Nuestros nhiños comienzan su carrera para pagar las pensiones cuanto antes...
Alarma en Santutxu por una ola de robos con violencia «en más de veinte tiendas
La asociación de comerciantes del barrio asegura que el último mes ha sido «un desmadre total»
Secuencia del asalto a una de las tiendas de Santutxu el mes pasado; en el centro de la escena, la tapa de alcantarilla que fue utilizada para romper el escaparate. /
Cuenta la gerente de una óptica de Santutxu -no quiere dar más datos sobre su identidad- que su último disgusto fue «ayer mismo (el jueves) por la tarde». Sobre las 16.30, con la tienda llena y las dependientas atendiendo a la clientela, un individuo entró y se metió ocho gafas de sol en los pantalones («esto lo vimos luego, en las grabaciones de las cámaras»). El caso es que cuando el ladrón abandonó la tienda con un botín valorado en mil euros, saltaron las alarmas. «Salimos y le vimos caminando con el compinche que le esperaba fuera. Le grité 'eh, devuelve las gafas'. Él se dio la vuelta, me miró y me dijo 'vete a tomar por ojo ciego', y se fue andando tranquilamente. ¿Qué vamos a hacer, enfrentarnos? No nos exponemos».
El episodio llama la atención por la impunidad más que por la agresividad. Porque más violento fue lo que ocurrió a pocos metros, en el Locutorio Ali. «Hace tres semanas a las 3.50 de la madrugada me rompieron el escaparate con una tapa de alcantarilla», cuenta Samir, el dueño. Se llevaron 3.000 euros en efectivo y tres móviles. «Luego el que robó trató de vender los teléfonos en la tienda de un paisano mío, también paquistaní, aquí mismo, en el barrio. Él reconoció las etiquetas y me avisó. El ladrón está identificado, sabemos dónde vive y se lo hemos dicho a la Policía».
Esa manera de proceder, la de arrojar una tapa de alcantarilla al escaparate o la puerta de cristal es frecuente. Justo al lado del locutorio está la tienda Néctar y su responsable también ha sido víctima de un robo con violencia similar este mes de agosto. «El 15, a las 6.05. El día anterior ese individuo ya había dejado la arqueta preparada justo aquí al lado, según me contaron algunos vecinos. ¡Pero nadie avisó de que eso estaba ahí!».
La reacción de las víctimas: «Vamos a acabar cerrando todos»
A menos de cien metros está la Pastelería Nerea, donde Begoña cuenta que estando de vacaciones entraron dos veces en su negocio. La segunda, removiendo la plancha de madera que habían dejado los Bomberos tras reventarle el escaparate en la primera ocasión. «Ni me avisaron de nada. Me encontré con todo esto este lunes, cuando llegué». A Isabel, de la Boutique Tres, también le entraron dos veces en un intervalo de tres días «y fue el mismo individuo, porque se ve claramente en las imágenes de la cámara de seguridad». José Luis, de la peluquería Duo, es otro de los damnificados. «Estoy harto».
Estos son algunos de los negocios asaltados durante el mes pasado en Santutxu. Sus dueños reconocen estar cansados de la situación y quieren que se conozca. Y cada uno de ellos cuenta historias similares que le ocurrieron a otros: a un par de locales de manicura, el bar de un joven y otro que tiene su progenitora, el caso de un hostelero que se ha pasado dos noches durmiendo en su local para evitar más sustos. En la lista también figuran una farmacia, una frutería, un kebab... El caso sangrante de una tienda donde, tras ser desvalijada y con la puerta reventada, el vídeo de seguridad muestra cómo entra gente que pasaba por ahí paseando al perro para llevarse botes de champú.
Sin precedentes
¿Es esto tan grave como parece? «No hay derecho. Es un desmadre total», se duele Loli Porcel, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santutxu. «Llevo en el barrio más de treinta años trabajando en el comercio y nunca he visto nada como lo que estamos sufriendo ahora. Sobre todo en el último mes: te garantizo que ha habido más de veinte robos en tiendas. Como poco. La situación viene de antes y ya se lo he dicho a la Policía Municipal, al alcalde... Y apenas hay vigilancia en las calles».
