Ramon Flores
Madmaxista
ACTUALIDAD
46 Minutos
Al menos 400.000 mujeres están afectadas por la colocación y mal estado de las prótesis de silicona industrial
El Tribunal de Apelación de París indemnizará a las demandantes con cuantías de 17.000 a 70.000 euros
Angustia e incertidumbre. Dos palabras que se quedan cortas para resumir el calvario que han tenido que soportar más de 400.000 mujeres en todo el mundo tras colocarse hace ya más de una década los implantes mamarios PIP (Poly Implant Prothese, en francés). Cada una de ellas, con nombre y apellido y una historia que contar, tomó la decisión de implantarse prótesis de silicona en los senos, sin saber que esa decisión le daría un giro de 180 grados a su vida.
Cándida Tabúas, de 65 años, es una de las afectadas y narra su trágica experiencia con las PIP: «Dos años después de que me operé comencé a sentir un dolor muy fuerte en el seno izquierdo. En
la resonancia magnética se veían las dos prótesis totalmente rotas con el gel diseminado por todo el cuerpo». La gallega de Puenteareas confiesa que por temas económicos tuvo que esperar cuatro años para poder quitarse las prótesis. «Es vivir con una zozobra de no saber qué te puede suceder en el futuro», dice al tiempo que explica que a todas las afectadas les quedan secuelas de por vida, en su caso, el dolor perenne que le impide dormir o recostarse de ese lado.
Se calcula que se fabricaron un millón de implantes entre 2001 y 2010. Teniendo en cuenta las existencias no vendidas, el número de mujeres afectadas se sitúa en 400.000, de ellas 18.000 son españolas, según la información que publica PIPA (PIP Implant World Victims Association), la plataforma que recoge a la mayor cantidad de afectadas en el mundo.
«Nos metieron veneno»
«Lo pasé muy mal, perdí mi trabajo y acabé divorciándome… siempre se enfocó como un problema de estética y no de salud pública», asegura Eva Gimenez, una de las pioneras en denunciar el caso de las PIP en España. «Nos metieron veneno y nos juzgaban por habernos operado. Es igual de lícito que ponerse una prótesis de rodilla. Lo hacemos para vernos mejor y sentirnos bien», explica esta valenciana que pasó por cuatro cirugías mamarias y todavía sigue teniendo restos de silicona en su cuerpo, pérdida de cabello, debilidad y dolores articulares.
«Es igual de lícito que ponerse una prótesis de rodilla. Lo hacemos para vernos mejor y sentirnos bien»
A comienzos del 2010, la Agencia francesa del Medicamento AFSSAPS (ahora ANSM) lanzó una alerta sanitaria y prohibió la venta y el uso de estas prótesis precargadas al percatarse que la empresa utilizó «un gel industrial mucho más barato, que normalmente se usa para el revestimiento de cables eléctricos». Inmediatamente, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), informada del escándalo de las PIP en Francia, pidió a los centros y profesionales sanitarios a nivel nacional que cesen la implantación por el posible aumento de casos de rotura e inflamaciones locales asociados al uso de estos implantes.
«La AEMPS creó un protocolo de actuación que no tuvo una aplicación práctica. Esto era un tema de salud pública, pero como el 95% de las mujeres se había operado en la clínica privada las enviaron de vuelta con su cirujano», explica Francisco Boronat, director de Bureau Partagas abogados, que representa desde 2012 a la Asociación Nacional de Afectadas por Prótesis PIP en España (ANAP). «Lo máximo que llegó a hacer la Seguridad Social fue retirar las prótesis cuando tenía pacientes con patologías de mama, no ofreciendo una nueva implantación y, en numerosas ocasiones, limitando su actuación a la mera explantación», asegura Boronat que lleva junto al despacho Gaudon & Associés la demanda de más de 700 víctimas españolas, menos de un 5% del total de afectadas.
«Lo máximo que llegó a hacer la Seguridad Social fue retirar las prótesis cuando tenía pacientes con patologías de mama»
«Yo creo que hay muchas mujeres que todavía tienen miedo a demandar porque no quieren ser señaladas. Se frivolizó mucho con este tema y no querrán volver a pasar por lo mismo», comenta Gimenez.
Colombia, Reino Unido y Venezuela es donde más se concentra el número de mujeres afectadas con 60.000, 50.000 y 40.000 casos, respectivamente. Seguido viene Francia (30.000), España (18.000) Brasil (12.000), Italia (10.000), Argentina (12.000), México (10.000), Australia (6.000), Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia (5.000), Irlanda (3.000) y Alemania (3.000).
