acitisuJ
Madmaxista
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(Traducido por Google, abajo pongo el artículo original en inglés)
Opinión: En 2016 Alemania despertó a la dura realidad de la afluencia de refugiados
28 de diciembre de 2016
En 2015 cientos de miles de alemanes dieron su tiempo, dinero y posesiones para ayudar a la gente a huir de la guerra. Este año fueron sacudidos por el lado oscuro de la afluencia de refugiados, argumenta Jörg Luyken. Lo llamaron el cuento de hadas del verano. A medida que decenas de miles de refugiados llegaban a la frontera todos los días en septiembre de 2015, Alemania sintió su más glorioso momento de redención a los ojos del mundo desde 1945. En la principal estación de tren de Múnich, los voluntarios esperaban ayudar a las familias sirias que huyeron de los horrores de Alepo. Merkel y su gabinete plantearon para los selfies con los refugiados y los medios de comunicación los republicaron gozosamente. A nadie le gusta ser el tipo malo.
Y Alemania había pasado la mayor parte del verano siendo justo eso, exigiendo que la empobrecida Grecia comenzara a pagar sus deudas al resto de la zona euro. Ahora Alemania estaba allí para los oprimidos mientras que el resto del mundo lo miraba con apatía. Pero detrás de los titulares el público era siempre más dudoso. Los sondeos mostraron una creciente inquietud durante el otoño, a medida que las llegadas de refugiados crecían y crecían. Sin embargo, el cambio de año fue el día en que se produjo un cambio en el estado de ánimo del público.
Las agresiones sensuales en Colonia, Hamburgo y otras ciudades en el Año Nuevo no fueron reportadas al principio, ya que las autoridades estatales sintieron pánico pues no sabían cómo manejar la creciente evidencia de que fueron llevadas a cabo por migrantes del norte de África. Pero a medida que las noticias de los asaltos surgieron a través de las redes sociales, este mal manejo de la información sólo agregó escándalo. Se había asegurado al país de que los solicitantes de asilo, agradecidos por la protección, serían obedientes a la ley alemana. Ahora los crímenes estaban surgiendo en una escala que era completamente desconocida en Alemania, y las autoridades estatales y los medios de comunicación parecían estar encubriéndolos. El gobierno advirtió a la gente que no echara la culpa a todos los refugiados, al tiempo que anunciaba leyes de asilo más duras que dieron lugar a que miles de sirios fueran separados de sus familias durante años.
Como los meses pasaban las historias sobre acoso sensual y agresión siguieron haciendo titulares. Un informe que 30 solicitantes de asilo acosaron a dos adolescentes en Kiel, fue seguido por un festival al aire libre en Hesse, donde las mujeres informaron haber sido cercadas y tanteadas por jóvenes hombres "asiáticos". En las últimas semanas del año, los solicitantes de asilo fueron repetidamente vinculados a agresiones sensuales violentas en los informes de prensa. En Friburgo, un joven afgano fue arrestado en noviembre por un cargo de asesinato y violación.
Días después en Bochum, un hombre iraquí fue arrestado bajo sospecha de la violación y el intento de violación de dos estudiantes chinas. Este mes en Hamburgo, un jovenlandés que ya debería haber sido deportado fue arrestado bajo sospecha de violar a una mujer en un baño de un club. En Meinigen, un solicitante de asilo afgano fue arrestado por la violación de una niña de 14 años.
En Berlín, el juicio de un solicitante de asilo paquistaní comenzó la semana pasada. Se le acusa de un cargo de violación y cinco cargos de agresión sensual. La respuesta del gobierno ha sido decir que la violación existió en Alemania antes de que llegaran los refugiados. El público alemán respondió con la compra de spray de pimienta, armas de tiro en blanco y alarmas anti-violación.
