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Creo que en el foro aún no se ha hablado de esto y me parece un tema muy oportuno, por los paralelismos que se pueden establecer con la actualidad (o con 1984, la famosa novela de Orwell basada precisamente en una distopía).
Frecuentemente suele hablarse de la CÍA, del KGB, de La Gestapo.. pero lo que muchos desconocerán es que el servicio de control y vigilancia del ciudadano mas implacable que haya existido durante el siglo XX fué la Stasi, que operaba en la zona de Alemania del Este ocupada por el comunismo. "El escudo y la espada del Partido Comunista", según sus fundadores.
La Stasi (MfS: Ministerium für Staatssicherheit; Ministerio para la Seguridad del Estado) fue creada el 8 de febrero de 1950, era el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA). Un implacable servicio secreto cuya misión era funcionar tanto en la RDA como fuera de ella. La práctica de torturas de todo tipo, vigilancia a los ciudadanos, elaboración de archivos, expedientes, vigilancia del servicio postal (solamente en Leipzig inspeccionaba de 1500 a 2000 cartas diarias)... Asesinatos, y hasta secuestros en su primera etapa.
Todavía en la actualidad se pueden ver sus temidas cárceles y su central, ubicada en Berlín Oriental, la Normannestrasse, un complejo de edificios que acaparan toda una manzana de esa calle, cuyo nombre mismo era recibido con temor y sigilo cuando aparecía en las conversaciones. En esas ocho hectáreas trabajaban veinte mil personas para hacer realidad el lema de la Stasi "Estamos en todas partes". Ahí se diseñaban algunas de las medidas represivas para vigilar y castigar a los enemigos del comunismo, que no eran otros que los propios ciudadanos de la RDA.
Izq: Celdas estrechas. Der: pasillos de la Hohenschönhausen
Mediante técnicas de control y dominio de la población, que vivía bajo el miedo de la Policía política, se controlaba cada uno de sus actos. Había agentes e "informadores" en el trabajo, en los centros médicos, en los colegios. Nadie se atrevía a hablar ni a cuestionar el ideario comunista por temor a las represalias de la Stasi. Todos eran sospechosos.
Tenía centenares de cámaras situadas en diversos puntos de las ciudades y centralitas desde las que monitoreaban cada movimiento de los ciudadanos
La "Stasi" vigilaba todos y cada uno de los movimientos de los habitantes que pudieran ser mínimamente sospechosos de no simpatizar con el régimen. Tenía 91.000 espías con nómina mensual, 170.000 "colaboradores extraoficiales" y más de 300.000 informantes civiles (recientemente se ha descubierto que también colaboraron con la Stasi altos cargos "occidentales" y políticos socialdemócratas, pero estos documentos, que constan de 381 discos con 33 millones de páginas, solo pueden analizarse parcialmente porque con anterioridad fueron incautados por la CIA)
También disponía de una Administración Central para la Lucha contra Personas Sospechosas, sección que, entre otras cosas, se encargaba de elaborar listados de personas que mostrasen alguna señal de no comulgar con el status quo.
Cualquier persona que intentara por ejemplo pasar a la otra Alemania, era vigilada previamente durante uno o dos años para verificar que no formaba parte de algún grupo anticomunista.
El Presidente del Consejo dirigiéndose al Ministerio de la Stasi
Durante su trayectoria, el MfS aplicó y actualizó la consigna soviética de etiquetaje al disidente (*):
“Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente". (Consigna del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, 1943)
Muchos hogares se llenaron de micrófonos, pincharon miles de teléfonos, fotografiaban cada paso de las personas que creían sospechosas, desde ancianos hasta niños.
Se elaboraban informes muy detallados de los germano-orientales, donde se recogía los más insospechados detalles de la vida personal de la población de la RDA, información facilitada en ocasiones por estrechos vecinos, amigos íntimos, familiares e incluso el propio cónyuge. De los 16 millones de ciudadanos que habitaban en la Alemania del Este, seis millones fueron espiados a modo de un Gran Hermano que todo lo vé. En muchos casos el esposo, la esposa o los hijos levantaron actas para informar a las autoridades desde qué dentrífico utilizaban hasta qué pensaban, tal era el grado de adoctrinamiento requerido por el Ministerio. En la actualidad más de un millón de personas ha solicitado leer aquellos informes y ver sus expedientes (se pueden consultar desde 1992).
