El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
Con el vuelo Cagliari-Roma de esta noche concluye la historia de Alitalia, un símbolo en todo el mundo, después de 74 años y varios rescates que no han conseguido mantenerla a flote y nacerá una nueva aerolínea totalmente estatal con una flota de 52 aviones y que sólo contratará a cerca 3.000 de los 11.000 antiguos empleados de la compañía.
El vuelo del Airbus A320 que despegará a las 22.05 horas desde Cagliari (Cerdeña) con llegada a las 23.10 a Roma Fiumicino, con 177 pasajeros y pilotado por el comandante Andrea Gioia, será el último de la aerolínea de bandera italiana, la compañía de los papas en 169 viajes internacionales.
Termina así una historia de éxitos, pero también de continuos fracasos en su gestión, con pérdidas de 1.800 millones de euros para las arcas del Estado, que ahora vuelve a ser el responsable, bajo el ojo atento de la Unión Europea, de otra aerolínea de bandera, Italia tras*porte Aéreo (ITA), que pueda garantizar los primeros vuelos imprescindibles para las conexiones en el país.
8.000 trabajadores en paro
Los trabajadores de Alitalia se han vuelto hoy a concentrar como los días pasados en el aeropuerto romano de Fiumicino para protestar por el cierre de Alitalia y las 8.000 personas que desde mañana estarán en el paro. “Hoy es el último día de la compañía gracias a una política italiana que no nos ha ayudado y a unos dirigentes incompetentes. Hemos protestado pero no nos han escuchado”, explica a Efe Simonetta, que trabajaba en la compañía desde 1990, mientras su compañero Daniele, que lleva 35 años en Alitalia, califica el cambio como “un desastre social” que afectará “sobre todo a los trabajadores más jóvenes”. La inseguridad sobre el futuro es lo que más preocupa, como asegura Barbara, con 25 años en la aerolínea: “Nos hemos encontrado sin trabajo de hoy para mañana, no tenemos edad para la jubilación y no sabemos que haremos. Somos padres y madres de familia y existe miedo al futuro”.
Éxitos y fracasos
Tras el primer vuelo Roma-Turín en 1947, Alitalia se convirtió en una de las aerolíneas preferidas internacionalmente por su atención al pasajero. En 1960 fue patrocinador oficial de los Juegos Olímpicos de Roma y en las siguientes décadas se abrieron rutas internacionales, sobre todo en América y Oriente. A mediados de los años 90 comenzaron los problemas económicos y el intento de una primera y fallida fusión con Air France, que finalmente se concretó en 1997 con la holandesa KLM. El acuerdo preveía la reubicación del centro de distribución desde Roma-Fiumicino a Milán-Malpensa y el cierre de casi todos los vuelos desde el aeropuerto milanés de Linate, pero en abril de 2000 KLM decidió terminar la alianza y comenzaron los primeros intentos de privatización, que se prolongaron hasta 2007, cuando se aceptó la oferta de Air France-KLM.
Pero al año siguiente, a un paso del acuerdo definitivo, Air France se retiró al no garantizar Silvio Berlusconi la oferta del grupo franco-holandés en caso de ganar las elecciones, como así sucedió. Surgió entonces la idea de un consorcio nacional de emprendedores encabezados por Roberto Colaninno y que incluía al grupo Benetton y nació en 2009 CAI, la unión de Alitalia y la aerolínea Airone, con Air France- KLM como socio estratégico con el 25% del capital. En cinco años, la compañía cambió tres consejeros delegados y en el último trimestre de 2013 se hizo necesaria una recapitalización, ya sin la participación de Air France, mientras entraba en un posterior aumento de capital la estatal Correos italiano (Poste Italiane), con 75 millones de euros.
El 8 de agosto de 2014, Etihad Airways anunció la compra del 49% de Alitalia, pero solo tres años después Alitalia afrontaba una nueva crisis financiera, que requirió una recapitalización y un nuevo plan industrial, rechazado por los empleados. Finalmente, el 2 de mayo de 2017, la junta de accionistas aprobó la entrada en administración extraordinaria de la compañía, decretando la salida de Etihad y todos los accionistas minoritarios. Para mantener a Alitalia con vida, el gobierno proporcionó dos préstamos puente, de 900 y 400 millones de euros.
Una nueva y más pequeña aerolínea
En 2020, se autorizó la creación de la nueva compañía, ITA, con el compromiso del Gobierno ante Bruselas de no inyectar más de 1.350 millones de euros en el capital hasta 2023, de los cuales 700 millones se destinarán este año. Mientras, ITA sigue en negociaciones con los sindicatos sobre las condiciones de los nuevos contratos, pues se prevé que al inicio contará con menos de 3.000 trabajadores, que elevará hasta los 5.700 en 2025, respecto a los casi 11.000 que integran la plantilla de Alitalia. La nueva aerolínea iniciará sus primeras operaciones con 52 aviones, fruto de una oferta realizada a la administración extraordinaria de Alitalia y se prevé que la flota se amplíe en 2022 hasta las 78 aeronaves y a finales de 2025, a 105.
