Alertan del riesgo de desaparición de la ganadería ovina del Matarraña

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Alertan del riesgo de desaparición de la ganadería ovina del Matarraña
Los pastores denuncian que la PAC no incluya como superficie pastable a los cultivos leñosos. Está prevista una modificación del marco regulatorio que podría entrar en vigor en 2023

Javier de Luna21 03 2021

Crece la preocupación en el sector ovino y caprino del Matarraña ante la nueva modificación de la PAC prevista en los próximos años. Los ganaderos alertaron de que la nueva regulación que modificará la denominada convergencia de derechos de pago básico podría suponer la desaparición del pastoreo y del sector ovino y caprino en las comarcas con el menor número de hectáreas que, para la administración, computan como superficie pastable y entre las que se encuentra el Matarraña.
De este modo, desde la Asociación de Ganaderos de Ovino matarrañense se puso de manifiesto su malestar porque las últimas modificaciones no incluyan a los campos de cultivos leñosos como superficie pastable cuando la mayor parte de la superficie agrícola del Matarraña está dedicada al almendro y al olivo, superficies por las que, añadieron, pastan las ovejas la mayor parte del tiempo y que sin embargo para la administración no computan a efectos de superficie pastable. Recordaron los bajos precios del sector, que se sitúan en torno a 73 euros el cordero de 24 kilogramos, y por ello alertaron de que sin ayudas directas el pastoreo está «tocado y hundido». «No va a haber relevo generacional. Aquí en el Matarraña prácticamente cada mes un ganadero se jubila o decide vender las ovejas porque cuesta mucho producir pero no tenemos ninguna ayuda», explicó Alberto Riba, presidente de la Asociación de Ganaderos de Ovino del Matarraña.
Por todo ello demandaron que a las administraciones que la PAC sea sensible a la capacidad o el aprovechamiento que los pastores hacen de las superficies de cultivos leñosos que hoy no tienen consideración de superficie pastable o con potencialidad para ser pastable. Añadieron, de igual modo, que la orografía matarrañense, así como una pluviosidad algo más elevada que en otras zonas, hacen que abunde el bosque espontáneo. Este tipo de zonas también son utilizados por los pastores para alimentar a las ovejas. «Sabemos que en otros territorios esta reforma puede no afectar tanto. Pero aquí nos han dicho a las claras que por la idiosincrasia agrícola y orográfica del Matarraña, el pastoreo va a desaparecer y no queremos que eso suceda», añadió Riba.
La compleja reforma vigente fue aprobada en 2015 con un periodo de vigencia que, en aquel momento, se estableció hasta 2020. Sin embargo la anterior normativa está actualmente prorrogada y es previsible que la regulación se alargue hasta 2023. Se trata de una normativa muy compleja que, hasta el momento, ha generado una serie de ayudas y derechos que, en algunos casos, no están ajustados a la realidad del ganadero.
La Asociación de Ganaderos de Ovino del Matarraña está integrada actualmente por 38 productores, lo que supone una cifra un 40% inferior a hace tan solo una década, momento en el que se constituyó esta asociación. En aquel momento el pastoreo venía arrastrando ya una merma importante en el número de productores y cabezas de ganado. Sin embargo eran más de 60 los pastores en activo en el momento de la constitución de la asociación.
Ocurre lo mismo, denuncian, con buena parte de la abundante superficie forestal del Matarraña, que tampoco está considerada por las administraciones como potencialmente pastable.
«Las ovejas pastan en leñosos»
Desde la DO Ternasco de Aragón reconocieron que este marco regulatorio perjudicará especialmente a los productores del Matarraña. «Creemos que la PAC debe de ajustarse a la realidad. Y la realidad es que las ovejas en el Matarraña pastan por campos de almendros y de olivos y esto no se está queriendo ver», explicó Juan Carlos Brun, presidente de la DO Ternasco de Aragón y Presidente de la Sociedad Cooperativa del Campo de Nuestra Señora de los Pueyos. Respecto a cómo podría influir esta regulación en el Bajo Aragón, Brun cree que afectará menos que a su vecina Matarraña pero que, de igual modo, algún ganadero podría verse perjudicado.
La situación es algo diferente en el Maestrazgo, comarca en la que abundan las extensiones únicamente dedicadas al pasto y que, de igual modo, ha estado tradicionalmente muy ligada a la ganadería extensiva, no solo en el sector ovino y caprino si no también en el vacuno. Desde esta comarca reconocieron que la convergencia propuesta para la reforma de la PAC no afectará de forma tan negativa como en el Matarraña. Matizaron, no obstante, que dependerá de la situación de cada ganadero.
Sin embargo reconocieron la «difícil» realidad del sector, especialmente desde la reforma de la PAC del año 2000. Denunciaron los «bajos precios» y que en todos estos años los costes de producción se han disparado. «Seguimos cobrando, como hace 20 años, 73 euros por oveja de 24 kilos y en los últimos meses la tonelada de pienso ha subido 20 euros. Si no recibimos un apoyo decidido estamos avocados a la desaparición. Los costes no dejan de subir y nuestros ingresos y ayudas directas son las mismas», explicó Santiago García, ganadero de Villarluengo y miembro de la Asociación de Criadores de Raza Ojinegra, que cuenta con 650 ovejas, a las que se suman las 550 de su hermano. García apuntó además que durante las primeras semanas de confinamiento, los ganaderos pagaron los costes de las importantes fluctuaciones del mercado y asegura que ese vaivén, que califica de «especulativo» les costó en su explotación una pérdida de 12.000 euros. «Anunciaron unas ayudas de 10 millones de euros para compensar esa variación pero nosotros solo hemos recuperado 450 euros», concluyó.
Ganadería con siglos de historia
Además de las pérdidas económicas para los ganaderos, con la desaparición del pastoreo tradicional y de la ganadería de ovino y caprino, el territorio perdería, de igual modo, una de sus señas de identidad.
El territorio destaca, asimismo, por centrar la práctica totalidad de su producción en tres variedades autóctonas aragonesas. La rasa aragonesa, la maellana y la ojinegra. Muchos pastores incluso apelaron a lo vocacional de una profesión que, reconocieron, peligra seriamente en los últimos años. «Esta profesión tiene incluso un tinte sentimental. Buena parte de los pastores coincidimos en que es una actividad ligada a la naturaleza y al territorio desde hace siglos y que es totalmente vocacional», concluyó Juan Carlos Brun.
Preocupación en los comercios
Pese a que la ganadería ovina es una seña identitaria de Aragón en los últimos años el consumo doméstico de carne de cordero no ha dejado de caer, especialmente entre las nuevas generaciones. Desde el sector se apunta a que, mientras hace décadas el cordero -junto con el conejo- era la carne por excelencia en el día a día de los hogares aragoneses, lo cierto es que en los últimos años se ha visto sustituida por otras carnes con precios más bajos como el lechón y el pollo.
Esta caída en las ventas se ve sin embargo apuntalada por el consumidor de países fiel a la religión del amores, que siguen teniendo al cordero como su principal carne de consumo. Asimismo, buena parte de las exportaciones que lleva a cabo el sector se han visto reforzadas en los países del Norte de África, donde su consumo es mayoritario.
 
Se siente, pastores, no hay pajita pa vosotros, que tenemos muchos menas que mantener.

Haber votado a VoX que es ultraderecha y os hubiera favorecido por españolazos.

Mientras tanto, lo primero es lo primero, y si os veis apurados, podéis tirar de la ley de eutanasia que vuestro querido gobierno os ha proporcionado.

A llorar a Jerusalén, me gusta la fruta, pa' la próxima reflexionáis vuestro voto.

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