Vlad_Empalador
Será en Octubre
Una decoración "muy cargada" ayudó a propagar el fuego: "Entre todas las luces, bengalas y cables, no me sorprende que pasara algo así"
El local donde se inició el fuego, de música y ambientación colombiana, presumía de una intrincada decoración, con luces de neón, plantas, maracas y hasta un taxi colgado
Imagen de la discoteca Teatre, alcanzada por las llamas tras el incendio declarado en el local vecino Fonda Milagros.EMERGENCIAS MURCIA
Pero no es sólo la arquitectura lo que diferencia la zona del resto de la ciudad. Si la ruta de las tascas es sinónimo de tapeo y terrazas, donde murcianos y extranjeros -en su mayoría estudiantes de Erasmus- se codean en garitos dedicados al rock, pop y música comercial, Las Atalayas lo es de fiesta y música a todo volumen. Las copas y la farándula son los protagonistas aquí de la noche, y la comunidad latina su mayor clientela, lo que lo ha convertido en uno de los principales centros de ocio de la región.
Miles de personas de todas las edades, tanto de la capital murciana como de fuera, frecuentan el polígono casi a diario para disfrutar de alguno de sus restaurantes, tiendas, bares de karaokes o discotecas. La zona, que hace algunas décadas era conocida por albergar numerosos concesionarios de coches, es desde hace unos años escenario de celebraciones de graduaciones, despedidas de soltero o cumpleaños, como el que tuvo lugar en la madrugada de ayer en la calle Isla Cristina, donde se produjo el mortal incendio que se cobró la vida de al menos 13 personas.
Juan (nombre falso) es uno de los muchos que se desplazaron desde la vecina Alicante hacia el noreste de Murcia para disfrutar de una noche de fiesta. El treintañero, que trabaja en el sector, visitó tanto la sala Golden como Fonda Milagros, donde se encontraba cuando saltaron las alarmas a las seis de la mañana.
Al menos 13 muertos y 14 desaparecidos en el incendio de una discoteca de Murcia
«He visitado ambos locales en varias ocasiones por cuestiones de trabajo, pero ayer fui simplemente de cliente, para pasar el rato», relata en conversación telefónica con este diario. El local, de música y ambientación colombiana, presumía de una intrincada decoración, con luces de neón, plantas, maracas y hasta un taxi amarillo colgado del balcón de la primera planta. «En Fonda, reinaba el espectáculo, la parafernalia. El público suele ser mayor de 23 años, casi todos latinos, que vienen a cenar y luego se quedan para bailar hasta bien entrada la madrugada», explica Juan.
PARA SABER MÁS
Álbum. El incendio de la discoteca de Murcia, en imágenes
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Sucesos. La tensa espera de las familias de víctimas en el incendio de Murcia: "Atendemos el estrés, la ansiedad y comenzamos a trabajar el duelo"
Aunque tanto él como sus amigos salieron ilesos del local, quiere recalcar la rapidez con que se propagaron las llamas: «No fue una cuestión de media hora, sino de minutos». Cree que la cantidad de materiales inflamables influyó en lo mortífero del incendio, recordando el del restaurante de Manuel Becerra en Madrid el pasado mes de mayo. «Al final hace que todo se calcine más rápido. El sitio iba muy cargado de cosas. Entre todas las luces, bengalas y cables, no me sorprende que haya podido pasar algo así», sentencia.
Un padre reproduce entre lágrimas el audio de su hija despidiéndose durante el incendio en MurciaMEDIDAS DE SEGURIDAD
Al conocer el funcionamiento de los locales, Juan se pregunta si ha habido negligencia por parte de los propietarios. «Como no hay apoyo por parte del sector, al final el empresario hace lo justo para cumplir con las medidas de seguridad, pero a veces se hace la vista subida de peso para poder sacar el negocio adelante», detalla. «Hay inspecciones que se deberían hacer antes de cada apertura de puertas, como de los extintores, la medición de cargas eléctricas, etc. No sé si esto tendrá que ver, sólo lo sabrán los dueños», añade.
Fonda Milagros nació tras dividirse en dos el local contiguo, Teatre, que recuerda a un teatro barroco con shows de cabaret. Aunque no se produjeron fallecimientos en esta sala que fue identificada por error a primera hora como origen de las llamas, sí sufrió en 2009 otro incendio causado por un fallo en el sistema eléctrico que provocó que prendiera el cableado de la de derechasda. No hubo víctimas, pero el fuego obligó al desalojo de 50 clientes y a la inspección, por parte del Gobierno de Murcia, de 40 locales similares para comprobar sus sistemas de seguridad.
No es la primera vez que Las Atalayas son portada. El polígono suele ser foco de disturbios e intervenciones policiales -como la de una reyerta de un joven en la misma calle de Isla Cristina en 2016- y fue escenario de otro incendio en septiembre del año pasado cuando la nave comercial del bazar chino Hiper Atalayas ardió rápidamente debido al material altamente inflamable que había en su interior. «La ciudad está en shock», se lamentaba un taxista murciano. «Reconstruirán todo lo que se ha quemado, pero nunca podrán traer de vuelta a los que fallecieron. Perder a un ser querido de esa manera es lo peor que te puede pasar».
