros en caso de escasez de suministro, extendiendo la obligación de solidaridad a los Estados miembros sin conexión directa de gasoductos para involucrar también a aquellos con instalaciones de GNL". Este último caso es, literalmente, el de España: un país con muy alta capacidad regasificadora y de reservas de GNL, pero ausencia de gasoductos suficientes para exportar el gas hacia el norte de Europa.
El cuarto punto habla, además, de "crear un mecanismo para la asignación de gas para los Estados miembros afectados por una emergencia de suministro de gas regional o de la Unión". Y de hacerlo "en combinación con medidas ya acordadas sobre la reducción de la demanda de gas y electricidad, el almacenamiento de gas y la redistribución de los beneficios excedentes del sector energético" con el fin de "mejorar la estabilidad en los mercados europeos de gas este invierno y más allá". Bruselas afirma que "las medidas también ayudarán a mitigar aún más la presión sobre los precios que sienten los ciudadanos europeos y la industria, al tiempo que garantizan la seguridad del suministro y un mercado interior que funcione". Y anticipa que la Comisión continuará su trabajo en otras áreas, incluida la revisión del Marco de Crisis Temporal de Ayudas de Estado a finales de este mes, y un "mayor desarrollo de formas de limitar el impacto de los altos precios del gas en los precios de la electricidad".
Evitar la fragmentación del mercado único
Pero, sobre todo, "la Comisión llevará a cabo una evaluación de las necesidades para acelerar la tras*ición de la energía limpia y evitar la fragmentación en el mercado único, con el fin de hacer propuestas para mejorar la potencia de fuego financiero de la UE para REPowerEU" y para "mejorar la tras*parencia de las compras de suministro de gas previstas y concluidas, con el fin de evaluar si se cumplen los objetivos de seguridad del suministro y solidaridad energética". Es decir, que el sistema de control se incrementará. Porque "la Comisión debe ser informada antes de la conclusión de cualquier compra de gas o memorando de entendimiento por encima de un volumen de 5TWh y puede emitir una recomendación en caso de un impacto potencialmente negativo en el funcionamiento de las compras conjuntas, el mercado interior, la seguridad del suministro o la solidaridad energética".
Y, por si quedara poco claro el sistema de control europeo hacia el que se avanza, Bruselas "propone una intervención más específica en los precios del gas de mercado" y "establecer normas por incumplimiento. Esto garantizará que cualquier Estado miembro que se enfrente a una emergencia reciba gas de otros a cambio de una compensación justa. La obligación de proporcionar solidaridad se extenderá a los Estados miembros no relacionados con instalaciones de GNL, siempre que el gas pueda tras*portarse al Estado miembro donde sea necesario".
Bruselas se prepara para endurecer más los recortes de energía en España e imponer sanciones a los que no colaboren
La UE extiende la obligación de solidaridad a los Estados miembros sin conexión directa de gasoductos, como España.
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