Fosforiano
de Gaullista
Un grupo de valencianos enfermos tras recibir la inyección se unen para reclamar ayudas
Todo el mundo tiene en la mente una fecha que le ha cambiado la vida. Para bien o para mal. La de Celia Piquer es el 29 de marzo de 2021. Ese día por responsabilidad, y también por solidaridad, se vacunó contra la el bichito. Por su condición de veterinaria (una profesión esencial) lo hizo unas semanas antes de lo que le hubiera correspondido de acuerdo a su franja de edad, pero lo que jamás pudo imaginar es que aquel pinchazo de AstraZeneca le iba a arruinar la vida. «Yo era una persona superactiva, que amaba mi profesión, y hoy estoy enferma y soy totalmente dependiente. Necesito ayuda para todo», explica esta
veterinaria de 47 años que durante años desarrolló su actividad en una clínica de Almassora y que desde que enfermó se ha visto obligada a volver a la casa de sus padres.
Aunque la inmensa mayoría de las más de 41 millones de personas que en España se pusieron al menos una dosis de la banderilla contra el cobi19 no sufrieron efectos adversos de importancia (más allá de un poco de fiebre y malestar general), hay otras a las que aquella dosis les han dejado secuelas de por vida. Celia es una de ellas. Núria Tabares es otra. Y Avel.lí Pastor. Todos son de Castellón. Todos son afectados por las banderillas contra la el bichito y, junto a otros damnificados, forman parte de una asociación (APAVaC19) que busca visibilizar la situación en la que se encuentran, crear unidades específicas en hospitales públicos para diagnosticar e investigar estas enfermedades y reconocer sus incapacidades laborales.
afectados-banderillas-el bichito-piden-visibilidad-89646528.html
Todo el mundo tiene en la mente una fecha que le ha cambiado la vida. Para bien o para mal. La de Celia Piquer es el 29 de marzo de 2021. Ese día por responsabilidad, y también por solidaridad, se vacunó contra la el bichito. Por su condición de veterinaria (una profesión esencial) lo hizo unas semanas antes de lo que le hubiera correspondido de acuerdo a su franja de edad, pero lo que jamás pudo imaginar es que aquel pinchazo de AstraZeneca le iba a arruinar la vida. «Yo era una persona superactiva, que amaba mi profesión, y hoy estoy enferma y soy totalmente dependiente. Necesito ayuda para todo», explica esta
veterinaria de 47 años que durante años desarrolló su actividad en una clínica de Almassora y que desde que enfermó se ha visto obligada a volver a la casa de sus padres.
Aunque la inmensa mayoría de las más de 41 millones de personas que en España se pusieron al menos una dosis de la banderilla contra el cobi19 no sufrieron efectos adversos de importancia (más allá de un poco de fiebre y malestar general), hay otras a las que aquella dosis les han dejado secuelas de por vida. Celia es una de ellas. Núria Tabares es otra. Y Avel.lí Pastor. Todos son de Castellón. Todos son afectados por las banderillas contra la el bichito y, junto a otros damnificados, forman parte de una asociación (APAVaC19) que busca visibilizar la situación en la que se encuentran, crear unidades específicas en hospitales públicos para diagnosticar e investigar estas enfermedades y reconocer sus incapacidades laborales.
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