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agente del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en la puerta de la casa de la víctima. GC
Javier Martínez
Valencia
Lunes, 10 de junio 2024, 11:56| Actualizado 13:34h.
La Guardia Civil de Valencia detuvo el lunes a un joven de 19 años acusado de hacer daño y apiolar a un anciano de 77 años en Sempere, un pequeño pueblo de la comarca de la Vall de Albaida donde viven una veintena de vecinos.
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El crimen tuvo lugar el 5 de abril de 2023, cuando tres ladrones irrumpieron de noche en la vivienda de Ramón Úbeda y le golpearon para que les dijera dónde guardaba el dinero que había sacado de una oficina bancaria, pero la víctima protegió con su silencio y hasta con su vida los 2.000 euros que había ocultado dentro de su vehículo.
Tras una ardua investigación, el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia logró identificar a los tres individuos que participaron en el crimen. Según informaron fuentes judiciales, dos de los implicados fueron detenidos y encarcelados hace tiempo por otros delitos, y faltaba arrestar al tercer asaltante, el joven de 19 años, quien fue vigilado hasta que los investigadores consiguieron obtener pruebas de su participación en la fin violenta.
La Guardia Civil detuvo al sospechoso el domingo en Picassent como presunto autor de un delito de asesinato y otro de robo con violencia en grado de tentativa, según señalaron las mismas fuentes jurídicas. El joven era menor de edad cuando sucedieron los violentos hechos.
Tras ser arrestado e informado de los graves delitos que le atribuyen los investigadores, fue puesto poco después a disposición de la Fiscalía de Menores y se negó a declarar. Tampoco permitió que le tomaran una muestra de ADN. El Ministerio Público no solicitó ninguna medida cautelar, porque el joven ya está cumpliendo una pena de internamiento en un centro por otros delitos.
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Las pruebas y las investigaciones indican que la víctima fue torturada y que protegió con su silencio el dinero que días antes había sacado de una oficina bancaria de Alfarrasí. Prueba de ello son las fracturas de costillas y los golpes en la cabeza que también presentaba el anciano, así como el hecho constatado de que los ladrones no encontraran los 2.000 euros que Ramón guardaba, al parecer, dentro de uno de sus vehículos.
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Los asesinos se llevaron un escaso botín pese a que vaciaron cajones, voltearon colchones y registraron armarios mientras torturaban a la víctima. Nadie oyó golpes ni gritos aquella noche de abril, por lo que todo parece indicar que el anciano fue amordazado por los ladrones.
Un vecino escuchó hablar a Ramón con alguien la noche anterior al hallazgo del cadáver. Creía que conversaba por teléfono y no le dio importancia. Recuerda muy bien la hora porque acababa de acostarse. Eran las 22:45 horas.
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La Guardia Civil sospecha que el anciano estaba hablando en ese momento con uno de sus asesinos, y que incluso puede que lo conociera, y quizás por ello lo mataron después de torturarlo para que no pudiera denunciarlos.
Sólo uno de los 27 vecinos empadronados en Sempere en abril de 2023 sabía que Ramón ocultaba pequeñas cantidades de dinero en uno de sus dos vehículos, pero desconocía el lugar secreto. Como en el pueblo no hay ninguna oficina bancaria, la víctima acudía cada cierto tiempo a una sucursal de Alfarrasí para sacar pequeñas cantidades de dinero de su cuenta y tener efectivo más a mano en su domicilio para sus gastos mensuales.
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Los investigadores de la Guardia Civil sospechan que dos de los individuos detenidos por este crimen perpetraron otro robo en 2021 en la casa del anciano tras atarlo y amordazarlo. Aunque no les vio la cara, Ramón dijo entonces a un amigo que creía saber quiénes eran los ladrones encapuchados que habían asaltado su domicilio.
Tras aquel atraco y otro robo que sufrió en su casa, el anciano era más desconfiado y medía más sus palabras cuando alternaba en un bar de Alfarrasí y un salón de juegos de l'Olleria. También tomaba precauciones en su domicilio y por eso escondía el dinero en uno de sus vehículos.
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La Guardia Civil detiene a un joven acusado de hacer daño y apiolar a un anciano en Sempere
La víctima sufrió fracturas en las costillas y quemaduras en sus órganos genitales y espalda por su negativa a decirle a un grupo de ladrones dónde guardaba el dinero
Javier Martínez
Valencia
Lunes, 10 de junio 2024, 11:56| Actualizado 13:34h.