El otro hilo que se abrió camino a través de las noticias en 2016 fue el terrorismo, o su potencial. Y otra vez esto comenzó en el primer día del año. Antes de que se publicaran noticias de agresiones sensuales en Colonia, la gran historia del 1 de enero fue que la policía había cerrado las celebraciones de Año Nuevo en el centro de Múnich por temores de seguridad. Pero si hubo una amenaza sustancial nunca se ha resuelto. Para el 4 de febrero se habían hecho las primeras detenciones terroristas. La policía se abalanzó sobre un argelino de 35 años que vivía en un centro de refugiados en Renania del Norte-Westfalia. Los fiscales lo describieron como el cabecilla de un complot para atacar Berlín. Se produjeron más arrestos. Preocupaciones más preocupantes de parcelas de ataque brutal. Los actos de violencia al azar por individuos psicológicamente perturbados condujeron de inmediato a rumores que bullían en las redes sociales de motivos terroristas.
Entonces el 18 de julio un adolescente afgano entró en un tren regional en Baviera blandiendo un hacha y comenzó a atacar a los pasajeros. El brutalizó a una familia de turistas chinos antes de desaparecer en la noche y de morir en el fuego de la policía. La policía pronto encontró una bandera ISIS en su casa, y el grupo terrorista publicó un video del joven solicitante de asilo amenazando a los infieles. Seis días después, cerca de Ansbach, un hombre sirio intentó entrar en un festival de música llevando una mochila llena de explosivos. Pero, al ver a los guardias de seguridad, perdió los nervios y lo hizo estallar junto a un café. Él fué la única víctima mortal, pero un reporte de un periódico sugirió que utilizó el mismo material altamente explosivo que el usado por los bombarderos en Bruselas unos meses antes. Una vez más ISIS lanzó un video que lo vinculó al ataque. El Süddeutsche Zeitung informó que un operativo de ISIS lo había guiado a lo largo de su fracasado intento terrorista.
Agosto y septiembre fueron tranquilos. Pero no duraría. Octubre vio la primera cacería a gran escala del año, ya que un refugiado sirio sospechoso de planificar un atentado con bomba de ISIS escapó de las garras de la policía. Finalmente fue capturado por algunos compatriotas, pero fue capaz de suicidarse en la guandoca, a la indignación de los funcionarios de justicia de Alemania. Sin embargo, ISIS había logrado salvar a su terrorista más mortal.
El ataque a un mercado de Navidad de Berlín el 19 de diciembre, casi seguramente llevado a cabo por un tunecino radicalizado que llegó a Alemania como solicitante de asilo en 2015, mató a 12 personas e hirió a docenas más. Después de cuatro tensos días con el atacante huído y armado, finalmente fue abatido en Italia. La respuesta de Merkel ha sido decir que el terrorismo no es un fenómeno nuevo. Su gobierno ha dicho a la gente que continúe con su vida cotidiana, de lo contrario los terroristas ganarán. La respuesta del público alemán ha sido empezar a evitar grandes multitudes y comenzar a votar por la extrema derecha Alternativa para Alemania.
Opinion: In 2016 Germany pogre up to the hard reality of the refugee influx
28 December 2016
In 2015 hundreds of thousands of Germans gave their time, money and possessions to help people fleeing war. This year they were shaken by the dark side of the refugee influx, argues Jörg Luyken. They called it the summer fairy tale. As tens of thousands of refugees poured over the border every day in September 2015, Germany felt its most glorious moment of redemption in the eyes of the world since 1945. At Munich's main train station, volunteers waited to help Syrian families who had fled the horrors of Aleppo. Merkel and her cabinet posed for selfies with refugees and the media joyously republished them. No one likes being the bad guy. And Germany had spent most of the summer being just that, demanding that impoverished Greece start paying up its debts to the rest of the Eurozone. Now Germany was there for the downtrodden while the rest of the world looked on apathetically. But behind the headlines the public was always more dubious. Polling showed increased disquiet through the autumn, as refugee arrivals grew and grew. The turn of the year was the day which flicked the switch on the public mood, though.
