Von Riné
Madmaxista
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Adiós a los petardos: estas son las ciudades que han prohibido los fuegos artificiales en aras del bienestar animal
El impacto de la pirotecnia (petardos y fuegos artificiales) en personas con autismo y animales ha llevado a numerosas ciudades españolas a prohibir o restringir su uso, optando por alternativas más seguras
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El sonido ensordecedor de los petardos, tan habitual en cualquier tipo de festividad, ha provocado que cada vez más personas y organizaciones se planteen si este tipo de celebraciones son seguras. Aunque para muchos los fuegos artificiales son un espectáculo visual y acústico atractivo, para otros se han convertido en una auténtica pesadilla. Entre ellas, están las personas con sensibilidad auditiva, como aquellas dentro del espectro autista, sufren las consecuencias de este tipo de eventos. Sin embargo, los más afectados son, sin duda, los animales.
Las mascotas y otros animales domésticos o salvajes tienen un oído mucho más agudo que los humanos. Esto los hace extremadamente sensibles a los ruidos fuertes, lo que les provoca episodios de ansiedad, estrés e incluso daños físicos. Durante las fiestas, es habitual que los veterinarios alerten sobre el aumento de consultas relacionadas con problemas en perros, gatos y aves domésticas debido al estruendo causado por la pirotecnia. De hecho, no son raros los casos de animales que, al asustarse, intentan huir y terminan expuestos a situaciones de peligro, como atropellos
Una de las ciudades pioneras en tomar medidas para reducir el uso de fuegos artificiales con alto impacto sonoro ha sido Barcelona. El Ayuntamiento ha trabajado en colaboración con organizaciones de bienestar animal para implementar restricciones durante festividades como Sant Joan o Nochevieja, promoviendo alternativas más seguras como los fuegos artificiales silenciosos, que ofrecen un espectáculo visual sin generar el estrés acústico.
