Luis Soria
Madmaxista
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Cómo serían las princesas Disney si fueran feministas
Estamos hartos de ver memes sobre las princesas Disney. ¿ Cómo sería su pelo si estuvieran ambientadas en escenas reales? ¿ Cómo serían las protagonistas si no llevaran maquillaje? ¿ Cómo serían en la actualidad? ¿ Cómo serían en la vida real?
Ya hacía falta como agua de mayo un 'cómo serían las protagonistas de Disney si fueran feministas'.
¿Cuánto hubiera cambiado el cuento?
La Bella Durmiente
La protagonista de este cuento es la hija de un rey, a la que una bruja, para vengarse de él, echa una maldición consistente en que, al cumplir la joven 16 años, se pincharía con un huso y dormiría un siglo. Hechizo mitigado por un hada buena que sentenció “o hasta que la despierte un beso de amor verdadero”.
Para empezar, si la bruja fuera feminista no usaría a la hija del rey para vengarse de él, sea cual sea el motivo de su enfado. Directamente la maldición hubiera recaído sobre él. La historia hubiera sido muy diferente y, además, nos hubieramos ahorrado una de las historias de amor más lamentables de nuestra infancia. De todas formas, de haberse producido la maldición, lo que hubiera encontrado el príncipe azul al besar a una feminista bella durmiente mientras ésta, haciendo honor a su nombre, dormía, hubiera sido un armado discurso sobre la importancia de tener consentimiento antes de besar a una mujer. Probablemente también se encontraría con una demanda.
Resumen: de ninguna de las maneras estos dos se hubieran casado y comido perdices. Al menos, no juntos.
-Casting de buenos y malas: la mala es una mujer. Los dos únicos hombres presentes son “buenos”: el rey (que a saber qué le hizo a la hechicera para provocarle semejante enfado) y el príncipe (que va besando a mujeres sin saber si éstas quieren).
Cenicienta
Para empezar, las hermanastras, de ser feministas, no hubieran visto jamás a Cenicienta como una adversaria, ni la hubieran esclavizado movidas por la envidia. La sororidad hubiera impedido que, sin conocerse siquiera y simplemente por el aspecto heteronormativo de la protagonista, se produjera tamaña enemistad.
A su vez, si Cenicienta hubiera abrazado el feminismo y se hubiera empoderado, jamás perdonaría al príncipe que necesitara calzar a todo el pueblo con su tacón para reconocerla. Además, hubiera puesto en tela de juicio qué tipo de amor es el que siente él y cuestionado los motivos para querer casarse, ya que sólo se conocen de haber bailado media canción en la que prácticamente no hablan. Como mínimo, Cenicienta se hubiera asegurado, antes de casarse, de si el príncipe sufría algún tipo de trastorno.
Podemos añadir que Cenicienta, de haber sido sindicalista además de feminista, hubiera empapelado a la madrastra por explotación laboral y trabajar sin contrato ni salario.
Casting de buenos y malas: las malas aquí no son ni una ni dos, sino tres mujeres. El único hombre que aparece es el “bueno”. Un tipo que da por hecho que cualquier mujer querría un beso suyo es el salvador, ojo ahí.
Blancanieves
Otra historia de envidias de mujeres basadas en el físico femenino.
Si el feminismo hubiera estado presente en su vida, la bruja de Blancanieves jamás hubiera visto un problema en que Blancanieves encajara mejor en los cánones de belleza patriarcales que ella. Máxime cuando ella tenía en su poder los conocimientos suficientes de brujería para tener el aspecto que quisiera, y hasta para meter hechizos en manzanas. Pero las malas de Disney son demasiado malas para atender a razones. Además siempre actúan por envidia o despecho. Siempre. Y ya se sabe que las mujeres despechadas son capaces de cualquier cosa.
