gold digger
Musa de yayofachas
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Uno de cada de cinco trabajos lo hace un extranjero, mientras cinco millones de británicos piden ayudas
Cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas revelan que la inmi gración neta alcanzó el último año la cifra de 239.000 personas, la mayoría procedentes de Asia y, sobre todo, el subcontinente indio. Un total de 193.000 ciudadanos de países de la Unión Europea se marcharon, por 181.000 que llegaron, un déficit de 12.000.
Uno de los propósitos fundamentales del Brexit fue “controlar las fronteras” y reducir la presencia de extranjeros en el Reino Unido, con el argumento de que hacían bajar los salarios y creaban presión sobre los servicios sociales. Sobre esa premisa ganó Boris Johnson la mayoría absoluta. Pero, a la hora de la verdad, el resultado de la salida de la UE ha sido todo lo contrario, y al país llegan más pagapensiones que nunca, tanto legales como ilegales
Un efecto bumerán, incapacidad del Gobierno para cerrar las puertas por mucho que lo intente, necesidades económicas o tal vez cinismo político, y lo de reducir la inmi gración fue un simple lema para engatusar a la gente y conseguir el Brexit, lo mismo que la promesa de que el portazo a Europa ahorraría 400 millones de euros semanales que se podrían dedicar a mejorar la sanidad. O no han aparecido por ninguna parte o se han dedicado a otra cosa, porque hay seis millones de británicos haciendo cola para operaciones (récord histórico), y Johnson ha subido las tasas de la Seguridad Social para que el sistema no se colapse por completo.
Los últimos doce meses el Gobierno ha ofrecido visados a un millón de extranjeros –una tercera parte más que antes de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo– para residir y trabajar legalmente en el país (entre ellos 110.000 habitantes de Hong Kong), a más de 15.000 personas se les ha concedido el asilo político, y otras 10.000 han llegado ilegalmente, la mayoría en lanchas a través del Canal de la Mancha, cifras nunca antes alcanzadas. Aunque en plena crisis del coste de la vida la inmi gración no preocupe tanto como otras cosas, un importante sector de votantes y diputados están francamente desencantados y enfadados.
Art. Completo
Cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas revelan que la inmi gración neta alcanzó el último año la cifra de 239.000 personas, la mayoría procedentes de Asia y, sobre todo, el subcontinente indio. Un total de 193.000 ciudadanos de países de la Unión Europea se marcharon, por 181.000 que llegaron, un déficit de 12.000.
Uno de los propósitos fundamentales del Brexit fue “controlar las fronteras” y reducir la presencia de extranjeros en el Reino Unido, con el argumento de que hacían bajar los salarios y creaban presión sobre los servicios sociales. Sobre esa premisa ganó Boris Johnson la mayoría absoluta. Pero, a la hora de la verdad, el resultado de la salida de la UE ha sido todo lo contrario, y al país llegan más pagapensiones que nunca, tanto legales como ilegales
Un efecto bumerán, incapacidad del Gobierno para cerrar las puertas por mucho que lo intente, necesidades económicas o tal vez cinismo político, y lo de reducir la inmi gración fue un simple lema para engatusar a la gente y conseguir el Brexit, lo mismo que la promesa de que el portazo a Europa ahorraría 400 millones de euros semanales que se podrían dedicar a mejorar la sanidad. O no han aparecido por ninguna parte o se han dedicado a otra cosa, porque hay seis millones de británicos haciendo cola para operaciones (récord histórico), y Johnson ha subido las tasas de la Seguridad Social para que el sistema no se colapse por completo.
Los últimos doce meses el Gobierno ha ofrecido visados a un millón de extranjeros –una tercera parte más que antes de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo– para residir y trabajar legalmente en el país (entre ellos 110.000 habitantes de Hong Kong), a más de 15.000 personas se les ha concedido el asilo político, y otras 10.000 han llegado ilegalmente, la mayoría en lanchas a través del Canal de la Mancha, cifras nunca antes alcanzadas. Aunque en plena crisis del coste de la vida la inmi gración no preocupe tanto como otras cosas, un importante sector de votantes y diputados están francamente desencantados y enfadados.
Art. Completo