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Será en Octubre
Alberto Garzón da la bienvenida a su hijo en un hospital de gestión privada y felicita a la sanidad pública
"El trabajo de la sanidad pública ha sido extraordinario", dice Garzón. El Hospital de Torrejón es un centro público de gestión privada.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, está de enhorabuena. Ha sido padre. Su mujer, con la que celebró en 2017 una fastuosa boda con con menú de lujo, ha dado a luz a su tercer hijo esta semana. Sus padres le han puesto de nombre Robin.
Hasta aquí, todo normal. Pero si la buena nueva del ministro es noticia es porque sigue sin predicar con el ejemplo. Alberto Garzón y su mujer han dado la bienvenida a este mundo a su hijo Robin en el Hospital de Torrejón de Ardoz, un hospital de la Comunidad de Madrid de titularidad pública y gestión privada. Ese modelo tan denostado y atacado por la izquierda y contra el que él mismo se ha mostrado especialmente combativo.
El propio hospital, así como los profesionales del mismo que han atendido el alumbramiento, han publicado fotografías y comentarios en redes sociales felicitando al ministro, quien también publicó en redes sociales la noticia del nacimiento, dando las gracias a "la sanidad pública" por asistir el parto.
Sin embargo, técnicamente el comentario de Garzón no es atinado, ya que ha sido atendido en uno de esos hospitales que tanto ha criticado, de titularidad pública y gestión privada. El Hospital Universitario de Torrejón está gestionado por un grupo privado.
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¿Y quién gestiona el hospital en el que ha dado a luz la mujer de Garzón? El grupo Ribera, especialista en gestión sanitaria cuyo accionista de referencia es Vivalto-Santé, el tercer grupo sanitario privado francés, con 50 hospitales y clínicas en Francia con quien comparte valores y filosofía de trabajo basados en una medicina de valor. Es más, la compañía norteamericana Centene Corporation anunció este verano la venta del grupo sanitario valenciano Ribera (antigua Ribera Salud) al fondo francés Vivalto Partners, propietario del grupo sanitario Vivalto Santé.
El propio Garzón se ha mostrado públicamente contra este modelo sanitario, contraponiéndolo, incluso con la democracia, como hizo en este artículo en el que denostaba la gestión privada de lo que entendía que debían ser espacios públicos, como el sanitario. Para muestra, un botón:
Parece que ese modelo tan nefasto para los servicios públicos como es la gestión privada de los hospitales públicos está tan perfeccionado que no sólo no se ha dado cuenta el señor ministro de que le atendían profesionales de un grupo privado, sino que reconoce que su trabajo ha sido diligente y extraordinario.
Y es precisamente el modelo de gestión del Hospital Universitario de Torrejón lo que más ha criticado la izquierda, el hermano de Garzón y el propio ministro. La izquierda no se opone, de momento, a la existencia de hospitales privados. Sino que a lo que se ha opuesto de manera lacerante es a que la Comunidad de Madrid, primero con Esperanza Aguirre, y ahora con Isabel Díaz Ayuso, adjudique la gestión de hospitales públicos a grupos privados, manteniéndolos dentro del sistema público sanitario de modo que el usuario no nota la diferencia y es atendido sólo teniendo su tarjeta de la seguridad social. Tan poco se nota la diferencia, que el ministro no se ha dado ni cuenta.
Y precisamente el ejemplo del Hospital de Torrejón es un referente en "parto respetado" por ofrecer diferentes opciones: "El Hospital Universitario de Torrejón es el primer Hospital Público de la Comunidad de Madrid que incluyó el parto en el agua como una modalidad más que pueden escoger las mujeres para dar a luz. Durante estos años se ha convertido en una referencia del Parto Respetado, con iniciativas como el Programa Piel con Piel, para la no separación del niño y su progenitora desde el instante del nacimiento, no solo en el parto sino también en las cesáreas, así como el fomento de políticas de promoción de la lactancia materna de Unicef, que le han valido la certificación de la Iniciativa por la Humanización de la Atención en el Parto y la Lactancia Materna."
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"El trabajo de la sanidad pública ha sido extraordinario", dice Garzón. El Hospital de Torrejón es un centro público de gestión privada.