Se calcula que las estanterías de los archivos de la Stasi, puestas en fila, ocuparían mas de 180 kilómetros de largo (ver link pág.15). Sus actas, con 17 millones de fichas, son las mayores del mundo bajo un régimen comunista, miles de millones de documentos acumulados durante cuarenta años) provenientes de todas las oficinas del aparato de seguridad, además de 1,6 millones de fotos, centenares de miles de cintas magnetofónicas y films... Un absoluto control social gracias al cual la RDA se vanagloriaba de ser una sociedad comunista casi perfecta.
Cuando alguien quiere realizar alguna consulta, es avisado de que la persona que menos se imagina pudo estar informando sobre su vida privada, ya fueran amigos o vecinos, e incluso se dieron casos entre deportistas.
La Stasi no escatimaba tiempo ni esfuerzos en sus actividades: las personas eran observadas minuciosamente para recoger toda la información posible sobre sus hábitos y modos de vida. Cada aspecto cotidiano era anotado por los informantes, incluidos sus hábitos de bebidas.
[YOUTUBE]GHDX0VJq37s[/YOUTUBE]
Un punto de inflexión en la política de la Stasi fué el Reglamento 1/76, donde se detallaban una serie de métodos corrosivos para la descomposición social e interpersonal, así como "crear una atmósfera de miedo, deconfianza e incertidumbre que facilite las relaciones negativas entre personas y desestructuración familiar" (ver documento en pdf, pág.17). Ver también aquí (pág.18 del texto, último párrafo).
En dicha directiva 1/76 también se detallan una serie de instrucciones para ser aplicadas contra individuos o grupos, por ejemplo (traducción regular):
2,6. La aplicación de medidas de descomposición social
2.6.1. Requisitos y áreas de aplicación de la acción de la descomposición
[...]
2.6.2. Modos, medios y métodos de descomposición
- Formas probadas de degradación (resumen): Desprestigio sistemático de la notoriedad pública y la reputación, deconectando al individuo de la realidad; desacreditar aún con términos falsos, imposibilitando su refutación. Sistematización de fracasos profesionales y sociales para socavar la confianza en sí mismo de los individuos con propósito de socavar las creencias en relación a ciertos ideales o modelos, generando dudas sobre la perspectiva personal. Crear desconfianza y sospecha mutua entre individuos, grupos y organizaciones. Reforzar y explotar las rivalidades dentro de los individuos, grupos y organizaciones a través del uso selectivo de las debilidades personales de sus miembros, etc.
- Medios y métodos probados de descomposición (resumen): Realización de planteamientos [negativos] utilizando a los líderes de grupos, presidentes de asociaciones de vecinos, de padres, representantes de órganos competentes en materia de operaciones y otras personas relacionadas, la gente confía en el líder del grupo. Uso de cartas anónimas o publicadas bajo seudónimo, telegramas, llamadas telefónicas, etc, fotos comprometedoras, por ejemplo, para ceder poder o crear falsos conflictos. Propagación deliberada de rumores acerca de los individuos de un grupo, grupos u organizaciones. Indiscreciones fingiendo una medida conspirativa estatal. Personas convocando a los departamentos gubernamentales u organizaciones sociales para darle autoridad a sus palabras, etc.
La Stasi destruyó las esperanzas profesionales, sociales y personales de cientos de miles de personas, descompuso familias enteras y durante décadas dañó e inhabilitó metódicamente a infinidad de ciudadanos debido a la presión psicológica (ver estas reseñas sobre intrumentos de represión y métodos psicológicos de descomposición).
Los individuos más díscolos eran sometidos a largos y rigurosos interrogatorios, temidos porque se llevaban a cabo en habitaciones herméticas recubiertas de superficies de caucho para ahogar cualquier grito.
Hohenschönhausen. Pasillos, sótanos. Stasi Gefängnis
La tortura física, psicológica y el trabajo forzoso tenían lugar en los sótanos de las prisiones, un ala de celdas sin ventanas para el castigo de los detenidos: habitáculos oscuros y húmedos, donde en ocasiones se embalsaba agua fría hasta la altura del tobillo y se derramaban persistentemente gotas sobre cuerpos que tiritaban sin descanso. El "sistema Hohenschönhausen" fue un método pensado para la desmoralización de los detenidos que, aislados y sin ver la luz del día, perdían todo el sentido de la orientación y del tiempo.
Los disidentes ideológicos recibían golpes, gota malaya, se les mantenía en pie durante horas, se les recluía en celdas estrechísimas y, cuando perdían el control, eran encerrados en celdas estancas aisladas.
Además se les suministraba drojas y sustancias tóxicas creadas por la propia Stasi (están registrados numerosos casos de envenenamiento, operativos conocidos como asesinatos con TOXDAT), y se les sometía a radiaciones con rayos X durante horas sin que los detenidos lo supieran mientras supuestamente les estaban haciendo sólo fotos. Estos tratamientos provocaron la fin temprana por cáncer en muchos de ellos.