sensual assaults in Cologne, Hamburg and other cities at New Year went unreported at first, as panicked state authorities did not know how to handle mounting evidence they were carried out by North African migrants. But as news of the assaults emerged via social media this mishandling of the information only added to the scandal. The country had been reassured that asylum seekers, grateful for the protection, would be obedient to German law. Now crimes were emerging on a scale that was completely unheard of in Germany, and state authorities and the media, seemed to be covering them up. The government warned people not to cast blame on all refugees, while announcing tougher asylum laws that resulted in thousands of Syrians being split from their families for years.
As the months ticked by stories about sensual harassment and assault kept making headlines. A report that 30 asylum seekers harassed two teenage girls in Kiel, was ***owed by an outdoor festival in Hesse, where women reported being encircled and groped by young "Asian looking" men. In the last few weeks of the year asylum seekers were again repeatedly linked to violent sensual assault in news reports. In Freiburg a young Afghan man was arrested on a rape-murder charge in November.
Days later in Bochum an Iraqi man was arrested on suspicion of the rape and attempted rape of two Chinese students. This month in Hamburg a jovenlandésccan who should have already been deported was arrested on suspicion of raping a woman in a club toilet. In Meinigen, an Afghan asylum seeker was arrested for the rape of a 14-year-old girl. In Berlin, the trial of a Pakistani asylum seeker started last week. He is accused of one count of rape and five counts of sensual assault. The government's response has been to say that rape existed in Germany before refugees arrived. The German public responded by buying pepper spray, blank-shooting guns and anti-rape alarms.
The other thread weaving its way through the news narrative in 2016 was terrorism, or its potential. And again this started on the very first day of the year. Before news of sensual assaults in Cologne broke, the big story of January 1st was that police had shut down New Year celebrations in central Munich on security antiestéticars. But whether there was a substantial threat has never been resolved. By February 4th the first terror arrests had been made. Police swooped on a 35-year-old Algerian living in a refugee centre in North Rhine-Westphalia. Prosecutors described him as the ringleader of a plot to attack Berlin. More arrests took place.
More worrying claims of brutal attack plots. Random acts of violence by psychologically disturbed individuals immediately led to rumours swirling on social media of terrorist motives. Then on July 18th an Afghan teenager entered a regional train in Bavaria wielding an axe and began attacking passengers. He brutalized a family of Chinese holidaymakers before making off into the night and dying in police gunfire. Police soon found an Isis flag in his home, and the terror group ***owed up by publishing a video of the young asylum seeker threatening unbelievers. Six days later in nearby Ansbach a Syrian man attempted to enter a music festival carrying a rucksack packed with explosives. But, at the sight of security guards he lost his nerve and blew it up next to a cafe. He was the only fatality, but a newspaper report suggested he used the same highly explosive material as that used by bombers in Brussels a few months earlier. Again Isis released a video which linked him to the attack. The Süddeutsche Zeitung reported that an Isis operative had guided him throughout his failed terror attempt.
August and September were quiet. But it wouldn't last. October saw the first full scale manhunt of the year, as a Syrian refugee suspected of planning an Isis bomb plot escaped the clutches of police. He was eventually grabbed by some countrymen, but was able to commit suicide in jail, to the outrage of Germany's justice officials. Isis had managed to save their most deadly terrorist for last, though.
The attack on a Berlin Christmas market on December 19th, almost certainly carried out by a radicalized Tunisian man who arrived in Germany as a asylum seeker in 2015, killed 12 people and injured dozens more. After four tense days with the attacker on the run and armed, he was finally killed in Italy.
Merkel's response has been to say that terrorism isn't a new phenomenon. Her government has told people to carry on with their every day lives, otherwise the terrorists will win. The response of the German public has been to start avoiding big crowds and to start voting for the far-right Alternative for Germany.
