rajogua
Forero Paco Demier
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Mi teoría es que los expañoles han mirado el horror a los ojos y han decidido que, para combatirlo, lo mejor es hacerse amigo del horror. Por eso votan al PSOE o consumen hostelería-paco
Me meto en un bar del centro de Madrid, zona de Santo Domingo. Todo el suelo lleno de cosa, un viejo sin dientes con una sudamericana pechugona en la barra, la gente hablando a gritos, uno escuchando un partido de fútbol en el móvil a todo volumen, unos chavales viendo de instagram o tik tok y partiéndose la platano a carcajadas
Pido un café con leche y un pincho de tortilla, cinco euros la broma. El camarero sudamericano todo el rato tocándose los bemoles, acomodándose el paquete, el jefe o el encargado (español) tosiendo y moqueando, como si tuviera un esputo en la garganta, haciendo un sonido poco agradable, como si tratara de alcanzar el gargajo y soltar el moco a la mínima ocasión. La gente tosiendo sin ponerse la mano y entrando al baño para miccionar, sin consumir.
Me dio tanto ardor de estomago que me tomé el cortado y me comí la mitad del pincho a toda velocidad, mientras observaba en la terraza a un montón de guiris y turistas ejpañoles que deben venir a Madrid a no sé sabe bien qué, porque lo único que se van a llevar de Madrid son unas tapas bañadas en mocos y babas de un camarero ecuatoriano
Me meto en un bar del centro de Madrid, zona de Santo Domingo. Todo el suelo lleno de cosa, un viejo sin dientes con una sudamericana pechugona en la barra, la gente hablando a gritos, uno escuchando un partido de fútbol en el móvil a todo volumen, unos chavales viendo de instagram o tik tok y partiéndose la platano a carcajadas
Pido un café con leche y un pincho de tortilla, cinco euros la broma. El camarero sudamericano todo el rato tocándose los bemoles, acomodándose el paquete, el jefe o el encargado (español) tosiendo y moqueando, como si tuviera un esputo en la garganta, haciendo un sonido poco agradable, como si tratara de alcanzar el gargajo y soltar el moco a la mínima ocasión. La gente tosiendo sin ponerse la mano y entrando al baño para miccionar, sin consumir.
Me dio tanto ardor de estomago que me tomé el cortado y me comí la mitad del pincho a toda velocidad, mientras observaba en la terraza a un montón de guiris y turistas ejpañoles que deben venir a Madrid a no sé sabe bien qué, porque lo único que se van a llevar de Madrid son unas tapas bañadas en mocos y babas de un camarero ecuatoriano