Desadaptado Dimensional
Madmaxista
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Lo que viene: racionamientos de energía y posible recesión
Los gobernadores tanto de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, como de la Fed, Jerome Powell, confían en que se produzca un aterrizaje suave de la economía. "El reto para la política económica es claro, hay que bajar la inflación a la par que se mantiene la economía fuerte", señalaron esta semana.
El pensamiento generalizado es que el banco central de Estados Unidos se descuidó, no tomó decisiones a tiempo y ahora tendrá que actuar de manera precipitada para retomar el control de los precios, lo que provocaría una recesión en el segundo semestre o en los primeros meses del año que viene. El PIB americano ya descendió en el primer trimestre del año.
Si algo está claro es que la inflación elevada va a quedarse entre nosotros durante un largo período y que los tipos de interés seguirán al alza durante lo que queda de año. Los precios al consumo en Estados Unidos decepcionaron en abril, con un alza del 8,3%. Solo dos décimas menos en relación a marzo, tanto en la tasa general, como en la subyacente (6,2%, sin carburantes y alimentos no elaborados). El dato superó en medio punto la previsión del mercado.
Hasta el objetivo del 2% de inflación planteado por la Reserva Federal, queda un largo camino por recorrer. Para conseguirlo, expertos y bancos de inversión auguran que los tipos de interés,actualmente en 0,75 puntos, terminarán el año entre el 3% y el 3,5%.
¿Qué ha pasado para que la inflación se haya ido a las nubes y ahora haya que actuar con tanta severidad para tratar de contenerla? En un mercado como el americano con serias carestías de mano de obra y una tasa de desempleo por debajo del 5% (pleno empleo), las empresas no tuvieron más remedio que incrementar la remuneración para atraer talento.
Los salarios subieron casi tanto como la inflación, por lo que ahora se corre el riesgo de entrar en una espiral de precios. Las empresas tendrán que incrementar el precio de sus productos para seguir siendo rentables, mientras que los asalariados pedirán nuevos aumentos para mantener el poder adquisitivo. La única manera de cortar este círculo vicioso es encareciendo el precio al que se toma prestado el dinero. Y la consecuencia será, inevitablemente, la destrucción de empleo para rebajar las tensiones salariales y enfriar la economía.
El éxito de esta delicada operación descansa en la habilidad de los bancos centrales para endurecer la política monetaria sin provocar una recesión. Pero en la práctica eso es imposible. No existe precedente. Las etapas anteriores en que se vivieron situaciones semejantes acabaron en recesión.
Wall Street pierde el 15% en lo que va de año y el índice tecnológico Nasdaq, el 25%. Ambos están a punto de entrar en territorio correctivo porque los inversores temen que todo concluya en un aterrizaje forzoso, pese a las buenas palabras del Gobierno y de la Reserva Federal.
¿Qué posibilidades hay de que se corrija la inflación, sin que sea necesario incrementar tanto los tipos? Ninguna. Hay tres factores externos que contribuirán a mantener los precios altos: China, los costes del gas y del petróleo.
El primer ministro chino, Xi Jinping, se equivocó en su percepción de la economía. No supo combatir a tiempo la crisis inmobiliaria tras la quiebra de Evergrande, pese a que el sector representa un tercio del PIB; restringió las actuaciones de las tecnológicas y su presencia en otros mercados internacionales y ha generado una gran desconfianza con su política de puertas abiertas hacia pilinguin, al que calificó el "mejor amigo" del régimen de Pekín. Paro colmo de los males, su política de el bichito cero paralizó la industria y las exportaciones.
La economía china, equivalente al 20% del PIB mundial, podría reducir su crecimiento a una tasa de entre el 1,7% el 3%, entre 2,5 punto y 4 puntos por debajo de lo previsto. Cualquier tasa por debajo del 5% es considerada como recesión. Los inversores han vendido bonos por 18.000 millones y otros 7.000 millones en acciones.