Sala de torturas con Rayos X, Hohenschönhausen
Los que quedaban en libertad seguían vigilados continuamente, nunca serían libres del todo, acabando muchos de ellos trastornados psicológicamente, dándose casos de suicidio.
Tras la caída ("controlada") del Muro de Berlín, se permitió que la Stasi siguiera operando durante algunos meses. Este tiempo lo aprovechó para triturar expedientes. Las máquinas trituradoras de papel trabajaron 24 horas al día, siete días por semana. Pero había demasiado papel. Se habían llenado 15.587 sacos de papel triturado cuando, el 15 de enero de 1990, un grupo de ciudadanos de la RDA tomó el edificio y detuvo la destrucción de la documentación.
En este artículo de 2008 del Spiegel se informa que tras la caída del muro se produjo un reciclaje de miembros de la Stasi, y que decenas de miles de ellos empezaron a trabajar para la nueva República alemana como investigadores privados, policías, trabajadores en las agencias de los medios de comunicación, en grandes corporaciones "occidentales" o como informantes del servicio secreto (muchos ex-miembros de la Stasi fueron incorporados para aprovechar sus avanzados métodos de control social y estudios sobre las modernas armas por radiofrecuencia, cuando la alta tecnología empezaba a despuntar. Ver información detallada sobre esto último aquí).
Un portavoz del actual Ministerio del Interior justificó la incorporación de hasta 17.000 miembros de la Stasi en las actuales estructuras e instituciones del Estado alegando que "tras el Tratado de Unificación, el Ministerio de Seguridad de la RDA fué asumido como parte de la Seguridad Nacional", algunos de ellos sirven en el grupo de protección personal de la propia Merkel. Ver información sobre este y otros "detalles" aquí.
(*) Como acertadamente apuntó Pablo Molina en La dictadura progre (ver pág.16, no es necesario compartir el resto del texto), esta consigna sería adaptada mas adelante por Herbert Marcuse y algunos representantes de la Escuela de Frankfurt, en la versión del marxismo cultural occidental.
Fuentes: He incluido los correspondientes enlaces a lo largo del texto. Ver también este, este y este.
Frecuentemente suele hablarse de la CÍA, del KGB, de La Gestapo.. pero lo que muchos desconocerán es que el servicio de control y vigilancia del ciudadano mas implacable que haya existido durante el siglo XX fué la Stasi, que operaba en la zona de Alemania del Este ocupada por el comunismo. "El escudo y la espada del Partido Comunista", según sus fundadores.
La Stasi (MfS: Ministerium für Staatssicherheit; Ministerio para la Seguridad del Estado) fue creada el 8 de febrero de 1950, era el órgano de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA). Un implacable servicio secreto cuya misión era funcionar tanto en la RDA como fuera de ella. La práctica de torturas de todo tipo, vigilancia a los ciudadanos, elaboración de archivos, expedientes, vigilancia del servicio postal (solamente en Leipzig inspeccionaba de 1500 a 2000 cartas diarias)... Asesinatos, y hasta secuestros en su primera etapa.
Todavía en la actualidad se pueden ver sus temidas cárceles y su central, ubicada en Berlín Oriental, la Normannestrasse, un complejo de edificios que acaparan toda una manzana de esa calle, cuyo nombre mismo era recibido con temor y sigilo cuando aparecía en las conversaciones. En esas ocho hectáreas trabajaban veinte mil personas para hacer realidad el lema de la Stasi "Estamos en todas partes". Ahí se diseñaban algunas de las medidas represivas para vigilar y castigar a los enemigos del comunismo, que no eran otros que los propios ciudadanos de la RDA.
Izq: Celdas estrechas. Der: pasillos de la Hohenschönhausen
Mediante técnicas de control y dominio de la población, que vivía bajo el miedo de la Policía política, se controlaba cada uno de sus actos. Había agentes e "informadores" en el trabajo, en los centros médicos, en los colegios. Nadie se atrevía a hablar ni a cuestionar el ideario comunista por temor a las represalias de la Stasi. Todos eran sospechosos.
Tenía centenares de cámaras situadas en diversos puntos de las ciudades y centralitas desde las que monitoreaban cada movimiento de los ciudadanos
La "Stasi" vigilaba todos y cada uno de los movimientos de los habitantes que pudieran ser mínimamente sospechosos de no simpatizar con el régimen. Tenía 91.000 espías con nómina mensual, 170.000 "colaboradores extraoficiales" y más de 300.000 informantes civiles (recientemente se ha descubierto que también colaboraron con la Stasi altos cargos "occidentales" y políticos socialdemócratas, pero estos documentos, que constan de 381 discos con 33 millones de páginas, solo pueden analizarse parcialmente porque con anterioridad fueron incautados por la CIA)
También disponía de una Administración Central para la Lucha contra Personas Sospechosas, sección que, entre otras cosas, se encargaba de elaborar listados de personas que mostrasen alguna señal de no comulgar con el status quo.