El vuelo del Airbus A320 que despegará a las 22.05 horas desde Cagliari (Cerdeña) con llegada a las 23.10 a Roma Fiumicino, con 177 pasajeros y pilotado por el comandante Andrea Gioia, será el último de la aerolínea de bandera italiana, la compañía de los papas en 169 viajes internacionales.
Termina así una historia de éxitos, pero también de continuos fracasos en su gestión, con pérdidas de 1.800 millones de euros para las arcas del Estado, que ahora vuelve a ser el responsable, bajo el ojo atento de la Unión Europea, de otra aerolínea de bandera, Italia tras*porte Aéreo (ITA), que pueda garantizar los primeros vuelos imprescindibles para las conexiones en el país.
8.000 trabajadores en paro
Los trabajadores de Alitalia se han vuelto hoy a concentrar como los días pasados en el aeropuerto romano de Fiumicino para protestar por el cierre de Alitalia y las 8.000 personas que desde mañana estarán en el paro. “Hoy es el último día de la compañía gracias a una política italiana que no nos ha ayudado y a unos dirigentes incompetentes. Hemos protestado pero no nos han escuchado”, explica a Efe Simonetta, que trabajaba en la compañía desde 1990, mientras su compañero Daniele, que lleva 35 años en Alitalia, califica el cambio como “un desastre social” que afectará “sobre todo a los trabajadores más jóvenes”. La inseguridad sobre el futuro es lo que más preocupa, como asegura Barbara, con 25 años en la aerolínea: “Nos hemos encontrado sin trabajo de hoy para mañana, no tenemos edad para la jubilación y no sabemos que haremos. Somos padres y madres de familia y existe miedo al futuro”.
Éxitos y fracasos
Tras el primer vuelo Roma-Turín en 1947, Alitalia se convirtió en una de las aerolíneas preferidas internacionalmente por su atención al pasajero. En 1960 fue patrocinador oficial de los Juegos Olímpicos de Roma y en las siguientes décadas se abrieron rutas internacionales, sobre todo en América y Oriente. A mediados de los años 90 comenzaron los problemas económicos y el intento de una primera y fallida fusión con Air France, que finalmente se concretó en 1997 con la holandesa KLM. El acuerdo preveía la reubicación del centro de distribución desde Roma-Fiumicino a Milán-Malpensa y el cierre de casi todos los vuelos desde el aeropuerto milanés de Linate, pero en abril de 2000 KLM decidió terminar la alianza y comenzaron los primeros intentos de privatización, que se prolongaron hasta 2007, cuando se aceptó la oferta de Air France-KLM.
Pero al año siguiente, a un paso del acuerdo definitivo, Air France se retiró al no garantizar Silvio Berlusconi la oferta del grupo franco-holandés en caso de ganar las elecciones, como así sucedió. Surgió entonces la idea de un consorcio nacional de emprendedores encabezados por Roberto Colaninno y que incluía al grupo Benetton y nació en 2009 CAI, la unión de Alitalia y la aerolínea Airone, con Air France- KLM como socio estratégico con el 25% del capital. En cinco años, la compañía cambió tres consejeros delegados y en el último trimestre de 2013 se hizo necesaria una recapitalización, ya sin la participación de Air France, mientras entraba en un posterior aumento de capital la estatal Correos italiano (Poste Italiane), con 75 millones de euros.
El 8 de agosto de 2014, Etihad Airways anunció la compra del 49% de Alitalia, pero solo tres años después Alitalia afrontaba una nueva crisis financiera, que requirió una recapitalización y un nuevo plan industrial, rechazado por los empleados. Finalmente, el 2 de mayo de 2017, la junta de accionistas aprobó la entrada en administración extraordinaria de la compañía, decretando la salida de Etihad y todos los accionistas minoritarios. Para mantener a Alitalia con vida, el gobierno proporcionó dos préstamos puente, de 900 y 400 millones de euros.
Una nueva y más pequeña aerolínea
En 2020, se autorizó la creación de la nueva compañía, ITA, con el compromiso del Gobierno ante Bruselas de no inyectar más de 1.350 millones de euros en el capital hasta 2023, de los cuales 700 millones se destinarán este año. Mientras, ITA sigue en negociaciones con los sindicatos sobre las condiciones de los nuevos contratos, pues se prevé que al inicio contará con menos de 3.000 trabajadores, que elevará hasta los 5.700 en 2025, respecto a los casi 11.000 que integran la plantilla de Alitalia. La nueva aerolínea iniciará sus primeras operaciones con 52 aviones, fruto de una oferta realizada a la administración extraordinaria de Alitalia y se prevé que la flota se amplíe en 2022 hasta las 78 aeronaves y a finales de 2025, a 105.
Adiós a Alitalia, símbolo e historia de éxitos y fracasos
Esta noche aterrizará en Roma el último vuelo de la aerolínea tras 74 años de historia y varios rescates que no han logrado mantenerla a flote
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