Opinion: In 2016 Germany pogre up to the hard reality of the refugee influx - The Local
Opinión: En 2016 Alemania despertó a la dura realidad de la afluencia de refugiados
28 de diciembre de 2016
En 2015 cientos de miles de alemanes dieron su tiempo, dinero y posesiones para ayudar a la gente a huir de la guerra. Este año fueron sacudidos por el lado oscuro de la afluencia de refugiados, argumenta Jörg Luyken. Lo llamaron el cuento de hadas del verano. A medida que decenas de miles de refugiados llegaban a la frontera todos los días en septiembre de 2015, Alemania sintió su más glorioso momento de redención a los ojos del mundo desde 1945. En la principal estación de tren de Múnich, los voluntarios esperaban ayudar a las familias sirias que huyeron de los horrores de Alepo. Merkel y su gabinete plantearon para los selfies con los refugiados y los medios de comunicación los republicaron gozosamente. A nadie le gusta ser el tipo malo.
Y Alemania había pasado la mayor parte del verano siendo justo eso, exigiendo que la empobrecida Grecia comenzara a pagar sus deudas al resto de la zona euro. Ahora Alemania estaba allí para los oprimidos mientras que el resto del mundo lo miraba con apatía. Pero detrás de los titulares el público era siempre más dudoso. Los sondeos mostraron una creciente inquietud durante el otoño, a medida que las llegadas de refugiados crecían y crecían. Sin embargo, el cambio de año fue el día en que se produjo un cambio en el estado de ánimo del público.
Las agresiones sensuales en Colonia, Hamburgo y otras ciudades en el Año Nuevo no fueron reportadas al principio, ya que las autoridades estatales sintieron pánico pues no sabían cómo manejar la creciente evidencia de que fueron llevadas a cabo por migrantes del norte de África. Pero a medida que las noticias de los asaltos surgieron a través de las redes sociales, este mal manejo de la información sólo agregó escándalo. Se había asegurado al país de que los solicitantes de asilo, agradecidos por la protección, serían obedientes a la ley alemana. Ahora los crímenes estaban surgiendo en una escala que era completamente desconocida en Alemania, y las autoridades estatales y los medios de comunicación parecían estar encubriéndolos. El gobierno advirtió a la gente que no echara la culpa a todos los refugiados, al tiempo que anunciaba leyes de asilo más duras que dieron lugar a que miles de sirios fueran separados de sus familias durante años.
Como los meses pasaban las historias sobre acoso sensual y agresión siguieron haciendo titulares. Un informe que 30 solicitantes de asilo acosaron a dos adolescentes en Kiel, fue seguido por un festival al aire libre en Hesse, donde las mujeres informaron haber sido cercadas y tanteadas por jóvenes hombres "asiáticos". En las últimas semanas del año, los solicitantes de asilo fueron repetidamente vinculados a agresiones sensuales violentas en los informes de prensa. En Friburgo, un joven afgano fue arrestado en noviembre por un cargo de asesinato y violación.
Días después en Bochum, un hombre iraquí fue arrestado bajo sospecha de la violación y el intento de violación de dos estudiantes chinas. Este mes en Hamburgo, un jovenlandés que ya debería haber sido deportado fue arrestado bajo sospecha de violar a una mujer en un baño de un club. En Meinigen, un solicitante de asilo afgano fue arrestado por la violación de una niña de 14 años.
En Berlín, el juicio de un solicitante de asilo paquistaní comenzó la semana pasada. Se le acusa de un cargo de violación y cinco cargos de agresión sensual. La respuesta del gobierno ha sido decir que la violación existió en Alemania antes de que llegaran los refugiados. El público alemán respondió con la compra de spray de pimienta, armas de tiro en blanco y alarmas anti-violación.