El ministro de Consumo, Alberto Garzón, está de enhorabuena. Ha sido padre. Su mujer, con la que celebró en 2017 una fastuosa boda con con menú de lujo, ha dado a luz a su tercer hijo esta semana. Sus padres le han puesto de nombre Robin.
Hasta aquí, todo normal. Pero si la buena nueva del ministro es noticia es porque sigue sin predicar con el ejemplo. Alberto Garzón y su mujer han dado la bienvenida a este mundo a su hijo Robin en el Hospital de Torrejón de Ardoz, un hospital de la Comunidad de Madrid de titularidad pública y gestión privada. Ese modelo tan denostado y atacado por la izquierda y contra el que él mismo se ha mostrado especialmente combativo.
El propio hospital, así como los profesionales del mismo que han atendido el alumbramiento, han publicado fotografías y comentarios en redes sociales felicitando al ministro, quien también publicó en redes sociales la noticia del nacimiento, dando las gracias a "la sanidad pública" por asistir el parto.
Sin embargo, técnicamente el comentario de Garzón no es atinado, ya que ha sido atendido en uno de esos hospitales que tanto ha criticado, de titularidad pública y gestión privada. El Hospital Universitario de Torrejón está gestionado por un grupo privado.
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¿Y quién gestiona el hospital en el que ha dado a luz la mujer de Garzón? El grupo Ribera, especialista en gestión sanitaria cuyo accionista de referencia es Vivalto-Santé, el tercer grupo sanitario privado francés, con 50 hospitales y clínicas en Francia con quien comparte valores y filosofía de trabajo basados en una medicina de valor. Es más, la compañía norteamericana Centene Corporation anunció este verano la venta del grupo sanitario valenciano Ribera (antigua Ribera Salud) al fondo francés Vivalto Partners, propietario del grupo sanitario Vivalto Santé.
El propio Garzón se ha mostrado públicamente contra este modelo sanitario, contraponiéndolo, incluso con la democracia, como hizo en este artículo en el que denostaba la gestión privada de lo que entendía que debían ser espacios públicos, como el sanitario. Para muestra, un botón:
Y más botones. En el ámbito de la izquierda ha sido habitual la crítica a la gestión privada de hospitales públicos. También su hermano, Eduardo Garzón, uno de los gurús económicos de la izquierda política, se ha prodigado en esta crítica. En 2020 abría un amplio hilo en Twitter."Una empresa pública puede, no obstante, desviarse de sus objetivos y perseguir fines que en modo alguno responden a las demandas de la población. Sin embargo, esto no es achacable al carácter público en sí mismo, sino al funcionamiento interno de la organización, es decir, a una falta de democracia en la gestión."
Parece que ese modelo tan nefasto para los servicios públicos como es la gestión privada de los hospitales públicos está tan perfeccionado que no sólo no se ha dado cuenta el señor ministro de que le atendían profesionales de un grupo privado, sino que reconoce que su trabajo ha sido diligente y extraordinario.
Y es precisamente el modelo de gestión del Hospital Universitario de Torrejón lo que más ha criticado la izquierda, el hermano de Garzón y el propio ministro. La izquierda no se opone, de momento, a la existencia de hospitales privados. Sino que a lo que se ha opuesto de manera lacerante es a que la Comunidad de Madrid, primero con Esperanza Aguirre, y ahora con Isabel Díaz Ayuso, adjudique la gestión de hospitales públicos a grupos privados, manteniéndolos dentro del sistema público sanitario de modo que el usuario no nota la diferencia y es atendido sólo teniendo su tarjeta de la seguridad social. Tan poco se nota la diferencia, que el ministro no se ha dado ni cuenta.
Y precisamente el ejemplo del Hospital de Torrejón es un referente en "parto respetado" por ofrecer diferentes opciones: "El Hospital Universitario de Torrejón es el primer Hospital Público de la Comunidad de Madrid que incluyó el parto en el agua como una modalidad más que pueden escoger las mujeres para dar a luz. Durante estos años se ha convertido en una referencia del Parto Respetado, con iniciativas como el Programa Piel con Piel, para la no separación del niño y su progenitora desde el instante del nacimiento, no solo en el parto sino también en las cesáreas, así como el fomento de políticas de promoción de la lactancia materna de Unicef, que le han valido la certificación de la Iniciativa por la Humanización de la Atención en el Parto y la Lactancia Materna."
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