Afirman que un kilo de carne contamina más que un automóvil | Diario Correo
Para lograr un kilogramo de carne de vacuno en Brasil se producen 335 kilogramos de dióxido de carbono (CO2), exactamente la misma cantidad de gases de efecto invernadero que un viaje de 1.600 kilómetros en un automóvil europeo de consumo mediano.
A esa conclusión han llegado expertos de Austria y Holanda en un reciente estudio, cuyos resultados publicó hoy la agencia APA.
En el caso de la carne de vaca de los Países Bajos, la producción de un kilo equivale a 111 kilómetros de trayecto en automóvil, pues en ambas situaciones el CO2 emitido es de 22 kilogramos.
Kurt Schmidinger, de la Universidad de Viena, y Elke Stehfest, de la agencia PBL Netherlands Environmental Assessment Agency, han desarrollado un sistema especial para hacer un inventario del coste climático de los alimentos.
La mayor innovación en estos cálculos es que, además de las emisiones en la producción de los alimentos, también se contabiliza la superficie del pasto para los animales, un factor obviado hasta ahora, pese a considerarse central para el cambio climático.
La razón es que los pastos de grandes superficies impiden el desarrollo de bosques y plantas naturales, que a su vez actúan de absorbentes de CO2 de la atmósfera", lo que combate el efecto invernadero.
Según los expertos, la producción de alimentos vegetales es la menos nociva para el medio ambiente. EFE
Para lograr un kilogramo de carne de vacuno en Brasil se producen 335 kilogramos de dióxido de carbono (CO2), exactamente la misma cantidad de gases de efecto invernadero que un viaje de 1.600 kilómetros en un automóvil europeo de consumo mediano.
A esa conclusión han llegado expertos de Austria y Holanda en un reciente estudio, cuyos resultados publicó hoy la agencia APA.
En el caso de la carne de vaca de los Países Bajos, la producción de un kilo equivale a 111 kilómetros de trayecto en automóvil, pues en ambas situaciones el CO2 emitido es de 22 kilogramos.
Kurt Schmidinger, de la Universidad de Viena, y Elke Stehfest, de la agencia PBL Netherlands Environmental Assessment Agency, han desarrollado un sistema especial para hacer un inventario del coste climático de los alimentos.
La mayor innovación en estos cálculos es que, además de las emisiones en la producción de los alimentos, también se contabiliza la superficie del pasto para los animales, un factor obviado hasta ahora, pese a considerarse central para el cambio climático.
La razón es que los pastos de grandes superficies impiden el desarrollo de bosques y plantas naturales, que a su vez actúan de absorbentes de CO2 de la atmósfera", lo que combate el efecto invernadero.
Según los expertos, la producción de alimentos vegetales es la menos nociva para el medio ambiente. EFE