El otro hilo que se abrió camino a través de las noticias en 2016 fue el terrorismo, o su potencial. Y otra vez esto comenzó en el primer día del año. Antes de que se publicaran noticias de agresiones sensuales en Colonia, la gran historia del 1 de enero fue que la policía había cerrado las celebraciones de Año Nuevo en el centro de Múnich por temores de seguridad. Pero si hubo una amenaza sustancial nunca se ha resuelto. Para el 4 de febrero se habían hecho las primeras detenciones terroristas. La policía se abalanzó sobre un argelino de 35 años que vivía en un centro de refugiados en Renania del Norte-Westfalia. Los fiscales lo describieron como el cabecilla de un complot para atacar Berlín. Se produjeron más arrestos. Preocupaciones más preocupantes de parcelas de ataque brutal. Los actos de violencia al azar por individuos psicológicamente perturbados condujeron de inmediato a rumores que bullían en las redes sociales de motivos terroristas.
Entonces el 18 de julio un adolescente afgano entró en un tren regional en Baviera blandiendo un hacha y comenzó a atacar a los pasajeros. El brutalizó a una familia de turistas chinos antes de desaparecer en la noche y de morir en el fuego de la policía. La policía pronto encontró una bandera ISIS en su casa, y el grupo terrorista publicó un video del joven solicitante de asilo amenazando a los infieles. Seis días después, cerca de Ansbach, un hombre sirio intentó entrar en un festival de música llevando una mochila llena de explosivos. Pero, al ver a los guardias de seguridad, perdió los nervios y lo hizo estallar junto a un café. Él fué la única víctima mortal, pero un reporte de un periódico sugirió que utilizó el mismo material altamente explosivo que el usado por los bombarderos en Bruselas unos meses antes. Una vez más ISIS lanzó un video que lo vinculó al ataque. El Süddeutsche Zeitung informó que un operativo de ISIS lo había guiado a lo largo de su fracasado intento terrorista.
Agosto y septiembre fueron tranquilos. Pero no duraría. Octubre vio la primera cacería a gran escala del año, ya que un refugiado sirio sospechoso de planificar un atentado con bomba de ISIS escapó de las garras de la policía. Finalmente fue capturado por algunos compatriotas, pero fue capaz de suicidarse en la guandoca, a la indignación de los funcionarios de justicia de Alemania. Sin embargo, ISIS había logrado salvar a su terrorista más mortal.
El ataque a un mercado de Navidad de Berlín el 19 de diciembre, casi seguramente llevado a cabo por un tunecino radicalizado que llegó a Alemania como solicitante de asilo en 2015, mató a 12 personas e hirió a docenas más. Después de cuatro tensos días con el atacante huído y armado, finalmente fue abatido en Italia. La respuesta de Merkel ha sido decir que el terrorismo no es un fenómeno nuevo. Su gobierno ha dicho a la gente que continúe con su vida cotidiana, de lo contrario los terroristas ganarán. La respuesta del público alemán ha sido empezar a evitar grandes multitudes y comenzar a votar por la extrema derecha Alternativa para Alemania.
Opinion: In 2016 Germany pogre up to the hard reality of the refugee influx
28 December 2016
In 2015 hundreds of thousands of Germans gave their time, money and possessions to help people fleeing war. This year they were shaken by the dark side of the refugee influx, argues Jörg Luyken. They called it the summer fairy tale. As tens of thousands of refugees poured over the border every day in September 2015, Germany felt its most glorious moment of redemption in the eyes of the world since 1945. At Munich's main train station, volunteers waited to help Syrian families who had fled the horrors of Aleppo. Merkel and her cabinet posed for selfies with refugees and the media joyously republished them. No one likes being the bad guy. And Germany had spent most of the summer being just that, demanding that impoverished Greece start paying up its debts to the rest of the Eurozone. Now Germany was there for the downtrodden while the rest of the world looked on apathetically. But behind the headlines the public was always more dubious. Polling showed increased disquiet through the autumn, as refugee arrivals grew and grew. The turn of the year was the day which flicked the switch on the public mood, though.
