kirods
Madmaxista
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De sus manuscritos personales:
"Más de un millón de hermanos nuestros, de andaluces expulsados inicuamente de su solar -las causas de los pueblos jamás prescriben- hay esparcidos desde Tánger a Damasco, según comunicaba hace un año uno de nuestros más esforzados paladines, el infatigable y culto Gil Benumeya. El recuerdo de la Patria (…) lejos de esfumarse, se aviva cada día. Ellos constituyen, con el reconocimiento de los pueblos fraternos, que los mantienen en su hospitalidad, la élite de la sangre y del espíritu de esos países. Yo he convivido con ellos, he sufrido con ellos, he aspirado con ellos la esperanza de nuestra común redención porque esta redención o será común o no será nunca.
El año 1924 me determiné a reanudar las peregrinaciones que nuestros padres hicieron durante algún tiempo a la tumba de uno de los hombres más representativos del espíritu de nuestra tierra, Abu-l-Qasim ibn Abbad, rey verdadero de Sevilla, Córdoba, Málaga y el Algarbe. El último peregrino había sido un hijo de mi serranía de Ronda, Aljatib, ministro del sultán de Granada, en el siglo XIV. Seis siglos sin que Andalucía enviase ya su “saudad” por uno de sus hijos al sepulcro del Rey poeta que murió en el destierro lejano invocándola en sus versos dolorosos.
Merced a una serie de coincidencias afortunadas (…) pude llegar a encontrar la tumba del Rey en el derruido cementerio de Agmhat, al sur de Marraquech, en la vertiente sobre jovenlandia del Alto Atlas."
“El pueblo andaluz fue arrojado de su Patria (…) por los reyes españoles y unos jovenlandesan todavía en hermanos, pero extraños países y otros, los que quedaron y los que volvieron, los jornaleros moriscos que habitan el antiguo solar, son apartados inexorablemente de la tierra que enseñorean aún los conquistadores. Y es preciso unir a unos y otros. Los tiempos cada día serán más propicios. En este aspecto, hay un andalucismo como hay un sionismo. Nosotros tenemos, también, que reconstruir una Sión”.
BLAS INFANTE Y EL ISLAM | Identidad Andaluza
"El Profeta de nuestros antepasados de Al-Andalus que, como todos los profetas, será nuestro profeta, (se refiere Blas Infante a Muhammad -s.a.s.-), y el de todos los hombres libres en tanto cuanto digan la verdad, anunció esta verdad incontrovertible: “¡Ay del día en que un espíritu no comprenda a otro espíritu. Porque el espíritu es espíritu como la luz es luz!”
Blas Infante y el Islam
Dejó la semilla perversa de su conversión en el himno de Andalucía:
"Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos".
"Progresista" de "izquierdas" iluminado que no tuvo otra cosa que hacer que convertirse al Islam, cambiarse el nombre y renunciar a su herencia castellana por su espíritu pesimista nacido de la generación del 98. Volvemos a lo mismo.
"Más de un millón de hermanos nuestros, de andaluces expulsados inicuamente de su solar -las causas de los pueblos jamás prescriben- hay esparcidos desde Tánger a Damasco, según comunicaba hace un año uno de nuestros más esforzados paladines, el infatigable y culto Gil Benumeya. El recuerdo de la Patria (…) lejos de esfumarse, se aviva cada día. Ellos constituyen, con el reconocimiento de los pueblos fraternos, que los mantienen en su hospitalidad, la élite de la sangre y del espíritu de esos países. Yo he convivido con ellos, he sufrido con ellos, he aspirado con ellos la esperanza de nuestra común redención porque esta redención o será común o no será nunca.
El año 1924 me determiné a reanudar las peregrinaciones que nuestros padres hicieron durante algún tiempo a la tumba de uno de los hombres más representativos del espíritu de nuestra tierra, Abu-l-Qasim ibn Abbad, rey verdadero de Sevilla, Córdoba, Málaga y el Algarbe. El último peregrino había sido un hijo de mi serranía de Ronda, Aljatib, ministro del sultán de Granada, en el siglo XIV. Seis siglos sin que Andalucía enviase ya su “saudad” por uno de sus hijos al sepulcro del Rey poeta que murió en el destierro lejano invocándola en sus versos dolorosos.
Merced a una serie de coincidencias afortunadas (…) pude llegar a encontrar la tumba del Rey en el derruido cementerio de Agmhat, al sur de Marraquech, en la vertiente sobre jovenlandia del Alto Atlas."
“El pueblo andaluz fue arrojado de su Patria (…) por los reyes españoles y unos jovenlandesan todavía en hermanos, pero extraños países y otros, los que quedaron y los que volvieron, los jornaleros moriscos que habitan el antiguo solar, son apartados inexorablemente de la tierra que enseñorean aún los conquistadores. Y es preciso unir a unos y otros. Los tiempos cada día serán más propicios. En este aspecto, hay un andalucismo como hay un sionismo. Nosotros tenemos, también, que reconstruir una Sión”.
BLAS INFANTE Y EL ISLAM | Identidad Andaluza
"El Profeta de nuestros antepasados de Al-Andalus que, como todos los profetas, será nuestro profeta, (se refiere Blas Infante a Muhammad -s.a.s.-), y el de todos los hombres libres en tanto cuanto digan la verdad, anunció esta verdad incontrovertible: “¡Ay del día en que un espíritu no comprenda a otro espíritu. Porque el espíritu es espíritu como la luz es luz!”
Blas Infante y el Islam
Dejó la semilla perversa de su conversión en el himno de Andalucía:
"Los andaluces queremos volver a ser lo que fuimos".
"Progresista" de "izquierdas" iluminado que no tuvo otra cosa que hacer que convertirse al Islam, cambiarse el nombre y renunciar a su herencia castellana por su espíritu pesimista nacido de la generación del 98. Volvemos a lo mismo.