Indemnización de las víctimas
Tan solo un 10% de las 400.000 afectadas forma parte de la demanda colectiva de salud más grande del mundo. Tras más de una década en un proceso penal complicado, el pasado 20 de mayo, el Tribunal de Apelación de París confirmó la responsabilidad del certificador ‘TÜV Rheinland’ en el caso de los implantes PIP. Esta decisión abre definitivamente el camino a la compensación total de las víctimas con indemnizaciones que van desde los 17.000 hasta los 70.000 euros.
Al procedimiento en Francia se siguen sumando nuevas afectadas, por lo que el Tribunal permite ir agregando nuevos expedientes en otras convocatorias. La demanda TÜV1 recoge unas 13.000 afectadas, TÜV2 y 3, 15.000, TÜV4, 15.000 y TÜV5 cerró el pasado viernes. Se abre ahora la siguiente convocatoria para el TÜV6.
Aunque Cándida pudo retirarse las prótesis que estaban totalmente destruidas, no sabe si en un futuro el gel de silicona industrial, que se esparció por todo su cuerpo, le causará otro tipo de enfermedades o padecimientos. Actualmente, se estima que más del 50% de las mujeres afectadas todavía llevan los implantes PIP. La mayoría de ellas no puede pagar los costos de la cirugía para su extracción.
Se estima que más del 50% de las mujeres afectadas todavía llevan los implantes PIP
Iris Álvarez se sometió a la cirugía en 2008 y cuenta su historia: «Empecé a sentir picazón, ardor, me las notaba rojas y sentía que el brazo izquierdo perdía fuerza». La mujer resalta que dentro del grupo de más de 5.000 venezolanas, que han demandado a la firma francesa, hay varias que han fallecido durante estos años tras desarrollar un cáncer o otras enfermedades.
La Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores de Venezuela (Anauco), presidida por Roberto León Parilli, lleva diez años batallando en los Tribunales franceses junto a la Asociación PIPA World. Ahora, han sellado una alianza con la firma de abogados Cohen y Aguirre para ayudar a la mayor cantidad de afectadas españolas a entrar en la demanda. León recuerda que es totalmente gratuito y que se hace de manera digital, sin necesidad de viajar a Francia.
DNI y certificado de las prótesis
Aproximadamente 50.000 mujeres ya forman parte de la demanda más grande de salud del mundo. Los esfuerzos de los abogados y las asociaciones, que llevan estos casos, se centran ahora en conseguir a más afectadas para sumarlas a la demanda y que puedan ser indemnizadas por los daños y perjuicios.
El presidente de Anauco, Roberto León Parilli, que lleva más de una década abocado a este proceso judicial, dice a ABC que los únicos requisitos que necesitan las demandantes son: la tarjeta de certificación de la colocación de las prótesis PIP, que indica el serial y el lote de sus prótesis, que en caso de no tenerlo se puede sustituir por un informe elaborado por el médico que las colocó o, en su defecto, el que las extrajo y el DNI en vigencia. «Con esos dos documentos, el trámite se hace de manera digital. No hay que viajar a Francia», afirma el abogado.
«Con un sentencia emblemática y contudente logramos la responsabilidad definitiva de la Certificadora TÜV. La indenmización preliminar es de 3.000 euros y la complementaria tiene que pasar por un perito que asignará una cuantía que asciede hasta los 70.000 euros», señala. Este perito evaluará de manera individual el caso de cada una de las afectadas. «Urge este proceso porque hay muchas mujeres que todavía tienen las prótesis puestas y con ese dinero podrán retirárselas», concluye León.
Cronología del proceso judicial
Marzo de 2010. Estalla el escándalo
El escándalo de las PIP sale a la luz cuando la Agencia de Medicamentos de Francia (ANSM) prohíbe la venta y el uso de estas prótesis de gel de silicona en el cuerpo humano. El fraude fue descubierto por dos inspectores de la ANSM.
Marzo de 2012. Primera demanda
Se inicia un procedimiento contra la certificadora TÜV Rheinland, la cual es acusada de ser negligente. Hay amplias pruebas de que infringieron los reglamentos europeos. Más de 1.500 víctimas de todo el mundo se unieron a este procedimiento.
Julio de 2019. Inscripción de afectadas
Después de que el Tribunal de Casación francés confirmara la responsabilidad de TÜV Rheinland, se reabre la causa y se suman más mujeres a la demanda TÜV 2 y 3 (15.000) y TÜV 4 (15.000). El 30 de junio se cerró el TÜV 5 y se abre el 6.
Mayo 2021. Ganan el caso en París
Tras más de una década de procedimientos y de sentencias contradictorias, el primer grupo de afectadas TÜV 1 (unas 15.000 mujeres), obtiene una sentencia favorable para la indemnización de miles de víctimas PIP en todo el mundo.