La Guardia Civil de Valencia detuvo el lunes a un joven de 19 años acusado de hacer daño y apiolar a un anciano de 77 años en Sempere, un pequeño pueblo de la comarca de la Vall de Albaida donde viven una veintena de vecinos.
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El crimen tuvo lugar el 5 de abril de 2023, cuando tres ladrones irrumpieron de noche en la vivienda de Ramón Úbeda y le golpearon para que les dijera dónde guardaba el dinero que había sacado de una oficina bancaria, pero la víctima protegió con su silencio y hasta con su vida los 2.000 euros que había ocultado dentro de su vehículo.
Tras una ardua investigación, el Grupo de Homicidios de la Guardia Civil de Valencia logró identificar a los tres individuos que participaron en el crimen. Según informaron fuentes judiciales, dos de los implicados fueron detenidos y encarcelados hace tiempo por otros delitos, y faltaba arrestar al tercer asaltante, el joven de 19 años, quien fue vigilado hasta que los investigadores consiguieron obtener pruebas de su participación en la fin violenta.
La Guardia Civil detuvo al sospechoso el domingo en Picassent como presunto autor de un delito de asesinato y otro de robo con violencia en grado de tentativa, según señalaron las mismas fuentes jurídicas. El joven era menor de edad cuando sucedieron los violentos hechos.
Tras ser arrestado e informado de los graves delitos que le atribuyen los investigadores, fue puesto poco después a disposición de la Fiscalía de Menores y se negó a declarar. Tampoco permitió que le tomaran una muestra de ADN. El Ministerio Público no solicitó ninguna medida cautelar, porque el joven ya está cumpliendo una pena de internamiento en un centro por otros delitos.
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Quemaduras y fracturas
La autopsia realizada en el Instituto de Medicina Legal de Valencia desveló que el anciano sufrió quemaduras en sus órganos genitales y espalda, unas lesiones que le causaron los asaltantes, al parecer, por su negativa a decirles dónde guardaba el dinero.Las pruebas y las investigaciones indican que la víctima fue torturada y que protegió con su silencio el dinero que días antes había sacado de una oficina bancaria de Alfarrasí. Prueba de ello son las fracturas de costillas y los golpes en la cabeza que también presentaba el anciano, así como el hecho constatado de que los ladrones no encontraran los 2.000 euros que Ramón guardaba, al parecer, dentro de uno de sus vehículos.
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Los asesinos se llevaron un escaso botín pese a que vaciaron cajones, voltearon colchones y registraron armarios mientras torturaban a la víctima. Nadie oyó golpes ni gritos aquella noche de abril, por lo que todo parece indicar que el anciano fue amordazado por los ladrones.
Un vecino escuchó hablar a Ramón con alguien la noche anterior al hallazgo del cadáver. Creía que conversaba por teléfono y no le dio importancia. Recuerda muy bien la hora porque acababa de acostarse. Eran las 22:45 horas.
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La Guardia Civil sospecha que el anciano estaba hablando en ese momento con uno de sus asesinos, y que incluso puede que lo conociera, y quizás por ello lo mataron después de torturarlo para que no pudiera denunciarlos.
Sólo uno de los 27 vecinos empadronados en Sempere en abril de 2023 sabía que Ramón ocultaba pequeñas cantidades de dinero en uno de sus dos vehículos, pero desconocía el lugar secreto. Como en el pueblo no hay ninguna oficina bancaria, la víctima acudía cada cierto tiempo a una sucursal de Alfarrasí para sacar pequeñas cantidades de dinero de su cuenta y tener efectivo más a mano en su domicilio para sus gastos mensuales.
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Los investigadores de la Guardia Civil sospechan que dos de los individuos detenidos por este crimen perpetraron otro robo en 2021 en la casa del anciano tras atarlo y amordazarlo. Aunque no les vio la cara, Ramón dijo entonces a un amigo que creía saber quiénes eran los ladrones encapuchados que habían asaltado su domicilio.
Tras aquel atraco y otro robo que sufrió en su casa, el anciano era más desconfiado y medía más sus palabras cuando alternaba en un bar de Alfarrasí y un salón de juegos de l'Olleria. También tomaba precauciones en su domicilio y por eso escondía el dinero en uno de sus vehículos.
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