Adicae: un desastre para los consumidores bancarios

paco jones

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Adicae: un desastre para los consumidores bancarios

Sus demandas colectivas, aprovechadas por los abogados de la banca para taponar las demandas individuales.

Las actuaciones llevadas a cabo por Adicae en materia de consumo bancario –cláusula suelo, preferentes, dación en pago– están facilitando la defensa de las entidades bancarias y perjudicando los intereses de los clientes.

Las actuaciones recientes de Adicae ponen cada vez más en duda su carácter de asociación que defiende los intereses de los consumidores. Una asociación, presidida por Manuel Pardos, que fue condenada en 2008, por el Tribunal Supremo, a devolver más de medio millón de euros en subvenciones declaradas ilegales (ver recuadro en esta página).

Tras recuperarse de este duro golpe económico –que amenazó a su supervivencia–, la asociación ha llevado a cabo una política errática que obliga a preguntarse si realmente está del lado de los consumidores o del de la banca. Hay varios ejemplos.

CCU

La asociación que preside Manuel Pardos recibió, entre octubre de 2006 y febrero de 2007, un total de 526.205,46 euros, en concepto de subvenciones, que fueron declaradas ilegales por el Tribunal Supremo (sentencia de 7/02/08), para el apoyo y asesoramiento de los afectados de Afinsa y Fórum. Adicae tuvo que devolver esa cantidad, más las subvenciones de los años 2008 y 2009, recibidas de manera irregular al no haber procedido, en aquel momento, a la devolución de las subvenciones declaradas ilegales.

Adicae pertenece al Consejo de Consumidores y Usuarios (CCU) del Instituto Nacional del Consumo. Un grupo de asociaciones autodefinidas como ‘más representativas’, a quienes se ha otorgado legitimidad –y subvenciones– negadas a otras asociaciones de larga trayectoria y probada eficacia en la defensa de los clientes, como Ausbanc.

Desde el CCU no se ha hecho ni una sola declaración, ni se ha adoptado medida alguna para combatir las malas prácticas bancarias que han proliferado en estos últimos años –permutas, preferentes, cláusula suelo, comisiones abusivas...–. Las apariciones públicas de su presidenta son esporádicas, y casi siempre referidas a cuestiones políticas.

Demandas colectivas

Se suele decir que equivocarse una vez es un error; dos veces es una torpeza; y tres veces es una elección. Pues en el caso de Adicae, la presentación de demandas colectivas en nombre de afectados por la comercialización engañosa de productos tóxicos –permutas o participaciones preferentes–, o por la imposición de cláusulas abusivas –suelo– constituye una elección.

La asociación ha optado por este mecanismo en varias ocasiones, ninguna de las cuales ha salido adelante.

La última demanda colectiva –en nombre de afectados por las preferentes de NCG–, ha sido rechazada por el Juzgado de 1ª Instancia nº 9 de Galicia.

Según el magistrado, “Adicae carece de legitimación para el ejercicio de las acciones colectivas restitutoria (...), indemnizatoria, por daño jovenlandesal, y de enriquecimiento injusto, puesto que la decisión sobre las mismas no puede ser colectiva, sino que exigiría, mediante el ejercicio de las oportunas acciones individuales, el análisis, también individual, de los distintos contratos”.

Es decir que, como defiende Ausbanc, los casos de preferentes deben tramitarse mediante demandas individuales, ya que cada caso es diferente. Los clientes de Adicae, después de haber pagado la cuota exigida, se han quedado a verlas venir.

Cláusula suelo

En el caso de la demanda colectiva contra un centenar de entidades financieras que aplican la cláusula suelo, los clientes tampoco han salido beneficiados. Más bien lo contrario: esta ‘macrodemanda’ –de gran complejidad técnica por la cantidad de entidades demandadas, muchas ya absorbidas o fusionadas– ha sido aprovechada por los abogados de las entidades para solicitar la suspensión de los procesos individuales hasta que se resuelva la demanda colectiva. En la práctica, esto ha bloqueado numerosas demandas: el Juzgado Mercantil de Huelva, por ejemplo, suspendió tres juicios, tras sendas demandas de Ausbanc contra Cajasol.

Es decir, que la demanda ha ejercido de ‘tapón’ en el resto de procesos individuales. Una estrategia que, en la práctica, ha beneficiado a la banca.

El extraño caso de la delegación de adicae en Extremadura

Abogados de Adicae desaconsejan ir a juicio

En enero de 2011 comenzó a anunciarse en Cáceres (ver carta) una asociación llamada ‘Grupo de Consumidores Afectados Cláusulas Suelo Caja Extremadura’, cuyo objetivo era “la eliminación de nuestras hipotecas de la cláusula que establece unos intereses mínimos a pagar”, por medio de una demanda.
En la información que facilitaban a los interesados por e-mail, abrían la puerta a una negociación con Caja Extremadura, y explicaban las ‘dificultades’ de la reclamación judicial. A quienes manifestaban su intención de sumarse, les remitían, desde la misma dirección de correo electrónico, un mensaje del despacho de abogados Pita & Broncano con las instrucciones para la contratación, que incluían otorgar un poder para pleitos ante notario, a favor de los abogados de Cáceres Carmen Piedad Pita Broncano y Carlos Arjona, este último, Coordinador de Adicae en Extremadura. Como reveló en su momento MD, Pita Broncano era profesora de la Universidad de Extremadura, donde tenía como compañero a Carlos Ongallo, entonces director de Obra Social y RR II de Caja Extremadura.
Desde MD nos preguntamos si esta maniobra podría ser una ‘pinza’ para desactivar demandas contra Caja Extremadura, por medio de una negociación, mientras, a escala nacional, Adicae demandaba a decenas de entidades por la ‘cláusula suelo’

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Adicae desenmascarada

Adicae desenmascarada

Ausbanc alerta a los consumidores ante las asociaciones o despachos de abogados que ofrecen condiciones muy ventajosas a los afectados por las participaciones preferentes, ‘swaps’ o cláusula suelo, ofreciéndoles presentar demandas colectivas. La Justicia ha dictaminado que este tipo de acciones no son adecuadas para el caso de las participaciones preferentes, ya que en cada afectado concurren unas circunstancias personales diferentes y, según la Justicia, no existe un “hecho dañoso” común a todos ellos.