Los precios del gas pueden volverse locos este invierno si Alemania, como pronostican buena parte de los expertos y piden las autoridades europeas, corta la importación de gas ruso. Moscú interrumpió el suministro a Polonia través de gasoducto Yamal y provocó un alza del 20 por ciento en los precios. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, asegura ya que habrá que acudir a un racionamiento de los precios de la energía en Europa este invierno.
Los precios del crudo se mantienen fluctuando entre 100 y 120 dólares, pero algunas entidades como Bank o América pronostica que pueden alcanzar los 200 dólares si se suprimen las importaciones rusas, como hizo ya Estados Unidos. Europa debate estos días la manera de aplicar este embargo, pese a la resistencia de países como Hungría o Grecia. Sea como fuere, quedan muchas tensiones por delante.
¿Qué pasará en Europa?, ¿por qué no sube los tipos a la misma velocidad que Estados Unidos? La respuesta estaría en el menor vigor tanto de su economía como del empleo. La tasa general de inflación en el Viejo Continente está un punto por debajo de la americana y la tasa subyacente casi dos. El alza de los precios aún no se ha trasladado a los salarios. En países como España, con un porcentaje de desempleo del 13%, solo un 15% de los convenios tienen cláusulas de revisión acorde con la inflación.
El BCE confía en que no se contagie por completo a los salarios y en que no sean necesarias alzas tan agresivas como en Estados Unidos para contener los precios. Tanto la presidenta del BCE, Christine Lagarde, como el vicepresidente, Luis de Guindos, han confirmado que la primera alza estimada del precio del dinero en 0,25 centésimas se producirá en julio.
Los analistas prevén, no obstante, entre dos y tres incrementos, hasta un máximo de un punto. Europa podría escapar de la recesión. Pero todo va a depender de Estados Unidos. Cuando su economía se constipa, las demás estornudan. Alemania, además, entraría en crecimiento negativo en caso de un embargo gasista.
Y, ¿qué pasa si, al final, los salarios acaban contagiándose y entran en una espiral inflacionista? El BCE se vería obligado a restringir más su oferta monetaria y el precio del dinero. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advierte de que si los tipos suben más de lo esperado, encarecerá la financiación de la deuda y agrandará el agujero del déficit público. La AIReF advierte de que la deuda podría alcanzar el 140 por ciento del PIB ante la falta de políticas para contener el gasto público.
¿Cómo pretende luchar el Gobierno español contra la inflación? Después de aprobar un plan de choque, cuya medida estrella fue la rebaja de los carburantes en 20 céntimos por litro, ahora topará el gas para reducir el precio de la luz alrededor del 15 por ciento para los hogares, que están en tarifa regulada, aproximadamente 10,5 millones, menos de la mitad de los consumidores.
Dos recortes que incentivan el consumo de energía en vez de racionarlo como habrá que hacer en Europa antes del invierno, y que apenas servirá para contener la inflación y menos aún la crisis que viene.
Más bien se trata de medidas quijotescas, dirigidas a ganarse el favor de los ciudadanos, sin apenas impacto.
- "Que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio, que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla", afirmó Don Quijote ante de embestir, lanza en ristre, contra los molinos, desoyendo las sabias advertencias de su fiel escudero Sancho.
El caballero manchego acabó maltrecho y con los aparejos por los suelos. Igual que le ocurrirá a la economía española, ante el empeño de la vicepresidente Teresa Ribera de acelerar la tras*ición energética sin importar el coste para sus usuarios y en adoptar medidas gaseosas, que no resuelven el problema, en un momento muy complicado.
Para colmo de males, el hundimiento esta semana de criptomonedas como Terra y su token Luna, que ofrecía depósitos al 20 por ciento de interés, ha despertado el fantasma de la crisis de las hipotecas sarama, después de que el BCE advirtiera de un posible terremoto financiero. El efecto Terra borró 200.000 millones de valor de los criptoactivos en tan sólo 24 horas.
