Alberto Noguera: "El adoctrinamiento en la educación pública"

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Hace ya varios meses que tengo pendiente este artículo, sobre todo teniendo en cuenta el cambio de gobierno en la Comunidad Valenciana y la voluntad manifestada por el nuevo consejero de educación de reducir el adoctrinamiento y el alineamiento ideológico en las aulas.

Lo primero que hay que tener en cuenta a este respecto es que el profesor adoctrinador no va a tomar una postura explícita a favor del PSOE o el PCE, no va a repartir octavillas con la cara de Pedro Sánchez o Yolanda Díaz. Lo que va a hacer es intentar camuflar su doctrina ideológica usando etiquetas como "valores tras*versales" o "inclusividad". La educación en valores existe, y es muy importante, pero es fácilmente pervertible si no se tiene en cuenta qué valores hay que inculcar y qué peso va a tener cada uno. Básicamente, lo que se está haciendo es dedicarse al feminismo en todas sus formas y, ya como segunda prioridad, a la defensa de la gaysidad, obviando en gran medida los otros valores.

Si no se acepta de partida que la ideología de género es una ideología política que lo que pretende es tener el poder en la sociedad, no se va a solucionar nada. La idea que muchas profesoras pretenden vender es que el feminismo es algo del interés general de lo que no se puede dudar, cuando es muy claro que el feminismo es una ideología de origen marxista que está vinculado con la izquierda política. La ideología de género no tiene un consenso en la sociedad. Existe una parte, que puede superar el 50%, que no tiene interés en ella.

El dinero público en el sistema educativo debería dedicarse a inculcar valores que tuviesen un consenso en la sociedad: la autoestima, la fidelidad, la resiliencia, el civismo, la alimentación sana, el desarrollo espiritual, el cuidado de la naturaleza, la capacidad crítica… Hay mucho en lo que trabajar, pero en este artículo vais a ver cómo en muchos centros se está sobredimensionando la parte que más interesa políticamente a cierto sector del profesorado, desatendiendo lo demás.

A mí la imagen de unas señoras que, con los menores a su cargo, anteponen la defensa de sus intereses políticos al desarrollo de esos menores me resulta da repelúsnte, y hace años que vengo denunciándolo. Esto no va a ser fácil de arreglar, porque la ideología política ha impregnado absolutamente toda la práctica docente a lo largo de décadas, la izquierda ha tomado la educación pública como un coto privado, se ha hecho fuerte, ha filtrado el acceso e incluso ha encontrado formas, mediante la manipulación, de usar a los profesores neutros ideológicamente como su correa de tras*misión.

Este artículo espero que sea una guía para que la inspección educativa pueda actuar más eficazmente, porque limitarse a hablar con la dirección de los centros no es suficiente para entender todo lo que está ocurriendo.

Los libros de texto:
El uso generalizado de libros de texto como herramienta obligatoria y única para todos los profesores de una misma materia es el primer paso en el adoctrinamiento. Se ha ido generalizando la idea de que el trabajo de un profesor de instituto es administrar un contenido que una editorial le ha dado. Apenas existen ya profesores capaces de crear sus propios contenidos. En el caso de la asignatura de Lengua Castellana, en el libro de texto están todos los contenidos teóricos, los autores a tratar, los textos concretos a comentar y cada ejercicio. El profesor se convierte en una especie de muñeco de José Luis Moreno, al que le entra una mano por el cogote y lo hace hablar. Lo mínimo de lo mínimo para que yo pueda decir que estoy dando una clase de Lengua Castellana será decidir los textos que voy a comentar, pero esto no es así, los textos alguien los ha elegido y me los impone.

La normativa en la Comunidad Valenciana es muy clara: los profesores sí que pueden producir sus propios contenidos y usarlos en lugar del libro de texto, pero en el caso de que usen un libro de texto deberán usar el mismo que usen sus compañeros de departamento, por lo que se deberá llegar a un acuerdo. No hay ninguna restricción en la libertad de ese departamento de elegir el libro que prefiera, siempre que sus contenidos se ajusten al currículo oficial.

Ahora bien, el uso de esos materiales propios se ha dificultado mucho tras la implantación del sistema de Xarxa Llibres, que hace que los alumnos intercambien los libros de un curso por los del curso siguiente sin ningún coste. Esto económicamente les puede venir bien, pero en la práctica les obliga a comprar todos los libros de texto a partir de 1º de ESO, y eso hace que, si un profesor decide usar materiales propios y deben adquirirlos aparte, sientan que hay un gasto innecesario.

En la práctica, lo que ocurre muchas veces es que los profesores usan el libro de texto que ha elegido colegiadamente su departamento, y ese departamento tiene una mayoría de profesoras feministas de izquierdas. Esto, por supuesto, es una mera casualidad, la intención de Xarxa Llibres es reducir el coste económico para las familias.

Este problema se ha agravado todavía más en este curso, porque se ha ampliado Xarxa Llibres al bachillerato.

Los libros de texto que venden las editoriales son, en general, muy variados, hay algunos que intentan la neutralidad ideológica y otros que van a lo que van, buscando sutilmente el sesgo ideológico en cada ejercicio y cada explicación.