El príncipe de Blancanieves, al igual que el de la Bella Durmiente, al besar a la protagonista se hubiera topado con un empujón y una denuncia en el juzgado por meter la lengua donde nadie le pidió que entrara. Si nos ponemos estupendos, podría haber sido detenido hasta por necrofilia, porque Blancanieves estaba bien muerta cuando la besa.
Casting de buenos y malas: la mala es una mujer. Cómo podría no serlo. Los buenos son todos los hombres que aparecen en la película, un total de 9: los 7 enanitos, el príncipe necrófilo y el cazador a quien la bruja encarga apiolar a Blancanieves pero cuya bondad no le permite realizar la tarea. Acaba matando a un ciervo para conseguir un corazón con el que convencer a la malvada bruja de que, efectivamente, ha apiolado a Blancanieves. No sé qué tendrán que decir de esto los animalistas. Nada bueno, imagino.
La Bella y la Bestia
Típica historia de amor verdadero en la que él encierra y maltrata a la chica. Lo normal.
Si Bella hubiera sido feminista, hubiera sabido identificar mejor que Bestia no era ninguna bestia, sino un hijo sano del patriarcado, empoderado y crecido en una sociedad que le enseñó que su ira podía canalizarse contra las mujeres, haciendo con ellas lo que le viniera en gana. Bella no habría vuelto a socorrer a Bestia en la escena del bosque, cuando él cae herido tras pelear con unos lobos, y habría aprovechado para huir, interponer una demanda en el juzgado más cercano y asegurarse de no estar cerca de él nunca más.
Malas y buenas: la mala es, cómo no, una mujer: la hechicera que echa una maldición (otra) al príncipe (malditas mujeres, cómo son cuando se enfadan). Los hombres que aparecen en la película son todos buenos: el padre de Bella y Bestia (sí, Bestia es bueno). El único personaje masculino de la película que sale mal parado es Gastón, el arrogante pretendiente de Bella y uno de los pocos personajes masculinos de Disney que no es un dechado de virtudes.
Seguiremos informando en próximos volúmenes, porque muy pocas películas de esta factoría con la que hemos crecido no son misoginia disfrazada de amor verdadero.
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Estamos hartos de ver memes sobre las princesas Disney. ¿ Cómo sería su pelo si estuvieran ambientadas en escenas reales? ¿ Cómo serían las protagonistas si no llevaran maquillaje? ¿ Cómo serían en la actualidad? ¿ Cómo serían en la vida real?
Ya hacía falta como agua de mayo un 'cómo serían las protagonistas de Disney si fueran feministas'.
¿Cuánto hubiera cambiado el cuento?
La Bella Durmiente
La protagonista de este cuento es la hija de un rey, a la que una bruja, para vengarse de él, echa una maldición consistente en que, al cumplir la joven 16 años, se pincharía con un huso y dormiría un siglo. Hechizo mitigado por un hada buena que sentenció “o hasta que la despierte un beso de amor verdadero”.
Para empezar, si la bruja fuera feminista no usaría a la hija del rey para vengarse de él, sea cual sea el motivo de su enfado. Directamente la maldición hubiera recaído sobre él. La historia hubiera sido muy diferente y, además, nos hubieramos ahorrado una de las historias de amor más lamentables de nuestra infancia. De todas formas, de haberse producido la maldición, lo que hubiera encontrado el príncipe azul al besar a una feminista bella durmiente mientras ésta, haciendo honor a su nombre, dormía, hubiera sido un armado discurso sobre la importancia de tener consentimiento antes de besar a una mujer. Probablemente también se encontraría con una demanda.
Resumen: de ninguna de las maneras estos dos se hubieran casado y comido perdices. Al menos, no juntos.
-Casting de buenos y malas: la mala es una mujer. Los dos únicos hombres presentes son “buenos”: el rey (que a saber qué le hizo a la hechicera para provocarle semejante enfado) y el príncipe (que va besando a mujeres sin saber si éstas quieren).