sensual assaults in Cologne, Hamburg and other cities at New Year went unreported at first, as panicked state authorities did not know how to handle mounting evidence they were carried out by North African migrants. But as news of the assaults emerged via social media this mishandling of the information only added to the scandal. The country had been reassured that asylum seekers, grateful for the protection, would be obedient to German law. Now crimes were emerging on a scale that was completely unheard of in Germany, and state authorities and the media, seemed to be covering them up. The government warned people not to cast blame on all refugees, while announcing tougher asylum laws that resulted in thousands of Syrians being split from their families for years.
As the months ticked by stories about sensual harassment and assault kept making headlines. A report that 30 asylum seekers harassed two teenage girls in Kiel, was ***owed by an outdoor festival in Hesse, where women reported being encircled and groped by young "Asian looking" men. In the last few weeks of the year asylum seekers were again repeatedly linked to violent sensual assault in news reports. In Freiburg a young Afghan man was arrested on a rape-murder charge in November.
Days later in Bochum an Iraqi man was arrested on suspicion of the rape and attempted rape of two Chinese students. This month in Hamburg a jovenlandésccan who should have already been deported was arrested on suspicion of raping a woman in a club toilet. In Meinigen, an Afghan asylum seeker was arrested for the rape of a 14-year-old girl. In Berlin, the trial of a Pakistani asylum seeker started last week. He is accused of one count of rape and five counts of sensual assault. The government's response has been to say that rape existed in Germany before refugees arrived. The German public responded by buying pepper spray, blank-shooting guns and anti-rape alarms.
The other thread weaving its way through the news narrative in 2016 was terrorism, or its potential. And again this started on the very first day of the year. Before news of sensual assaults in Cologne broke, the big story of January 1st was that police had shut down New Year celebrations in central Munich on security antiestéticars. But whether there was a substantial threat has never been resolved. By February 4th the first terror arrests had been made. Police swooped on a 35-year-old Algerian living in a refugee centre in North Rhine-Westphalia. Prosecutors described him as the ringleader of a plot to attack Berlin. More arrests took place.
More worrying claims of brutal attack plots. Random acts of violence by psychologically disturbed individuals immediately led to rumours swirling on social media of terrorist motives. Then on July 18th an Afghan teenager entered a regional train in Bavaria wielding an axe and began attacking passengers. He brutalized a family of Chinese holidaymakers before making off into the night and dying in police gunfire. Police soon found an Isis flag in his home, and the terror group ***owed up by publishing a video of the young asylum seeker threatening unbelievers. Six days later in nearby Ansbach a Syrian man attempted to enter a music festival carrying a rucksack packed with explosives. But, at the sight of security guards he lost his nerve and blew it up next to a cafe. He was the only fatality, but a newspaper report suggested he used the same highly explosive material as that used by bombers in Brussels a few months earlier. Again Isis released a video which linked him to the attack. The Süddeutsche Zeitung reported that an Isis operative had guided him throughout his failed terror attempt.
August and September were quiet. But it wouldn't last. October saw the first full scale manhunt of the year, as a Syrian refugee suspected of planning an Isis bomb plot escaped the clutches of police. He was eventually grabbed by some countrymen, but was able to commit suicide in jail, to the outrage of Germany's justice officials. Isis had managed to save their most deadly terrorist for last, though.
The attack on a Berlin Christmas market on December 19th, almost certainly carried out by a radicalized Tunisian man who arrived in Germany as a asylum seeker in 2015, killed 12 people and injured dozens more. After four tense days with the attacker on the run and armed, he was finally killed in Italy.
Merkel's response has been to say that terrorism isn't a new phenomenon. Her government has told people to carry on with their every day lives, otherwise the terrorists will win. The response of the German public has been to start avoiding big crowds and to start voting for the far-right Alternative for Germany.
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