En RT hablan de clima preguerracivilista eslovaco tras el atentado fake, donde todo estaba al revés.
Había tan pocos actores de crisis que no pudieron congregar más que a una docena de ancianas, incapaces de correr tras las detonaciones.
Tampoco se las ve en pánico, ni llorando por el estado del amado líder para el que habían acudido a vitorear.
Curiosamente, el detenido, un escritor nacionalista de segunda categoría literaria, también anciano, no hirió a nadie que no fuese el objetivo del atentado. Tampoco le dispararon a él. En un video posterior, se le aprecia una erosión en la frente, seguramente producida al tirarle al suelo para proceder a su detención.
El presidente, de estar entre la vida y la fin, ha pasado a recuperarse a pasos agigantados.
Eso sí, el que graba con el móvil tiene más sangre fría y más huevones que el caballo de espartero, acercándose sin titubear al origen del lugar de los disparos contra el presidente de su país para grabar un hecho histórico que subir a sus redes sociales.
Una superproducción de bajo presupuesto para ser visionada en los países miembros de Eurovisión.
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