46 Minutos
Al menos 400.000 mujeres están afectadas por la colocación y mal estado de las prótesis de silicona industrial
El Tribunal de Apelación de París indemnizará a las demandantes con cuantías de 17.000 a 70.000 euros
Angustia e incertidumbre. Dos palabras que se quedan cortas para resumir el calvario que han tenido que soportar más de 400.000 mujeres en todo el mundo tras colocarse hace ya más de una década los implantes mamarios PIP (Poly Implant Prothese, en francés). Cada una de ellas, con nombre y apellido y una historia que contar, tomó la decisión de implantarse prótesis de silicona en los senos, sin saber que esa decisión le daría un giro de 180 grados a su vida.
Cándida Tabúas, de 65 años, es una de las afectadas y narra su trágica experiencia con las PIP: «Dos años después de que me operé comencé a sentir un dolor muy fuerte en el seno izquierdo. En
la resonancia magnética se veían las dos prótesis totalmente rotas con el gel diseminado por todo el cuerpo». La gallega de Puenteareas confiesa que por temas económicos tuvo que esperar cuatro años para poder quitarse las prótesis. «Es vivir con una zozobra de no saber qué te puede suceder en el futuro», dice al tiempo que explica que a todas las afectadas les quedan secuelas de por vida, en su caso, el dolor perenne que le impide dormir o recostarse de ese lado.
Se calcula que se fabricaron un millón de implantes entre 2001 y 2010. Teniendo en cuenta las existencias no vendidas, el número de mujeres afectadas se sitúa en 400.000, de ellas 18.000 son españolas, según la información que publica PIPA (PIP Implant World Victims Association), la plataforma que recoge a la mayor cantidad de afectadas en el mundo.
«Nos metieron veneno»
«Lo pasé muy mal, perdí mi trabajo y acabé divorciándome… siempre se enfocó como un problema de estética y no de salud pública», asegura Eva Gimenez, una de las pioneras en denunciar el caso de las PIP en España. «Nos metieron veneno y nos juzgaban por habernos operado. Es igual de lícito que ponerse una prótesis de rodilla. Lo hacemos para vernos mejor y sentirnos bien», explica esta valenciana que pasó por cuatro cirugías mamarias y todavía sigue teniendo restos de silicona en su cuerpo, pérdida de cabello, debilidad y dolores articulares.
«Es igual de lícito que ponerse una prótesis de rodilla. Lo hacemos para vernos mejor y sentirnos bien»
A comienzos del 2010, la Agencia francesa del Medicamento AFSSAPS (ahora ANSM) lanzó una alerta sanitaria y prohibió la venta y el uso de estas prótesis precargadas al percatarse que la empresa utilizó «un gel industrial mucho más barato, que normalmente se usa para el revestimiento de cables eléctricos». Inmediatamente, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), informada del escándalo de las PIP en Francia, pidió a los centros y profesionales sanitarios a nivel nacional que cesen la implantación por el posible aumento de casos de rotura e inflamaciones locales asociados al uso de estos implantes.
«La AEMPS creó un protocolo de actuación que no tuvo una aplicación práctica. Esto era un tema de salud pública, pero como el 95% de las mujeres se había operado en la clínica privada las enviaron de vuelta con su cirujano», explica Francisco Boronat, director de Bureau Partagas abogados, que representa desde 2012 a la Asociación Nacional de Afectadas por Prótesis PIP en España (ANAP). «Lo máximo que llegó a hacer la Seguridad Social fue retirar las prótesis cuando tenía pacientes con patologías de mama, no ofreciendo una nueva implantación y, en numerosas ocasiones, limitando su actuación a la mera explantación», asegura Boronat que lleva junto al despacho Gaudon & Associés la demanda de más de 700 víctimas españolas, menos de un 5% del total de afectadas.
«Lo máximo que llegó a hacer la Seguridad Social fue retirar las prótesis cuando tenía pacientes con patologías de mama»
«Yo creo que hay muchas mujeres que todavía tienen miedo a demandar porque no quieren ser señaladas. Se frivolizó mucho con este tema y no querrán volver a pasar por lo mismo», comenta Gimenez.
Colombia, Reino Unido y Venezuela es donde más se concentra el número de mujeres afectadas con 60.000, 50.000 y 40.000 casos, respectivamente. Seguido viene Francia (30.000), España (18.000) Brasil (12.000), Italia (10.000), Argentina (12.000), México (10.000), Australia (6.000), Suecia, Dinamarca, Noruega, Finlandia (5.000), Irlanda (3.000) y Alemania (3.000).
Indemnización de las víctimas
Tan solo un 10% de las 400.000 afectadas forma parte de la demanda colectiva de salud más grande del mundo. Tras más de una década en un proceso penal complicado, el pasado 20 de mayo, el Tribunal de Apelación de París confirmó la responsabilidad del certificador ‘TÜV Rheinland’ en el caso de los implantes PIP. Esta decisión abre definitivamente el camino a la compensación total de las víctimas con indemnizaciones que van desde los 17.000 hasta los 70.000 euros.
