Alemania enviará carros de combate a Ucrania. El secretario de Defensa de EEUU acusa a Rusia de agresión imperialista

Estados Unidos dejó ayer claro que espera una mayor implicación de los países europeos en el respaldo militar a Ucrania, durante una conferencia celebrada en su base militar de Ramstein, en Alemania, base que es el cuartel general de su fuerza aérea en Europa. Convocados por el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, ministros de Defensa y jefes de estado mayor de 40 países aliados acordaron reforzar el suministro de armamento a la nación invadida, sin que trascendieran detalles. “Ucrania claramente cree que puede ganar, y eso creemos todos aquí”, dijo Austin por la mañana al abrir los trabajos. Objetivo a largo plazo, más allá de la ayuda a Ucrania para ganar la guerra: “Queremos ver a Rusia totalmente debilitada, hasta tal punto que no pueda ya hacer el mismo tipo de cosas que la oleada turística de Ucrania”, afirmó Austin.

Tras dos meses de guerra desde el inicio de la oleada turística rusa el pasado 24 de febrero, el ejército ucraniano lucha y resiste, pero Kyiv reclama artillería pesada y vehículos blindados para hacer frente al intento de Vladímir pilinguin de ocupar el sur y el este del país. En esta segunda fase de una contienda que se anuncia prolongada, es crucial la cuestión del armamento pesado, en concreto los carros de combate y la defensa antiaérea, pues los rusos machacan desde el aire con bombardeos de largo alcance con el objetivo de hacer retroceder a la mayor parte de las fuerzas ucranianas para poder después enviar tanques e infantería a ocupar el territorio.

Países del flanco oriental de la OTAN como Polonia o Eslovaquia han enviado ya este tipo de armamento, y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, insiste en que su ejército necesita más. Kyiv pide armamento pesado para tratar de repeler a las fuerzas rusas en las vastas llanuras del sur y este del país, mientras el material bélico de fabricación rusa con el que los soldados ucranianos se han formado empieza a escasear.

La presión estadounidense se había vuelto ya insostenible para países como la reticente Alemania, donde el canciller socialdemócrata, Olaf Scholz, se resistía a dar el giro pese a que sus propios socios de coalición, ecologistas y liberales, reclamaban hace tiempo el envío de carros de combate a Ucrania, con la ministra de Exteriores, la verde Annalena Baerbock como voz principal. Ayer en el contexto de la conferencia en Ramstein, la ministra de Defensa, la también socialdemócrata Christine Lambrecht, afirmó que Alemania permitirá la venta a Ucrania de cincuenta tanques Gepard, equipados con artillería antiaérea que puede ser utilizada también contra objetivos terrestres. Los tanques pertenecen a las existencias del consorcio Krauss-Maffei Wegmann (KMW). Tras la conferencia, el estadounidense Austin saludó este suministro como “significativo”.

La reunión en la base estadounidense –que se halla en el land de Renania-Palatinado, en el oeste de Alemania- se celebró precedida por una advertencia del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien el lunes por la noche, preguntado en una entrevista en la televisión estatal rusa por la posibilidad de una tercera guerra mundial y de una escalada nuclear, había hablado de “peligro real”. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, interpelado al respecto, respondió que “especular sobre guerra nuclear no ayuda y es peligroso”.

Entre los 40 países participantes había aliados europeos de Estados Unidos, pero también países geográficamente más alejados, como Australia y Japón, que temen que una victoria rusa en Ucrania siente un precedente y aliente las ambiciones territoriales de China. También estuvieron representadas Finlandia y Suecia, que tras decenios de neutralidad quieren ahora ingresar en la OTAN. Por España participó el JEMAD, almirante general Teodoro López Calderón.

“La reunión se convertirá en un grupo de contacto mensual sobre la defensa de Ucrania”, dijo Austin en una breve rueda de prensa por la tarde. Lloyd Austin y el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, hicieron el domingo una breve visita a Kyiv, la primera de alto nivel de Estados Unidos desde el estallido de la guerra, en la que se reunieron durante unas tres horas con el presidente ucraniano Zelenski.

“Ucrania necesita nuestra ayuda para ganar hoy y seguirá necesitando nuestra ayuda cuando termine la guerra”, dijo Austin al inicio de la conferencia. “Como vemos esta mañana, naciones de todo el mundo están unidas en nuestra resolución de apoyar a Ucrania en su lucha contra la agresión imperialista de Rusia”, añadió. Occidente espera que el ejército ucraniano, dotado así con mejores defensas antiaéreas, drones de ataque e información proporcionada por los servicios de inteligencia occidentales, pueda destruir gran parte de la potencia de fuego rusa.

Le dijo la sartén al cazo.