Pienso que la Conselleria debería suprimir el sistema de Xarxa Llibres y pasar a un sistema de concesión por el que las editoriales debieran ofrecer su producto sin sesgos ideológicos y a un precio ajustado. Idealmente, la misma Conselleria se podría encargar de la impresión y la distribución, reservándose el derecho a reimprimir cada año los libros sin volver a pagar, de modo que se pudiesen utilizar libros de un solo uso, con huecos para que los alumnos rellenasen las cosas sin tener que copiar los ejercicios en su libreta. Esto ahorraría muchísimo tiempo en las clases y haría aprender más rápido. También permitiría que cada profesor eligiese individualmente el libro de texto que quiere usar. No estaría mal tampoco que la Conselleria permitiese a los mismos profesores producir esos libros para sus clases y los mandase impresos a ese instituto, aunque fuese en forma de cuadernillos de papel reciclado.

Lecturas obligatorias:
Es normal en la asignatura de Lengua Castellana que se impongan tres lecturas obligatorias en cada curso. Estas lecturas deberían ser literarias y de cierta calidad, dentro de lo que corresponde en ese nivel, pero lo cierto es que hay gente que ve un buen hueco para meter su ideología y no duda en aprovecharlo.

En varios institutos he visto que hay personas de fuera del departamento, incluso desde el ayuntamiento, que han intentado "sugerir" el libro El infierno de Marta, una ficción sin ningún valor literario que sólo busca verter la ideología de género en un molde novelístico.

Hay algunos departamentos que también piensan que es de la más extrema importancia que todos los profesores impongan las mismas lecturas obligatorias, y casualmente en esos departamentos es donde se tiende a buscar libros ideologizados.

En un IES en el que estuve, el director llegó a convencer a la Comisión de Coordinación Pegagógica para que obligase a los departamentos a imponer una de las tres lecturas con autoría femenina o temática LGTBIQ+, con la idea de que no pudiese ningún profesor escaparse de esto.

En otros departamentos la manipulación es más sutil, pero casualmente siempre se acaba con libros más bien mediocres que no podrían obtener ventas en las librerías por sí mismos.

A esto habría que añadir otro ejemplo: concursos literarios temáticos en los que el premio sólo se puede dar a relatos de una temática concreta y con un final predeterminado. Ya os podéis imaginar de qué temática estoy hablando.

Injerencia de los ayuntamientos:
En los últimos años, se viene generalizando la intervención de los ayuntamientos gobernados por partidos de izquierdas dentro de los institutos de Educación Secundaria.

Es claro que las competencias en educación recaen en el gobierno autonómico, y la gestión directa de los institutos corresponde a la consejería de educación, es decir, que los ayuntamientos en los institutos no tienen nada que hacer. Pero los ayuntamientos están llenos de políticos, y esos políticos tienen dinero público, por lo que frecuentemente se acercan a los centros ofreciendo actividades extraescolares gratuitas. Esas actividades pueden ser de carácter abiertamente político o, como mínimo, estar fuertemente sesgadas.

Un ejemplo puede ser la organización de una conferencia de "víctimas" de la Guerra Civil en la que sólo aparecen nietas de víctimas del bando republicano. Esas víctimas no fueron muertes accidentales durante la guerra, no eran niños, ni enfermeras, ni población civil, sino combatientes que fueron apresados, juzgados y condenados como criminales de guerra o como culpables de rebelión por el régimen franquista. Y a esa conferencia asistieron abiertamente políticos del PSOE y Compromís, aparte de todo el alumnado de 4º de ESO con asistencia obligatoria.

Otro ejemplo puede ser la asistencia, también obligatoria, por parte de alumnos de 1º de Bachillerato a una representación teatral de unos poemas de Lorca. La representación fue gratuita, el ayuntamiento la pagó, pero no fue de ninguna obra teatral de Lorca, no se representó La casa de Bernarda Alba, ni Bodas de sangre, ni Doña Rosita, la soltera, sino que se teatralizaron los Sonetos del amor oscuro, unas composiciones de amor gays que el autor nunca quiso publicar. Y hay que decir que Lorca no forma parte del currículo de 1º de Bachillerato.

Podría poner más ejemplos del omnipresente Lorca, que aparece también en la Selectividad. No aparecerá ningún ayuntamiento gobernado por el PSOE o Compromís que ponga dinero público para organizar representaciones de Jacinto Benavente, José María Pemán, Torrente Ballester o Eduardo Marquina. Y, si algún ayuntamiento gobernado por el PP lo intenta, el profesorado pondrá pie en pared.
 
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En Valencia incluso cuando gobernó la derecha pepera, los contenidos eran vomitivos. Cuando yo estudiaba "Valenciano" (catalán en realidad), en los libros abundaban textos a comentar sobre como "España había conquistado Valencia" en la guerra de Sucesión, sobre lo "malos" que son los castellanos y cosas así. Cosas que parecían de una secta, todo victimismo, anticastellanismo, decir que somos una parte de Cataluña, que "nuestra" lengua está oprimida, etc.

Lo recuerdo porque a mis padres les chocaba que esto pasara en un colegio católico de gente normal y con un ideario "respetable". En los institutos públicos ya era una locura. Lo mismo he visto de mis primos (catalanes) en cuyos libros de geografía por ejemplo aparece solo el mapa de Cataluña con fronteras dibujadas con respecto a España (no aprenden la geografía de España), etc. Si la cosa estaba mal hace años, no lo quiero imaginar ahora, que encima buena parte del alumnado no es ni nativo.

Es el problema de haber dado las competencias de educación a las pilinguis taifas de cosa. Esto no es algo nuevo, ya se veía venir.
 
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