Henry VIII
Madmaxista
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La textura de esta carne parece de goma, es como comer carne cruda, ¿A quien puede gustarle comer carne fría o cruda?
El jamón está saladísimo, su concentración en grasas es altísima, si a esto le sumas que el tocino ocupa mas que el jamón en si y que el tocino es grasa 100% nos damos cuenta de que el jamón es la auténtica comida sarama y no la hamburguesa del Mcdonalds.
El mito del jamón y la difamación de la hamburguesa vienen por la gente de la España profunda, esos de chorizo y botijo, ellos vieron como las new generations preferían 1000 veces una hamburguesa antes que un triste bocadillo de jamón y a partir de ahí vino el escarnio.
Seamos serios, ¿Puede haber algo mas triste que un bocadillo de jamón? Está sumamente seco, cuesta mucho tragarlo porque hay que masticar muchas veces, no se deshace en la boca porque como es algo que no gusta demasiado no producimos saliva suficiente, en cambio la hamburguesa está mucho más sabrosa, sabe a carne no a sal, se deshace enseguida porque es un bocado exquisito, imaginaos una cortada de jamón del grosor de una hamburguesa, estaría abominable, hay quien eleva el corte del jamón a la categoría de arte cuando en realidad se corta en lonchas finas precisamente porque de otra forma comerlo sería poco agradable.
Al bocadillo de jamón no se le puede acompañar con casi nada puesto que su sabor salado haría contraste y no se percibiría el sabor del otro alimento, con lo cual lo único que se le puede echar es aceite para lubricar porque está muy seco, cosa no muy recomendable porque junto a la ya poco saludable ingesta de grasas que te vas a meter echarle aceite que es grasa 100% también no es una opción muy sana.
Está claro que el jamón tiene tanta aceptación en España porque es un producto patrio, si viniese de fuera los españoles no se atreverían ni a probarlo.
El jamón está saladísimo, su concentración en grasas es altísima, si a esto le sumas que el tocino ocupa mas que el jamón en si y que el tocino es grasa 100% nos damos cuenta de que el jamón es la auténtica comida sarama y no la hamburguesa del Mcdonalds.
El mito del jamón y la difamación de la hamburguesa vienen por la gente de la España profunda, esos de chorizo y botijo, ellos vieron como las new generations preferían 1000 veces una hamburguesa antes que un triste bocadillo de jamón y a partir de ahí vino el escarnio.
Seamos serios, ¿Puede haber algo mas triste que un bocadillo de jamón? Está sumamente seco, cuesta mucho tragarlo porque hay que masticar muchas veces, no se deshace en la boca porque como es algo que no gusta demasiado no producimos saliva suficiente, en cambio la hamburguesa está mucho más sabrosa, sabe a carne no a sal, se deshace enseguida porque es un bocado exquisito, imaginaos una cortada de jamón del grosor de una hamburguesa, estaría abominable, hay quien eleva el corte del jamón a la categoría de arte cuando en realidad se corta en lonchas finas precisamente porque de otra forma comerlo sería poco agradable.
Al bocadillo de jamón no se le puede acompañar con casi nada puesto que su sabor salado haría contraste y no se percibiría el sabor del otro alimento, con lo cual lo único que se le puede echar es aceite para lubricar porque está muy seco, cosa no muy recomendable porque junto a la ya poco saludable ingesta de grasas que te vas a meter echarle aceite que es grasa 100% también no es una opción muy sana.
Está claro que el jamón tiene tanta aceptación en España porque es un producto patrio, si viniese de fuera los españoles no se atreverían ni a probarlo.
