Paco Dos
Forero Paco Demier
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- 29 Mar 2021
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Felipe González Helguera soñaba con independizarse y Juana le animaba, pero había que hacerlo con cierta lógica, sin pisar en el vacío, asumiendo un riesgo calculado. Era un hombre pragmático que tenía como instinto no correr riesgos. Sin abandonar el trabajo en la finca de la viuda Araceli Benjumea que vivía en Heliópolis, compró tres vacas y con el consentimiento del guarda de la vieja caseta en lo que hoy es el Barrio de Reina Mercedes montó con chapas de uralita una pequeña cuadra. El proyecto fue inviable a causa de las denuncias de los vecinos, y él mismo se lo había planteado como algo provisional.
Apenas tuvo tiempo para lamentarse del fracaso, porque el azar y un amigo le llevaron hasta la Venta Ruiz regentada por Manuel Ruíz situada en la salida de Sevilla hacia Cádiz donde entro en trato con el hermano de este Rafael Ruiz Vega del que se haría socio en el negocio de compraventa de vacas y toros lechetales, de buena raza lechera que importaba desde Santander, Bélgica y Holanda. Al lado de la Venta Ruiz había una nave en que podía alojar bien una docena de vacas. En aquellos días Felipe sólo buscaba un lugar donde poner sus vacas, éstas eran la base para un futuro sin sobresaltos. El dueño de la Venta era también el dueño de la nave y casa vecina. El hombre no parecía muy dispuesto a alquilarla porque había tenido dos experiencias desafortunadas, pero en la conversación se dio cuenta de que el vaquero santanderino era un hombre de ley y se la alquiló. La cuadra fue una excelente plataforma para que Felipe pudiera montar una pequeña trama de negocios de compraventa de vacas, unas veces solo y otras a medias con su socio Rafael Ruiz. Allí había un pequeño ruedo donde enseñar los ejemplares a posibles compradores. Estabuladas en otra cuadra tenía las lecheras, porque la venta de leche en los alrededores y en su barrio de Heliópolis se convirtió en una de las bases del negocio.
Cuando estaba planeando la instalación de la vaquería en la Venta Ruiz se encontró con don Jesús Murciano, un dentista sevillano de carácter abierto y simpático que le invitó a tomar un fino con unas aceitunas en la Venta de Antequera en Bellavista. Le propuso hacerse cargo de las vacas que poseía. Petición que fue rechazaba porque sus pensamientos iban en otra dirección.
Al poco tiempo inició el negocio junto a la venta Ruiz y a la barriada de Guadaira donde vivía “la chacha” de su hijo Felipe Antonia Muñoz. Al consolidar su propia vaquería en la barriada de Guadaira Felipe González Helguera se independizó de su trabajo con Araceli Benjumea en 1941.
La familia González Márquez ahorra lo suficiente como para comprar un gran solar en 1948 en la barriada de Bellavista en las afueras de la capital, casa apta también como vivienda, para tener un garaje y una nave de vacas, pues da a dos calles. Allí Felipe González Helguera trasladó su actividad a la barriada de Bellavista Calle Rosas 17 esquina con Ávila e instala su vaquería con 10 a 12 vacas. Más tarde en 1952 toda la familia se traslada desde los Pisos Municipales a vivir a Bellavista donde ya la casa estaba perfectamente habitable. Los hijos varones acudían al colegio del Claret y las hijas acudieron a otro de niñas que se encuentra enfrente de la Doctrina Cristina. En Bellavista residiría por más de 30 años la familia. De sus cuatro hijos sólo el hijo Felipe llegó a la universidad. El nivel económico de la familia era modesto, pero permitía a su hijo Felipe, quien al tiempo ayudaba a su padre trabajando en la vaquería, hacer el bachillerato como alumno con los Padres Claretianos en un colegio que tienen estos en el barrio sevillano de Heliópolis. Felipe Hijo estuvo en Rasines un verano con la familia de su padre y en otra ocasión a decir de sus compañeros de la infancia estuvo en un curso celebrado en la provincia de Soria de la OJE de la que fue Jefe de una Centuria. Esta Organización Juvenil tenía su local precisamente en los bajos de los Pisos Municipales de Heliópolis donde durante cerca de 15 años residió la familia González Márquez en Sevilla.
