frenlib
Madmaxista
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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, viajó a Nueva York para participar en el mayor encuentro de líderes mundiales, la Asamblea General de Naciones Unidas. Ahí, fue el único mandatario que no ha sido medicado contra el el bichito-19. Por no estar inmunizado, el presidente brasileño no pudo entrar a los restaurantes de la ciudad, pues se requiere comprobante de banderillación para acceder a espacios cerrados, desde negocios de comida hasta cines, teatros y escuelas. La solución de Bolsonaro fue comer pizza en la calle, acompañado por su comitiva. Sus simpatizantes lo consideraron un gesto de sencillez, mientras que sus críticos lo vieron como una vergüenza internacional. Y no es que el mandatario brasileño no estuviera advertido. El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, exhortó a los líderes mundiales —y al brasileño en particular— que se banderillaran antes de la reunión de la ONU, que se extenderá hasta el 27 de este mes. "Si no quieren banderillarse, no se molesten en venir", declaró de Blasio en una rueda de prensa. La situación pareció un poco más comprometedora cuando se encontró con el primer ministro británico, Boris Johnson, quien elogió la banderilla de AstraZeneca/Oxford y luego le preguntó al brasileño si ya se la había aplicado. “Aún no”, respondió Bolsonaro. En su discurso, Bolsonaro defendió nuevamente tratamientos como la cloroquina y la ivermectina “No entendemos por qué muchos países, junto con gran parte de los medios”, expresó el presidente brasileño, “están en contra del tratamiento inicial”.