Equivocarse una vez es un error, dos veces es una torpeza y tres veces es una elección. Una elección es lo que ha hecho ADICAE que después de haber cobrado cientos de miles de euros por la presentación de demandas colectivas a los afectados por las participaciones preferentes, ve como su estrategia está siendo rechazada por los tribunales de justicia.

1) ERROR: la presentación de demandas colectivas para la anulación de las cláusulas suelo que después de años interpuestas no avanzan por su complejidad e inadecuación.

Durante este tiempo AUSBANC ha ganado más de 40 sentencias, y sus clientes están recuperando ya el dinero cobrado por las entidades financieras ilegítimamente.

2) TORPEZA: Los tribunales han rechazado la pretensión de ADICAE de interponer demandas agrupadas frente a Bancos y Cajas que colocaron a sus clientes con hipotecas los swaps y otros productos de permutas de interés. Los jueces estiman que para emitir sentencia “se debe resolver como se le comercializó a cada persona en particular, deberá ir en procedimiento aparte”

3) ELECCION: Ausbanc ha celebrado hoy dos ruedas de prensa en Santiago de Compostela y Orense para alertar a los consumidores sobre la poca efectividad, y los peligros de las demandas colectivas en el caso de las participaciones preferentes.

El juzgado de primera instancia nº 9 de A Coruña ha dictado un auto en el declara que una asociación de consumidores –ADICAE- no está legitimada para la presentación de demandas colectivas.

El motivo fundamental por el que el juzgado niega la legitimidad a esta asociación es que no “existe “hecho dañoso” común sobre el que fundamentar la legitimación extraordinaria –de la asociación-, ni en última instancia se habría acreditado por parte de ADICAE haber practicado en debida forma la comunicación personal previa del inicio de la presente litis a todos y cada uno de los clientes de la demanda a los que pretende representar”.

El juzgado va más allá y matiza esta afirmación. “El primer requisito que debe concurrir para poder ejercitar una acción colectiva, es que exista un hecho dañoso común”. Esto, en el caso de las participaciones preferentes no se produce, ya que cada cliente ha firmado un contrato independiente con unas circunstancias personales concretas. “No pueden constituir hecho dañoso común los avatares contractuales de miles de consumidores. No se está partiendo de un único hecho dañoso con múltiples perjudicados”.

Demandas individuales

Este juzgado avala, en consecuencia, las tesis mantenidas por Ausbanc de que la única solución a las participaciones preferentes es la presentación de demandas individuales, ya que en cada afectado concurren unas circunstancias personales diferentes. “… la decisión sobre las mismas no puede ser colectiva sino que exigiría, mediante el ejercicio de las oportunas acciones individuales, el análisis, también individual, de los distintos contratos -aunque similares, nos encontramos ante multitud de relaciones contractuales en las que no en todos los casos las obligaciones son idénticas ni su situación es la misma”.

ADICAE se ha convertido en un producto tan toxico como los que pretende denunciar con escaso éxito. Con el agravante adicional que cobra de los clientes durante años a los que oculta la situación procesal de los procedimientos, y del estado.

El Boletín Oficial de Estado publica hoy las subvenciones aprobadas por el Instituto nacional de Consumo para esta asociación: más de 353.000 euros de los Presupuestos General del Estado a los que habría que sumar los recibidos de la CA de Madrid, Extremadura y Aragón, al menos, además de múltiples ayuntamientos y otros entes administrativos.

ADICAE lleva recibiendo años cantidades muy importantes de subvenciones , alguna de ellas has sido declaradas ilegales por los Tribunales sin que hasta el memento se haya procedido a la devolución efectiva de las cantidades cobradas ilegalmente.

Alerta a los consumidores

Ante esta posición del Juzgado, Ausbanc quiere alertar a los consumidores ante las asociaciones o despacho de abogados que ofrecen condiciones muy ventajosas a los afectados por las participaciones preferentes ofreciéndoles presentar demandas colectivas.

Esto supone un “engaño” a los consumidores, ya que este tipo de demandas no prosperará. Según Núñez, “este tipo de acciones, además de hacer perder el tiempo a la gente y desanimarla, son utilizadas como instrumento por la entidad bancaria demandada para tratar de impedir que afectados particulares demanden”.

En palabras sencillas, se produce un ‘efecto tapón’. Cuando se presenta una demanda colectiva y a continuación un particular quiere demandar a título personal, habitualmente el abogado de la entidad demandada alega que ya hay presentada una colectiva y, hasta que esta no se resuelva, el proceso queda paralizado. Dado que son demandas muy complicadas y con muchos implicados, lo habitual es que el proceso se demore por largo tiempo haciendo perder las esperanzas de los afectados que acaban “tirando la toalla”.

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