Cenicienta
Para empezar, las hermanastras, de ser feministas, no hubieran visto jamás a Cenicienta como una adversaria, ni la hubieran esclavizado movidas por la envidia. La sororidad hubiera impedido que, sin conocerse siquiera y simplemente por el aspecto heteronormativo de la protagonista, se produjera tamaña enemistad.
A su vez, si Cenicienta hubiera abrazado el feminismo y se hubiera empoderado, jamás perdonaría al príncipe que necesitara calzar a todo el pueblo con su tacón para reconocerla. Además, hubiera puesto en tela de juicio qué tipo de amor es el que siente él y cuestionado los motivos para querer casarse, ya que sólo se conocen de haber bailado media canción en la que prácticamente no hablan. Como mínimo, Cenicienta se hubiera asegurado, antes de casarse, de si el príncipe sufría algún tipo de trastorno.
Podemos añadir que Cenicienta, de haber sido sindicalista además de feminista, hubiera empapelado a la madrastra por explotación laboral y trabajar sin contrato ni salario.
Casting de buenos y malas: las malas aquí no son ni una ni dos, sino tres mujeres. El único hombre que aparece es el “bueno”. Un tipo que da por hecho que cualquier mujer querría un beso suyo es el salvador, ojo ahí.
Blancanieves
Otra historia de envidias de mujeres basadas en el físico femenino.
Si el feminismo hubiera estado presente en su vida, la bruja de Blancanieves jamás hubiera visto un problema en que Blancanieves encajara mejor en los cánones de belleza patriarcales que ella. Máxime cuando ella tenía en su poder los conocimientos suficientes de brujería para tener el aspecto que quisiera, y hasta para meter hechizos en manzanas. Pero las malas de Disney son demasiado malas para atender a razones. Además siempre actúan por envidia o despecho. Siempre. Y ya se sabe que las mujeres despechadas son capaces de cualquier cosa.
El príncipe de Blancanieves, al igual que el de la Bella Durmiente, al besar a la protagonista se hubiera topado con un empujón y una denuncia en el juzgado por meter la lengua donde nadie le pidió que entrara. Si nos ponemos estupendos, podría haber sido detenido hasta por necrofilia, porque Blancanieves estaba bien muerta cuando la besa.
Casting de buenos y malas: la mala es una mujer. Cómo podría no serlo. Los buenos son todos los hombres que aparecen en la película, un total de 9: los 7 enanitos, el príncipe necrófilo y el cazador a quien la bruja encarga apiolar a Blancanieves pero cuya bondad no le permite realizar la tarea. Acaba matando a un ciervo para conseguir un corazón con el que convencer a la malvada bruja de que, efectivamente, ha apiolado a Blancanieves. No sé qué tendrán que decir de esto los animalistas. Nada bueno, imagino.
La Bella y la Bestia
Típica historia de amor verdadero en la que él encierra y maltrata a la chica. Lo normal.
Si Bella hubiera sido feminista, hubiera sabido identificar mejor que Bestia no era ninguna bestia, sino un hijo sano del patriarcado, empoderado y crecido en una sociedad que le enseñó que su ira podía canalizarse contra las mujeres, haciendo con ellas lo que le viniera en gana. Bella no habría vuelto a socorrer a Bestia en la escena del bosque, cuando él cae herido tras pelear con unos lobos, y habría aprovechado para huir, interponer una demanda en el juzgado más cercano y asegurarse de no estar cerca de él nunca más.
Malas y buenas: la mala es, cómo no, una mujer: la hechicera que echa una maldición (otra) al príncipe (malditas mujeres, cómo son cuando se enfadan). Los hombres que aparecen en la película son todos buenos: el padre de Bella y Bestia (sí, Bestia es bueno). El único personaje masculino de la película que sale mal parado es Gastón, el arrogante pretendiente de Bella y uno de los pocos personajes masculinos de Disney que no es un dechado de virtudes.
Seguiremos informando en próximos volúmenes, porque muy pocas películas de esta factoría con la que hemos crecido no son misoginia disfrazada de amor verdadero.
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