Karlb
Madmasista
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A ver, Pedro.
Los españoles, sin pedirlas, ya hemos recibido dos cartas tuyas.
En la primera ocultaste que tu mujer estaba investigada por corrupción. Muy mal. Por mucho que te hayas acostumbrado a mentir, no debes seguir haciéndolo. Y a los españoles nos gustaría que devolvieras el dinero de esos días de descanso que te tomaste para victimizarte. Y, de paso, que se vaya devolviendo todo el dinero que tu entorno ha acumulado mientras los españoles se morían en la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Ahora nos ha llegado la segunda carta, justo cuando hemos conocido que tu esposa ha sido citada para declarar como imputada por tráfico de influencias.
En los estados democráticos, la justicia es independiente. No está supeditada a los intereses personales de nadie y, por tanto, menos a ningún tipo de proceso electoral.
La ley impera para todos, se llame Pedro Sánchez o Begoña Gómez. Entiendo que como acabas de proclamar una amnistia inconstitucional has podido pensar que podrías liquidar de un plumazo el estado de derecho. Lo intentarás, pero te llevará más tiempo.
De momento te empeñas en obstaculizar la acción de la Justicia y en seguir senalando y presionando a los jueces. Lo mismo que a las empresas privadas.
A ver, Pedro. Ni tú ni Begoña sois víctimas de nadie. Los ciudadanos españoles sí somos víctimas de tu corrupción política y de la corrupción económicas de tu gobierno, tu familia y tu partido.
No es sensato, para tratar de ocultarlo, emprender conflictos internacionales, y es bastante cruel hacerlo cuando hay guerras por medio.
Si crees que esta imputación incide en las elecciones, quizá podrías hablar de la materia que se vota este 9 de junio: el futuro de la Unión Europea. Quizá podrías explicar si vas a continuar con la coalición junto al Partido Popular en Europa, la que ha traído el Pacto Verde, las fronteras abiertas, la destrucción de libertades y la ruina.
Mientras tanto, ya te lo dije en la tribuna del Congreso, pero te lo repito por escrito:
No eres España. Ni siquiera eres el rey de España, y la señora Gómez no es la reina.
Responde de tus actos delante de los jueces, como todo el mundo. Siempre puedes intentar que os den una amnistía.
Sabemos que lo peor de ti está por llegar.
Seguimos esperando la tercera carta, la de la dimisión. Es la única que leeremos sin hastio.
Atentamente,
Santiago Abascal.
Los españoles, sin pedirlas, ya hemos recibido dos cartas tuyas.
En la primera ocultaste que tu mujer estaba investigada por corrupción. Muy mal. Por mucho que te hayas acostumbrado a mentir, no debes seguir haciéndolo. Y a los españoles nos gustaría que devolvieras el dinero de esos días de descanso que te tomaste para victimizarte. Y, de paso, que se vaya devolviendo todo el dinero que tu entorno ha acumulado mientras los españoles se morían en la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Ahora nos ha llegado la segunda carta, justo cuando hemos conocido que tu esposa ha sido citada para declarar como imputada por tráfico de influencias.
En los estados democráticos, la justicia es independiente. No está supeditada a los intereses personales de nadie y, por tanto, menos a ningún tipo de proceso electoral.
La ley impera para todos, se llame Pedro Sánchez o Begoña Gómez. Entiendo que como acabas de proclamar una amnistia inconstitucional has podido pensar que podrías liquidar de un plumazo el estado de derecho. Lo intentarás, pero te llevará más tiempo.
De momento te empeñas en obstaculizar la acción de la Justicia y en seguir senalando y presionando a los jueces. Lo mismo que a las empresas privadas.
A ver, Pedro. Ni tú ni Begoña sois víctimas de nadie. Los ciudadanos españoles sí somos víctimas de tu corrupción política y de la corrupción económicas de tu gobierno, tu familia y tu partido.
No es sensato, para tratar de ocultarlo, emprender conflictos internacionales, y es bastante cruel hacerlo cuando hay guerras por medio.
Si crees que esta imputación incide en las elecciones, quizá podrías hablar de la materia que se vota este 9 de junio: el futuro de la Unión Europea. Quizá podrías explicar si vas a continuar con la coalición junto al Partido Popular en Europa, la que ha traído el Pacto Verde, las fronteras abiertas, la destrucción de libertades y la ruina.
Mientras tanto, ya te lo dije en la tribuna del Congreso, pero te lo repito por escrito:
No eres España. Ni siquiera eres el rey de España, y la señora Gómez no es la reina.
Responde de tus actos delante de los jueces, como todo el mundo. Siempre puedes intentar que os den una amnistía.
Sabemos que lo peor de ti está por llegar.
Seguimos esperando la tercera carta, la de la dimisión. Es la única que leeremos sin hastio.
Atentamente,
Santiago Abascal.
