Cirujano de hierro
Será en Octubre
El nombre del bar no puede ser otra cosa que un nombre de viejo que no sea Paco, en este caso para la denominación de la tasca se elige el apelativo de Marcelino con la coletilla paquil de VINOS Y ULTRAPORCINOS dejando claro desde el principio qué tipo de productos vas a ofrecer y a que clase de clientes selectos te vas a dirigir. Los detalles son importantes y en lo que se refiere al mobiliario se va a hacer énfasis en los pequeños detalles, si como decoración se restaura una vieja báscula para darle un aspecto vintage hipster para modernitos, el resultado va a reflejar un intenso y embriagador olor a platano de viejo con reuma.
La estética del dueño debe ser acorde con el nombre del establecimiento, esto es, porcinismo con aire escopetero paletovoxero, por mucho que entre la clientela se encuentre alguna petarda televisiva descendiente de médicos psiquiatras franquistas que ahora va de progre y le pone un nombre de mascota a su hijo porque este es estulto.
La clientela más asidua la forman los langostos Paco de cosa prejubilados de Iberia y de banca desde los 55 años y que van a ver si le tiran la ficha a alguna granny, suelen vestir con ropa pija rancia que les compra su mujer en el Cortefiel como pantalones de colorines estilo Jaime de Marichalar para diferenciarse de los platanovieja auténticos. La conclusión que se saca tras visitar un establecimiento así es que da igual que te claven mucho más dinero que en un bar Paco de cosa normal, da igual que pongan el precio de las raciones de ibéricos en pizarritas guays con el marco barnizado, la esencia del paquismo hostelero en España es tras*versal, tus clientes aunque sean langostos rentistas con dinero que se dejan los cuartos en tu bar, van a tener el llavero enganchado al pasador del pantalón y tu bar no dejará de ser un sitio PACO de cosa.
La estética del dueño debe ser acorde con el nombre del establecimiento, esto es, porcinismo con aire escopetero paletovoxero, por mucho que entre la clientela se encuentre alguna petarda televisiva descendiente de médicos psiquiatras franquistas que ahora va de progre y le pone un nombre de mascota a su hijo porque este es estulto.
La clientela más asidua la forman los langostos Paco de cosa prejubilados de Iberia y de banca desde los 55 años y que van a ver si le tiran la ficha a alguna granny, suelen vestir con ropa pija rancia que les compra su mujer en el Cortefiel como pantalones de colorines estilo Jaime de Marichalar para diferenciarse de los platanovieja auténticos. La conclusión que se saca tras visitar un establecimiento así es que da igual que te claven mucho más dinero que en un bar Paco de cosa normal, da igual que pongan el precio de las raciones de ibéricos en pizarritas guays con el marco barnizado, la esencia del paquismo hostelero en España es tras*versal, tus clientes aunque sean langostos rentistas con dinero que se dejan los cuartos en tu bar, van a tener el llavero enganchado al pasador del pantalón y tu bar no dejará de ser un sitio PACO de cosa.
Última edición: