Antonio Puerta

¿Qué creéis que le ha pasado al chaval éste? Resulta curioso que a un deportista sano, joven... le haya pasado ésto.

Edito----------------

Vaya hombre, me he equivocado de Sala, podéis trasladarlo a la de descanso.

¿Qué hay detrás de una parada cardiorrespiratoria?

DR. JOSÉ CALABUIG (Cardiólogo de la Universidad de Navarra y profesor en Medicina del Deporte)

Lo primero que se debe decir es que siempre que existen estos accidentes cardiacos, siempre existe una causa que los provoca. Nunca un corazón sano puede sufrir una parada cardiaca. El problema es a veces cómo diagnosticarlo previamente. Por parte de los cardiólogos sabemos que de entre los sustratos más frecuentes para que esto se produzca están la miocardiopatía hipertrófica (corazón con paredes más gruesas de lo normal); las arterias coronarias anómalas (las arterias tras*curren entre la arteria pulmonar y la aorta y eso no es lo normal y es comprimida por ambas); y Síndrome de Wolf-Parkinson- White, en el que la corriente eléctrica del corazón puede discurrir a través de un ‘cortocircuito’. También hay otros problemas, pero estos tres son los más frecuentes. El primero se diagnostica mediante un ecocardiograma; el segundo sólo se diagnostica hoy en día mediante un TAC multicorte (no es un TAC convencional), con el resto de pruebas es imposible; y el tercero con un ECG, o un Holter/ y prueba de esfuerzo, aunque lo más valorado desde mi punto de vista es la historia clínica hecha por expertos de cardiología del deporte, ya que un síntoma del tipo de los “mareos” en los deportistas de élite debe considerarse como algo muy importante.

Como consecuencia de la parada cardiaca que ha sufrido el futbolista Antonio Puerta, el corazón y el cerebro han sufrido. Lo importante ahora es esperar en qué estado van a quedar. Lo segundo es diagnosticar la causa con más pruebas específicas y profundas. Lo tercero, reconocer que si la ley no se hubiera cumplido disponiendo de un desfibrilador en el campo, en este momento estaríamos hablando de una ‘fin súbita no resucitada’ y ahora estamos hablando de una vida salvada, aunque a la espera de ver cómo se desenvuelvan las próximas horas y se le pueda desconectar de la ventilación mecánica. Lo que queda claro es que aunque los casos de fin súbita por debajo de los 35 años son de 1 por cada 200.000 por deportista y año, a estos que son de élite y que se gasta muchísimo dinero en ellos, hay que tratarlos médicamente mejor que si se tratara del coche de Fórmula 1 de Alonso.


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