ENTIDADES
Amador G. Ayora
Director de elEconomista
Los gobernadores tanto de la Reserva Federal de Nueva York, John Williams, como de la Fed, Jerome Powell, confían en que se produzca un aterrizaje suave de la economía. "El reto para la política económica es claro, hay que bajar la inflación a la par que se mantiene la economía fuerte", señalaron esta semana.
El pensamiento generalizado es que el banco central de Estados Unidos se descuidó, no tomó decisiones a tiempo y ahora tendrá que actuar de manera precipitada para retomar el control de los precios, lo que provocaría una recesión en el segundo semestre o en los primeros meses del año que viene. El PIB americano ya descendió en el primer trimestre del año.
Si algo está claro es que la inflación elevada va a quedarse entre nosotros durante un largo período y que los tipos de interés seguirán al alza durante lo que queda de año. Los precios al consumo en Estados Unidos decepcionaron en abril, con un alza del 8,3%. Solo dos décimas menos en relación a marzo, tanto en la tasa general, como en la subyacente (6,2%, sin carburantes y alimentos no elaborados). El dato superó en medio punto la previsión del mercado.
Hasta el objetivo del 2% de inflación planteado por la Reserva Federal, queda un largo camino por recorrer. Para conseguirlo, expertos y bancos de inversión auguran que los tipos de interés,actualmente en 0,75 puntos, terminarán el año entre el 3% y el 3,5%.
¿Qué ha pasado para que la inflación se haya ido a las nubes y ahora haya que actuar con tanta severidad para tratar de contenerla? En un mercado como el americano con serias carestías de mano de obra y una tasa de desempleo por debajo del 5% (pleno empleo), las empresas no tuvieron más remedio que incrementar la remuneración para atraer talento.
Los salarios subieron casi tanto como la inflación, por lo que ahora se corre el riesgo de entrar en una espiral de precios. Las empresas tendrán que incrementar el precio de sus productos para seguir siendo rentables, mientras que los asalariados pedirán nuevos aumentos para mantener el poder adquisitivo. La única manera de cortar este círculo vicioso es encareciendo el precio al que se toma prestado el dinero. Y la consecuencia será, inevitablemente, la destrucción de empleo para rebajar las tensiones salariales y enfriar la economía.
El éxito de esta delicada operación descansa en la habilidad de los bancos centrales para endurecer la política monetaria sin provocar una recesión. Pero en la práctica eso es imposible. No existe precedente. Las etapas anteriores en que se vivieron situaciones semejantes acabaron en recesión.
Wall Street pierde el 15% en lo que va de año y el índice tecnológico Nasdaq, el 25%. Ambos están a punto de entrar en territorio correctivo porque los inversores temen que todo concluya en un aterrizaje forzoso, pese a las buenas palabras del Gobierno y de la Reserva Federal.
¿Qué posibilidades hay de que se corrija la inflación, sin que sea necesario incrementar tanto los tipos? Ninguna. Hay tres factores externos que contribuirán a mantener los precios altos: China, los costes del gas y del petróleo.
El primer ministro chino, Xi Jinping, se equivocó en su percepción de la economía. No supo combatir a tiempo la crisis inmobiliaria tras la quiebra de Evergrande, pese a que el sector representa un tercio del PIB; restringió las actuaciones de las tecnológicas y su presencia en otros mercados internacionales y ha generado una gran desconfianza con su política de puertas abiertas hacia pilinguin, al que calificó el "mejor amigo" del régimen de Pekín. Paro colmo de los males, su política de el bichito cero paralizó la industria y las exportaciones.
La economía china, equivalente al 20% del PIB mundial, podría reducir su crecimiento a una tasa de entre el 1,7% el 3%, entre 2,5 punto y 4 puntos por debajo de lo previsto. Cualquier tasa por debajo del 5% es considerada como recesión. Los inversores han vendido bonos por 18.000 millones y otros 7.000 millones en acciones.
Los precios del gas pueden volverse locos este invierno si Alemania, como pronostican buena parte de los expertos y piden las autoridades europeas, corta la importación de gas ruso. Moscú interrumpió el suministro a Polonia través de gasoducto Yamal y provocó un alza del 20 por ciento en los precios. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, asegura ya que habrá que acudir a un racionamiento de los precios de la energía en Europa este invierno.