- CHARLOTTE DAVIES
Enviada especial
@lottiedavies29
Murcia
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El local donde se inició el fuego, de música y ambientación colombiana, presumía de una intrincada decoración, con luces de neón, plantas, maracas y hasta un taxi colgado
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Pero no es sólo la arquitectura lo que diferencia la zona del resto de la ciudad. Si la ruta de las tascas es sinónimo de tapeo y terrazas, donde murcianos y extranjeros -en su mayoría estudiantes de Erasmus- se codean en garitos dedicados al rock, pop y música comercial, Las Atalayas lo es de fiesta y música a todo volumen. Las copas y la farándula son los protagonistas aquí de la noche, y la comunidad latina su mayor clientela, lo que lo ha convertido en uno de los principales centros de ocio de la región.
Miles de personas de todas las edades, tanto de la capital murciana como de fuera, frecuentan el polígono casi a diario para disfrutar de alguno de sus restaurantes, tiendas, bares de karaokes o discotecas. La zona, que hace algunas décadas era conocida por albergar numerosos concesionarios de coches, es desde hace unos años escenario de celebraciones de graduaciones, despedidas de soltero o cumpleaños, como el que tuvo lugar en la madrugada de ayer en la calle Isla Cristina, donde se produjo el mortal incendio que se cobró la vida de al menos 13 personas.
Juan (nombre falso) es uno de los muchos que se desplazaron desde la vecina Alicante hacia el noreste de Murcia para disfrutar de una noche de fiesta. El treintañero, que trabaja en el sector, visitó tanto la sala Golden como Fonda Milagros, donde se encontraba cuando saltaron las alarmas a las seis de la mañana.
Al menos 13 muertos y 14 desaparecidos en el incendio de una discoteca de Murcia
«He visitado ambos locales en varias ocasiones por cuestiones de trabajo, pero ayer fui simplemente de cliente, para pasar el rato», relata en conversación telefónica con este diario. El local, de música y ambientación colombiana, presumía de una intrincada decoración, con luces de neón, plantas, maracas y hasta un taxi amarillo colgado del balcón de la primera planta. «En Fonda, reinaba el espectáculo, la parafernalia. El público suele ser mayor de 23 años, casi todos latinos, que vienen a cenar y luego se quedan para bailar hasta bien entrada la madrugada», explica Juan.
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Sucesos. La tensa espera de las familias de víctimas en el incendio de Murcia: "Atendemos el estrés, la ansiedad y comenzamos a trabajar el duelo"
- REDACCIÓN:ANA MARÍA ORTIZ
Aunque tanto él como sus amigos salieron ilesos del local, quiere recalcar la rapidez con que se propagaron las llamas: «No fue una cuestión de media hora, sino de minutos». Cree que la cantidad de materiales inflamables influyó en lo mortífero del incendio, recordando el del restaurante de Manuel Becerra en Madrid el pasado mes de mayo. «Al final hace que todo se calcine más rápido. El sitio iba muy cargado de cosas. Entre todas las luces, bengalas y cables, no me sorprende que haya podido pasar algo así», sentencia.
Un padre reproduce entre lágrimas el audio de su hija despidiéndose durante el incendio en MurciaMEDIDAS DE SEGURIDAD
Al conocer el funcionamiento de los locales, Juan se pregunta si ha habido negligencia por parte de los propietarios. «Como no hay apoyo por parte del sector, al final el empresario hace lo justo para cumplir con las medidas de seguridad, pero a veces se hace la vista subida de peso para poder sacar el negocio adelante», detalla. «Hay inspecciones que se deberían hacer antes de cada apertura de puertas, como de los extintores, la medición de cargas eléctricas, etc. No sé si esto tendrá que ver, sólo lo sabrán los dueños», añade.
Fonda Milagros nació tras dividirse en dos el local contiguo, Teatre, que recuerda a un teatro barroco con shows de cabaret. Aunque no se produjeron fallecimientos en esta sala que fue identificada por error a primera hora como origen de las llamas, sí sufrió en 2009 otro incendio causado por un fallo en el sistema eléctrico que provocó que prendiera el cableado de la de derechasda. No hubo víctimas, pero el fuego obligó al desalojo de 50 clientes y a la inspección, por parte del Gobierno de Murcia, de 40 locales similares para comprobar sus sistemas de seguridad.
No es la primera vez que Las Atalayas son portada. El polígono suele ser foco de disturbios e intervenciones policiales -como la de una reyerta de un joven en la misma calle de Isla Cristina en 2016- y fue escenario de otro incendio en septiembre del año pasado cuando la nave comercial del bazar chino Hiper Atalayas ardió rápidamente debido al material altamente inflamable que había en su interior. «La ciudad está en shock», se lamentaba un taxista murciano. «Reconstruirán todo lo que se ha quemado, pero nunca podrán traer de vuelta a los que fallecieron. Perder a un ser querido de esa manera es lo peor que te puede pasar».