A estos profesionales les interesa poco el debate político sobre seguridad ciudadana, que a menudo naufraga en un pantano de autocomplacencia, ingenuidad o exageraciones, según quien pontifique. «Lo que queremos son soluciones. Todos sabemos quiénes están haciendo estas cosas y siguen en la calle». La portavoz de los comerciantes admite que «hay gente que ya ni denuncia» salvo que sea necesario para gestionar los seguros porque «hay que perder dos mañanas para hacer declaraciones», sin grandes perspectivas de recuperar nada de lo robado y para «ver a los autores por la calle tranquilamente ese mismo día».
En el Ayuntamiento apuntan que «nos constan once denuncias por robo con fuerza en locales comerciales de Santutxu durante el mes de agosto». Casi es la cifra de negocios con los que este periódico habló ayer por la mañana en un paseo de urgencia, y todos ellos habían puesto denuncia. En ocasiones, como queda dicho, dos denuncias. Las mismas fuentes municipales señalan que «tanto Ertzaintza como Policía Municipal están trabajando para identificar a los autores, revisando pruebas, testigos y grabaciones». Además, recuerdan que «a mediados de este mes tendrá lugar la reunión del Taller de Barrio de Seguridad, con vecinos y comerciantes, donde se escuchará a ambos y se tratará el tema».
Llama la atención que esta situación se dé de un modo tan localizado, en este barrio, el más poblado de la ciudad. ¿No ocurre en otros sitios? «Lo que está pasando en Santutxu es una situación excepcional, muy localizada. En el resto de Bilbao por supuesto que hay situaciones de este tipo, pero no más de lo normal», apunta Rafael Gardeazabal, presidente de BilbaoDendak.
Se trata de un asunto curioso. Los Chicos, tienda de ropa interior y pijamas, cuenta con más de una decena de locales por Bizkaia. «En Santutxu hay más peligro», dice Ander, su responsable. El negocio ubicado en este barrio ha sido objeto de un robo el mes pasado con la misma dinámica: una tapa de alcantarilla y «muchos desperfectos».
Alarma en Santutxu por una ola de robos violentos «en más de veinte tiendas» | El Correo
La asociación de comerciantes del barrio asegura que el último mes ha sido «un desmadre total»
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Alarma en Santutxu por una ola de robos con violencia «en más de veinte tiendas
La asociación de comerciantes del barrio asegura que el último mes ha sido «un desmadre total»
Secuencia del asalto a una de las tiendas de Santutxu el mes pasado; en el centro de la escena, la tapa de alcantarilla que fue utilizada para romper el escaparate. /
Cuenta la gerente de una óptica de Santutxu -no quiere dar más datos sobre su identidad- que su último disgusto fue «ayer mismo (el jueves) por la tarde». Sobre las 16.30, con la tienda llena y las dependientas atendiendo a la clientela, un individuo entró y se metió ocho gafas de sol en los pantalones («esto lo vimos luego, en las grabaciones de las cámaras»). El caso es que cuando el ladrón abandonó la tienda con un botín valorado en mil euros, saltaron las alarmas. «Salimos y le vimos caminando con el compinche que le esperaba fuera. Le grité 'eh, devuelve las gafas'. Él se dio la vuelta, me miró y me dijo 'vete a tomar por ojo ciego', y se fue andando tranquilamente. ¿Qué vamos a hacer, enfrentarnos? No nos exponemos».
El episodio llama la atención por la impunidad más que por la agresividad. Porque más violento fue lo que ocurrió a pocos metros, en el Locutorio Ali. «Hace tres semanas a las 3.50 de la madrugada me rompieron el escaparate con una tapa de alcantarilla», cuenta Samir, el dueño. Se llevaron 3.000 euros en efectivo y tres móviles. «Luego el que robó trató de vender los teléfonos en la tienda de un paisano mío, también paquistaní, aquí mismo, en el barrio. Él reconoció las etiquetas y me avisó. El ladrón está identificado, sabemos dónde vive y se lo hemos dicho a la Policía».