Los precios del crudo se mantienen fluctuando entre 100 y 120 dólares, pero algunas entidades como Bank o América pronostica que pueden alcanzar los 200 dólares si se suprimen las importaciones rusas, como hizo ya Estados Unidos. Europa debate estos días la manera de aplicar este embargo, pese a la resistencia de países como Hungría o Grecia. Sea como fuere, quedan muchas tensiones por delante.
¿Qué pasará en Europa?, ¿por qué no sube los tipos a la misma velocidad que Estados Unidos? La respuesta estaría en el menor vigor tanto de su economía como del empleo. La tasa general de inflación en el Viejo Continente está un punto por debajo de la americana y la tasa subyacente casi dos. El alza de los precios aún no se ha trasladado a los salarios. En países como España, con un porcentaje de desempleo del 13%, solo un 15% de los convenios tienen cláusulas de revisión acorde con la inflación.
El BCE confía en que no se contagie por completo a los salarios y en que no sean necesarias alzas tan agresivas como en Estados Unidos para contener los precios. Tanto la presidenta del BCE, Christine Lagarde, como el vicepresidente, Luis de Guindos, han confirmado que la primera alza estimada del precio del dinero en 0,25 centésimas se producirá en julio.
Los analistas prevén, no obstante, entre dos y tres incrementos, hasta un máximo de un punto. Europa podría escapar de la recesión. Pero todo va a depender de Estados Unidos. Cuando su economía se constipa, las demás estornudan. Alemania, además, entraría en crecimiento negativo en caso de un embargo gasista.
Y, ¿qué pasa si, al final, los salarios acaban contagiándose y entran en una espiral inflacionista? El BCE se vería obligado a restringir más su oferta monetaria y el precio del dinero. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, advierte de que si los tipos suben más de lo esperado, encarecerá la financiación de la deuda y agrandará el agujero del déficit público. La AIReF advierte de que la deuda podría alcanzar el 140 por ciento del PIB ante la falta de políticas para contener el gasto público.
¿Cómo pretende luchar el Gobierno español contra la inflación? Después de aprobar un plan de choque, cuya medida estrella fue la rebaja de los carburantes en 20 céntimos por litro, ahora topará el gas para reducir el precio de la luz alrededor del 15 por ciento para los hogares, que están en tarifa regulada, aproximadamente 10,5 millones, menos de la mitad de los consumidores.
Dos recortes que incentivan el consumo de energía en vez de racionarlo como habrá que hacer en Europa antes del invierno, y que apenas servirá para contener la inflación y menos aún la crisis que viene.
Más bien se trata de medidas quijotescas, dirigidas a ganarse el favor de los ciudadanos, sin apenas impacto.
- "Que no estás cursado en esto de las aventuras: ellos son gigantes; y si tienes miedo, quítate de ahí, y ponte en oración en el espacio, que yo voy a entrar con ellos en fiera y desigual batalla", afirmó Don Quijote ante de embestir, lanza en ristre, contra los molinos, desoyendo las sabias advertencias de su fiel escudero Sancho.
El caballero manchego acabó maltrecho y con los aparejos por los suelos. Igual que le ocurrirá a la economía española, ante el empeño de la vicepresidente Teresa Ribera de acelerar la tras*ición energética sin importar el coste para sus usuarios y en adoptar medidas gaseosas, que no resuelven el problema, en un momento muy complicado.
Para colmo de males, el hundimiento esta semana de criptomonedas como Terra y su token Luna, que ofrecía depósitos al 20 por ciento de interés, ha despertado el fantasma de la crisis de las hipotecas sarama, después de que el BCE advirtiera de un posible terremoto financiero. El efecto Terra borró 200.000 millones de valor de los criptoactivos en tan sólo 24 horas.
ENTIDADES
Amador G. Ayora
Director de elEconomista