Cualquier persona que intentara por ejemplo pasar a la otra Alemania, era vigilada previamente durante uno o dos años para verificar que no formaba parte de algún grupo anticomunista.
El Presidente del Consejo dirigiéndose al Ministerio de la Stasi
Durante su trayectoria, el MfS aplicó y actualizó la consigna soviética de etiquetaje al disidente (*):
“Nuestros camaradas y los miembros de las organizaciones amigas deben continuamente avergonzar, desacreditar y degradar a nuestros críticos. Cuando los obstruccionistas se vuelvan demasiado irritantes hay que etiquetarlos como fascistas o nazis. Esta asociación de ideas, después de las suficientes repeticiones, acabará siendo una realidad en la conciencia de la gente". (Consigna del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, 1943)
Muchos hogares se llenaron de micrófonos, pincharon miles de teléfonos, fotografiaban cada paso de las personas que creían sospechosas, desde ancianos hasta niños.
Se elaboraban informes muy detallados de los germano-orientales, donde se recogía los más insospechados detalles de la vida personal de la población de la RDA, información facilitada en ocasiones por estrechos vecinos, amigos íntimos, familiares e incluso el propio cónyuge. De los 16 millones de ciudadanos que habitaban en la Alemania del Este, seis millones fueron espiados a modo de un Gran Hermano que todo lo vé. En muchos casos el esposo, la esposa o los hijos levantaron actas para informar a las autoridades desde qué dentrífico utilizaban hasta qué pensaban, tal era el grado de adoctrinamiento requerido por el Ministerio. En la actualidad más de un millón de personas ha solicitado leer aquellos informes y ver sus expedientes (se pueden consultar desde 1992).
Se calcula que las estanterías de los archivos de la Stasi, puestas en fila, ocuparían mas de 180 kilómetros de largo (ver link pág.15). Sus actas, con 17 millones de fichas, son las mayores del mundo bajo un régimen comunista, miles de millones de documentos acumulados durante cuarenta años) provenientes de todas las oficinas del aparato de seguridad, además de 1,6 millones de fotos, centenares de miles de cintas magnetofónicas y films... Un absoluto control social gracias al cual la RDA se vanagloriaba de ser una sociedad comunista casi perfecta.
Cuando alguien quiere realizar alguna consulta, es avisado de que la persona que menos se imagina pudo estar informando sobre su vida privada, ya fueran amigos o vecinos, e incluso se dieron casos entre deportistas.
La Stasi no escatimaba tiempo ni esfuerzos en sus actividades: las personas eran observadas minuciosamente para recoger toda la información posible sobre sus hábitos y modos de vida. Cada aspecto cotidiano era anotado por los informantes, incluidos sus hábitos de bebidas.
[YOUTUBE]GHDX0VJq37s[/YOUTUBE]
Un punto de inflexión en la política de la Stasi fué el Reglamento 1/76, donde se detallaban una serie de métodos corrosivos para la descomposición social e interpersonal, así como "crear una atmósfera de miedo, deconfianza e incertidumbre que facilite las relaciones negativas entre personas y desestructuración familiar" (ver documento en pdf, pág.17). Ver también aquí (pág.18 del texto, último párrafo).
En dicha directiva 1/76 también se detallan una serie de instrucciones para ser aplicadas contra individuos o grupos, por ejemplo (traducción regular):
2,6. La aplicación de medidas de descomposición social
2.6.1. Requisitos y áreas de aplicación de la acción de la descomposición
[...]
2.6.2. Modos, medios y métodos de descomposición
- Formas probadas de degradación (resumen): Desprestigio sistemático de la notoriedad pública y la reputación, deconectando al individuo de la realidad; desacreditar aún con términos falsos, imposibilitando su refutación. Sistematización de fracasos profesionales y sociales para socavar la confianza en sí mismo de los individuos con propósito de socavar las creencias en relación a ciertos ideales o modelos, generando dudas sobre la perspectiva personal. Crear desconfianza y sospecha mutua entre individuos, grupos y organizaciones. Reforzar y explotar las rivalidades dentro de los individuos, grupos y organizaciones a través del uso selectivo de las debilidades personales de sus miembros, etc.