Esa manera de proceder, la de arrojar una tapa de alcantarilla al escaparate o la puerta de cristal es frecuente. Justo al lado del locutorio está la tienda Néctar y su responsable también ha sido víctima de un robo con violencia similar este mes de agosto. «El 15, a las 6.05. El día anterior ese individuo ya había dejado la arqueta preparada justo aquí al lado, según me contaron algunos vecinos. ¡Pero nadie avisó de que eso estaba ahí!».
La reacción de las víctimas: «Vamos a acabar cerrando todos»
A menos de cien metros está la Pastelería Nerea, donde Begoña cuenta que estando de vacaciones entraron dos veces en su negocio. La segunda, removiendo la plancha de madera que habían dejado los Bomberos tras reventarle el escaparate en la primera ocasión. «Ni me avisaron de nada. Me encontré con todo esto este lunes, cuando llegué». A Isabel, de la Boutique Tres, también le entraron dos veces en un intervalo de tres días «y fue el mismo individuo, porque se ve claramente en las imágenes de la cámara de seguridad». José Luis, de la peluquería Duo, es otro de los damnificados. «Estoy harto».
Estos son algunos de los negocios asaltados durante el mes pasado en Santutxu. Sus dueños reconocen estar cansados de la situación y quieren que se conozca. Y cada uno de ellos cuenta historias similares que le ocurrieron a otros: a un par de locales de manicura, el bar de un joven y otro que tiene su progenitora, el caso de un hostelero que se ha pasado dos noches durmiendo en su local para evitar más sustos. En la lista también figuran una farmacia, una frutería, un kebab... El caso sangrante de una tienda donde, tras ser desvalijada y con la puerta reventada, el vídeo de seguridad muestra cómo entra gente que pasaba por ahí paseando al perro para llevarse botes de champú.
Sin precedentes
¿Es esto tan grave como parece? «No hay derecho. Es un desmadre total», se duele Loli Porcel, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Santutxu. «Llevo en el barrio más de treinta años trabajando en el comercio y nunca he visto nada como lo que estamos sufriendo ahora. Sobre todo en el último mes: te garantizo que ha habido más de veinte robos en tiendas. Como poco. La situación viene de antes y ya se lo he dicho a la Policía Municipal, al alcalde... Y apenas hay vigilancia en las calles».
A estos profesionales les interesa poco el debate político sobre seguridad ciudadana, que a menudo naufraga en un pantano de autocomplacencia, ingenuidad o exageraciones, según quien pontifique. «Lo que queremos son soluciones. Todos sabemos quiénes están haciendo estas cosas y siguen en la calle». La portavoz de los comerciantes admite que «hay gente que ya ni denuncia» salvo que sea necesario para gestionar los seguros porque «hay que perder dos mañanas para hacer declaraciones», sin grandes perspectivas de recuperar nada de lo robado y para «ver a los autores por la calle tranquilamente ese mismo día».
En el Ayuntamiento apuntan que «nos constan once denuncias por robo con fuerza en locales comerciales de Santutxu durante el mes de agosto». Casi es la cifra de negocios con los que este periódico habló ayer por la mañana en un paseo de urgencia, y todos ellos habían puesto denuncia. En ocasiones, como queda dicho, dos denuncias. Las mismas fuentes municipales señalan que «tanto Ertzaintza como Policía Municipal están trabajando para identificar a los autores, revisando pruebas, testigos y grabaciones». Además, recuerdan que «a mediados de este mes tendrá lugar la reunión del Taller de Barrio de Seguridad, con vecinos y comerciantes, donde se escuchará a ambos y se tratará el tema».
Llama la atención que esta situación se dé de un modo tan localizado, en este barrio, el más poblado de la ciudad. ¿No ocurre en otros sitios? «Lo que está pasando en Santutxu es una situación excepcional, muy localizada. En el resto de Bilbao por supuesto que hay situaciones de este tipo, pero no más de lo normal», apunta Rafael Gardeazabal, presidente de BilbaoDendak.
Se trata de un asunto curioso. Los Chicos, tienda de ropa interior y pijamas, cuenta con más de una decena de locales por Bizkaia. «En Santutxu hay más peligro», dice Ander, su responsable. El negocio ubicado en este barrio ha sido objeto de un robo el mes pasado con la misma dinámica: una tapa de alcantarilla y «muchos desperfectos».