Al procedimiento en Francia se siguen sumando nuevas afectadas, por lo que el Tribunal permite ir agregando nuevos expedientes en otras convocatorias. La demanda TÜV1 recoge unas 13.000 afectadas, TÜV2 y 3, 15.000, TÜV4, 15.000 y TÜV5 cerró el pasado viernes. Se abre ahora la siguiente convocatoria para el TÜV6.
Aunque Cándida pudo retirarse las prótesis que estaban totalmente destruidas, no sabe si en un futuro el gel de silicona industrial, que se esparció por todo su cuerpo, le causará otro tipo de enfermedades o padecimientos. Actualmente, se estima que más del 50% de las mujeres afectadas todavía llevan los implantes PIP. La mayoría de ellas no puede pagar los costos de la cirugía para su extracción.
Se estima que más del 50% de las mujeres afectadas todavía llevan los implantes PIP
Iris Álvarez se sometió a la cirugía en 2008 y cuenta su historia: «Empecé a sentir picazón, ardor, me las notaba rojas y sentía que el brazo izquierdo perdía fuerza». La mujer resalta que dentro del grupo de más de 5.000 venezolanas, que han demandado a la firma francesa, hay varias que han fallecido durante estos años tras desarrollar un cáncer o otras enfermedades.
La Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores de Venezuela (Anauco), presidida por Roberto León Parilli, lleva diez años batallando en los Tribunales franceses junto a la Asociación PIPA World. Ahora, han sellado una alianza con la firma de abogados Cohen y Aguirre para ayudar a la mayor cantidad de afectadas españolas a entrar en la demanda. León recuerda que es totalmente gratuito y que se hace de manera digital, sin necesidad de viajar a Francia.
DNI y certificado de las prótesis
Aproximadamente 50.000 mujeres ya forman parte de la demanda más grande de salud del mundo. Los esfuerzos de los abogados y las asociaciones, que llevan estos casos, se centran ahora en conseguir a más afectadas para sumarlas a la demanda y que puedan ser indemnizadas por los daños y perjuicios.
El presidente de Anauco, Roberto León Parilli, que lleva más de una década abocado a este proceso judicial, dice a ABC que los únicos requisitos que necesitan las demandantes son: la tarjeta de certificación de la colocación de las prótesis PIP, que indica el serial y el lote de sus prótesis, que en caso de no tenerlo se puede sustituir por un informe elaborado por el médico que las colocó o, en su defecto, el que las extrajo y el DNI en vigencia. «Con esos dos documentos, el trámite se hace de manera digital. No hay que viajar a Francia», afirma el abogado.
«Con un sentencia emblemática y contudente logramos la responsabilidad definitiva de la Certificadora TÜV. La indenmización preliminar es de 3.000 euros y la complementaria tiene que pasar por un perito que asignará una cuantía que asciede hasta los 70.000 euros», señala. Este perito evaluará de manera individual el caso de cada una de las afectadas. «Urge este proceso porque hay muchas mujeres que todavía tienen las prótesis puestas y con ese dinero podrán retirárselas», concluye León.
Cronología del proceso judicial
Marzo de 2010. Estalla el escándalo
El escándalo de las PIP sale a la luz cuando la Agencia de Medicamentos de Francia (ANSM) prohíbe la venta y el uso de estas prótesis de gel de silicona en el cuerpo humano. El fraude fue descubierto por dos inspectores de la ANSM.
Marzo de 2012. Primera demanda
Se inicia un procedimiento contra la certificadora TÜV Rheinland, la cual es acusada de ser negligente. Hay amplias pruebas de que infringieron los reglamentos europeos. Más de 1.500 víctimas de todo el mundo se unieron a este procedimiento.
Julio de 2019. Inscripción de afectadas
Después de que el Tribunal de Casación francés confirmara la responsabilidad de TÜV Rheinland, se reabre la causa y se suman más mujeres a la demanda TÜV 2 y 3 (15.000) y TÜV 4 (15.000). El 30 de junio se cerró el TÜV 5 y se abre el 6.
Mayo 2021. Ganan el caso en París
Tras más de una década de procedimientos y de sentencias contradictorias, el primer grupo de afectadas TÜV 1 (unas 15.000 mujeres), obtiene una sentencia favorable para la indemnización de miles de víctimas PIP en todo el mundo.
Al menos 18.000 españolas, víctimas del mayor fraude sanitario del mundo por las prótesis mamarias PIP • El Matinal
Al menos 400.000 mujeres están afectadas por la colocación y mal estado de las prótesis de silicona industrial El Tribunal de Apelación de París indemnizará a las demandantes con cuantías de 17.000 a 70.000 euros Angustia e incertidumbre. Dos palabras que se quedan cortas para resumir el...
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