- Medios y métodos probados de descomposición (resumen): Realización de planteamientos [negativos] utilizando a los líderes de grupos, presidentes de asociaciones de vecinos, de padres, representantes de órganos competentes en materia de operaciones y otras personas relacionadas, la gente confía en el líder del grupo. Uso de cartas anónimas o publicadas bajo seudónimo, telegramas, llamadas telefónicas, etc, fotos comprometedoras, por ejemplo, para ceder poder o crear falsos conflictos. Propagación deliberada de rumores acerca de los individuos de un grupo, grupos u organizaciones. Indiscreciones fingiendo una medida conspirativa estatal. Personas convocando a los departamentos gubernamentales u organizaciones sociales para darle autoridad a sus palabras, etc.
La Stasi destruyó las esperanzas profesionales, sociales y personales de cientos de miles de personas, descompuso familias enteras y durante décadas dañó e inhabilitó metódicamente a infinidad de ciudadanos debido a la presión psicológica (ver estas reseñas sobre intrumentos de represión y métodos psicológicos de descomposición).
Los individuos más díscolos eran sometidos a largos y rigurosos interrogatorios, temidos porque se llevaban a cabo en habitaciones herméticas recubiertas de superficies de caucho para ahogar cualquier grito.
Hohenschönhausen. Pasillos, sótanos. Stasi Gefängnis
La tortura física, psicológica y el trabajo forzoso tenían lugar en los sótanos de las prisiones, un ala de celdas sin ventanas para el castigo de los detenidos: habitáculos oscuros y húmedos, donde en ocasiones se embalsaba agua fría hasta la altura del tobillo y se derramaban persistentemente gotas sobre cuerpos que tiritaban sin descanso. El "sistema Hohenschönhausen" fue un método pensado para la desmoralización de los detenidos que, aislados y sin ver la luz del día, perdían todo el sentido de la orientación y del tiempo.
Los disidentes ideológicos recibían golpes, gota malaya, se les mantenía en pie durante horas, se les recluía en celdas estrechísimas y, cuando perdían el control, eran encerrados en celdas estancas aisladas.
Además se les suministraba drojas y sustancias tóxicas creadas por la propia Stasi (están registrados numerosos casos de envenenamiento, operativos conocidos como asesinatos con TOXDAT), y se les sometía a radiaciones con rayos X durante horas sin que los detenidos lo supieran mientras supuestamente les estaban haciendo sólo fotos. Estos tratamientos provocaron la fin temprana por cáncer en muchos de ellos.
Sala de torturas con Rayos X, Hohenschönhausen
Los que quedaban en libertad seguían vigilados continuamente, nunca serían libres del todo, acabando muchos de ellos trastornados psicológicamente, dándose casos de suicidio.
Tras la caída ("controlada") del Muro de Berlín, se permitió que la Stasi siguiera operando durante algunos meses. Este tiempo lo aprovechó para triturar expedientes. Las máquinas trituradoras de papel trabajaron 24 horas al día, siete días por semana. Pero había demasiado papel. Se habían llenado 15.587 sacos de papel triturado cuando, el 15 de enero de 1990, un grupo de ciudadanos de la RDA tomó el edificio y detuvo la destrucción de la documentación.
En este artículo de 2008 del Spiegel se informa que tras la caída del muro se produjo un reciclaje de miembros de la Stasi, y que decenas de miles de ellos empezaron a trabajar para la nueva República alemana como investigadores privados, policías, trabajadores en las agencias de los medios de comunicación, en grandes corporaciones "occidentales" o como informantes del servicio secreto (muchos ex-miembros de la Stasi fueron incorporados para aprovechar sus avanzados métodos de control social y estudios sobre las modernas armas por radiofrecuencia, cuando la alta tecnología empezaba a despuntar. Ver información detallada sobre esto último aquí).
Un portavoz del actual Ministerio del Interior justificó la incorporación de hasta 17.000 miembros de la Stasi en las actuales estructuras e instituciones del Estado alegando que "tras el Tratado de Unificación, el Ministerio de Seguridad de la RDA fué asumido como parte de la Seguridad Nacional", algunos de ellos sirven en el grupo de protección personal de la propia Merkel. Ver información sobre este y otros "detalles" aquí.
(*) Como acertadamente apuntó Pablo Molina en La dictadura progre (ver pág.16, no es necesario compartir el resto del texto), esta consigna sería adaptada mas adelante por Herbert Marcuse y algunos representantes de la Escuela de Frankfurt, en la versión del marxismo cultural occidental.
Fuentes: He incluido los correspondientes enlaces a lo largo del texto. Ver también este, este y este.
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