Felipe hijo, no se mostró dispuesto para la ingeniería, e incluso después de dejar el Colegio Claret para estudiar Preu llegó a repetir curso, pero decidió su interés hacia los estudios jurídicos y pudo completar la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla fue por la tenacidad de su progenitora Juana Márquez Domínguez, que siempre confió en su talento y le apoyó desde el primer momento.
Juana para ayudar a la familia había instalado una tienda de ultramarinos en su casa de Bellavista Felipe hijo acudía a las clases de derecho con un coche Opel propiedad de su padre, otras veces utilizaba la pequeña furgoneta DKV que le servía a su padre para trasladar las vacas. Juana Márquez falleció el 20 de abril de 1981, tras una penosa enfermedad de cáncer óseo.
Felipe González Helguera fue un trabajador incansable, que no disponía de tiempo mientras criaba a sus hijos para tomarse unas vacaciones con la familia en la playa. Los hermanos González solían pasar sus vacaciones de verano en Villarrasa, el pueblo de Huelva donde nació su progenitora y otras veces pasaban unas semanas con sus primos de la Puebla del Río donde vivía el hermano de su padre Manuel González y estaba la tita Lola dedicados a la confitería.
Felipe González Helguera a diferencia de su esposa Juana Márquez Domínguez, sí conocería el triunfo electoral de su hijo Felipe González Márquez en las elecciones generales de 1982 que ganó el PSOE, que le llevaron a la Presidencia del Gobierno con una mayoría absoluta en el Parlamento. Se mantuvo como Presidente del Gobierno de España hasta 1996, revalidando su triunfo en las urnas en 1986, 1989 y 1993
Felipe padre tenía una casa en el barrio Sevillano de la Juncal y allí estableció de mayor su residencia. Dos años después de la fin de su esposa con edad de 74 años contrajo matrimonio en la parroquia de la Juncal con Ildefonsa García Suárez, quien había vivido muchos años en Lepe (Huelva) , de 68 años prima lejana de su primera esposa Juana Márquez en la parroquia de la Juncal. El 13 de marzo de 1999 fallece Felipe González Helguera en Sevilla a los 90 años.
Apenas tuvo tiempo para lamentarse del fracaso, porque el azar y un amigo le llevaron hasta la Venta Ruiz regentada por Manuel Ruíz situada en la salida de Sevilla hacia Cádiz donde entro en trato con el hermano de este Rafael Ruiz Vega del que se haría socio en el negocio de compraventa de vacas y toros lechetales, de buena raza lechera que importaba desde Santander, Bélgica y Holanda. Al lado de la Venta Ruiz había una nave en que podía alojar bien una docena de vacas. En aquellos días Felipe sólo buscaba un lugar donde poner sus vacas, éstas eran la base para un futuro sin sobresaltos. El dueño de la Venta era también el dueño de la nave y casa vecina. El hombre no parecía muy dispuesto a alquilarla porque había tenido dos experiencias desafortunadas, pero en la conversación se dio cuenta de que el vaquero santanderino era un hombre de ley y se la alquiló. La cuadra fue una excelente plataforma para que Felipe pudiera montar una pequeña trama de negocios de compraventa de vacas, unas veces solo y otras a medias con su socio Rafael Ruiz. Allí había un pequeño ruedo donde enseñar los ejemplares a posibles compradores. Estabuladas en otra cuadra tenía las lecheras, porque la venta de leche en los alrededores y en su barrio de Heliópolis se convirtió en una de las bases del negocio.
Cuando estaba planeando la instalación de la vaquería en la Venta Ruiz se encontró con don Jesús Murciano, un dentista sevillano de carácter abierto y simpático que le invitó a tomar un fino con unas aceitunas en la Venta de Antequera en Bellavista. Le propuso hacerse cargo de las vacas que poseía. Petición que fue rechazaba porque sus pensamientos iban en otra dirección.
Al poco tiempo inició el negocio junto a la venta Ruiz y a la barriada de Guadaira donde vivía “la chacha” de su hijo Felipe Antonia Muñoz. Al consolidar su propia vaquería en la barriada de Guadaira Felipe González Helguera se independizó de su trabajo con Araceli Benjumea en 1941.
La familia González Márquez ahorra lo suficiente como para comprar un gran solar en 1948 en la barriada de Bellavista en las afueras de la capital, casa apta también como vivienda, para tener un garaje y una nave de vacas, pues da a dos calles. Allí Felipe González Helguera trasladó su actividad a la barriada de Bellavista Calle Rosas 17 esquina con Ávila e instala su vaquería con 10 a 12 vacas. Más tarde en 1952 toda la familia se traslada desde los Pisos Municipales a vivir a Bellavista donde ya la casa estaba perfectamente habitable. Los hijos varones acudían al colegio del Claret y las hijas acudieron a otro de niñas que se encuentra enfrente de la Doctrina Cristina. En Bellavista residiría por más de 30 años la familia. De sus cuatro hijos sólo el hijo Felipe llegó a la universidad. El nivel económico de la familia era modesto, pero permitía a su hijo Felipe, quien al tiempo ayudaba a su padre trabajando en la vaquería, hacer el bachillerato como alumno con los Padres Claretianos en un colegio que tienen estos en el barrio sevillano de Heliópolis. Felipe Hijo estuvo en Rasines un verano con la familia de su padre y en otra ocasión a decir de sus compañeros de la infancia estuvo en un curso celebrado en la provincia de Soria de la OJE de la que fue Jefe de una Centuria. Esta Organización Juvenil tenía su local precisamente en los bajos de los Pisos Municipales de Heliópolis donde durante cerca de 15 años residió la familia González Márquez en Sevilla.
Felipe hijo, no se mostró dispuesto para la ingeniería, e incluso después de dejar el Colegio Claret para estudiar Preu llegó a repetir curso, pero decidió su interés hacia los estudios jurídicos y pudo completar la carrera de Derecho en la Universidad de Sevilla fue por la tenacidad de su progenitora Juana Márquez Domínguez, que siempre confió en su talento y le apoyó desde el primer momento.
Juana para ayudar a la familia había instalado una tienda de ultramarinos en su casa de Bellavista Felipe hijo acudía a las clases de derecho con un coche Opel propiedad de su padre, otras veces utilizaba la pequeña furgoneta DKV que le servía a su padre para trasladar las vacas. Juana Márquez falleció el 20 de abril de 1981, tras una penosa enfermedad de cáncer óseo.
Felipe González Helguera fue un trabajador incansable, que no disponía de tiempo mientras criaba a sus hijos para tomarse unas vacaciones con la familia en la playa. Los hermanos González solían pasar sus vacaciones de verano en Villarrasa, el pueblo de Huelva donde nació su progenitora y otras veces pasaban unas semanas con sus primos de la Puebla del Río donde vivía el hermano de su padre Manuel González y estaba la tita Lola dedicados a la confitería.
Felipe González Helguera a diferencia de su esposa Juana Márquez Domínguez, sí conocería el triunfo electoral de su hijo Felipe González Márquez en las elecciones generales de 1982 que ganó el PSOE, que le llevaron a la Presidencia del Gobierno con una mayoría absoluta en el Parlamento. Se mantuvo como Presidente del Gobierno de España hasta 1996, revalidando su triunfo en las urnas en 1986, 1989 y 1993
Felipe padre tenía una casa en el barrio Sevillano de la Juncal y allí estableció de mayor su residencia. Dos años después de la fin de su esposa con edad de 74 años contrajo matrimonio en la parroquia de la Juncal con Ildefonsa García Suárez, quien había vivido muchos años en Lepe (Huelva) , de 68 años prima lejana de su primera esposa Juana Márquez en la parroquia de la Juncal. El 13 de marzo de 1999 fallece Felipe González Helguera en Sevilla a los 90 años.
