A propósito de los magnates del fútbol: "Algunos compran el Ferrari pero no el seguro y la gasolina"

El Pionero

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En España, este tipo de aventuras no siempre han terminado bien. Dimitri Piterman fue el pionero. Compró el Palamós de Tercera antes de hacerse con el Racing y, una vez dejó Santander, se compró el Alavés. Seis años después sería condenado a pagar siete millones de indemnización a los vascos.

"En Vitoria se fue tras*formando. Cuando llegó era cercano, pero cada vez se fue volviendo más déspota. No me llevaba mal con él a pesar de que estuve un año sin cobrar. Estaba como uno de los capitanes y me preocupaba por entenderle, aunque tenía una forma curiosa de trabajar. Con recordar que era entrenador-presidente ya se aclaran muchas cosas", cuenta Quique de Lucas.


El catalán refresca otras excentricidades: "Él y sus guardaspaldas querían subir al avión con pistola, pero no les dejaban y las guardaban en cabina. Recién ascendidos nos llevó a Estados Unidos a hacer una pretemporada y no teníamos sitio para entrenar. Íbamos con el bus y nos parábamos a entrenar en parques siendo equipo de Primera. Viajábamos en aviones separados y no llegábamos a la vez a los sitios. Era un poco desastre y tenía muchas locuras. Nos daba el once titular para un partido, luego se echaba la siesta y lo cambiaba porque decía que había soñado que no sé quién marcaba un gol. Eso lo hacía mucho. Más que un negocio, nosotros éramos su juguete".


Fotogalería: Grandes inversores en el fútbol

"Ahora te ríes, pero era para llorar", dice Sergio Santamaría, que estaba en aquel Alavés: "Se calentaba mucho, su palabra no valía. Jugabas un buen partido y en el vestuario te prometía mil cosas que luego no cumplía. Se guiaba siempre por un libro, 'El Arte de la Guerra' de Sun Tzu. Cogía frases cortas de la guerra, las trasladaba al fútbol y lo peor es que le funcionaban. Te decía 'si quieres atacar, lo primero que tienes que hacer es defenderte y, cuando veas desgastado a tu rival, ataca'. Como teníamos un equipazo en Segunda, ganábamos".


Y añade: "Conmigo se enfadó y se inventó un nuevo puesto en el esquema para no sacarme. Una semana había bajas y tenía que jugar sí o sí. Me puso el jueves en el partidillo y luego el domingo no hizo los descartes hasta 10 minutos antes del choque, cuando íbamos a vestuarios tras el calentamiento. Apuró al máximo. Me dijo que no jugaba porque hacía viento y yo pensé '¿Tan delgado me ve que piensa que voy a salir volando?'. Luego otro día me dijo que me iba a renovar 12 años, volví del verano para firmar en el arranque de pretemporada y me ofreció solo uno. Me llevé un buen mosqueo".


Algo parecido le pasó con él a Javi Guerrero en el Racing: "Tuve una buena racha y me llamó al despacho. Antes de que me sentara me ofreció que firmase 26 años con el club porque quería que me quedase con él para siempre. A final de año se fue". Su forma de trabajar no se había visto nunca en España: "Entrenaba sin camiseta y con gafas de sol. Venía con ideas que eran novedosas. Quería entrenar todas las líneas, como en el fútbol americano. Cada día era una locura. Había situaciones en las que se hacía valer. Una vez le gastaron una broma unos jugadores con el coche y echó el encargado del parking, tuvimos que pedirle por favor que lo readmitiese porque él no había tenido la culpa. Menos mal que estábamos centrados y teníamos buen equipo, porque podía haber pasado cualquier cosa".


Entre sus métodos hay uno que sorprendió mucho a José Manuel Suárez 'Sietes'. "Se cargó al preparador físico y después de los partidos nos llevaba a la playa para recuperar. Corriendo y ejercitándote en la arena lo único que haces es cargar más las piernas. Era buen tipo, pero desastre. Estábamos entrenando y se ponía con el móvil y desaparecía. Otra vez, yendo a Hungría para un partido de la Intertoto, hacíamos escala en Viena y nos hizo entrenar por las calles sorteando personas y farolas. En el Alavés, estando en Segunda donde todo el mundo viaja en bus, el equipo iba en avión. Hacía cosas rarísimas, pero conmigo tiene una divertida. Íbamos con los coches saliendo de la ciudad deportiva donde había una carretera larga con una rotonda. Me intentó adelantar con su Chevrolett Corvette amarillo a toda leche, se comió la rotonda y casi se mata. ¡Se quedó más blanco de lo que era!".


Santander, banco de pruebas
En Cantabria tienen experiencia en este tipo de inversores. Ali Syed se metió en el Racing en 2011, incumplió sus promesas y el club terminó descendiendo y en concurso de acreedores. "Estaba entrenando y con el equipo fuera de descenso, pero Pernía me dijo que llegaba este hombre y que me echaban", recuerda el míster Miguel Ángel Portugal, quien ni si quiera lo llegó a conocer.


"Cuando desembarcó, con cochazos y con su gente, dijo que iba a invertir a lo grande. Comentó que firmaría buenos futbolistas para estar en Europa. Luego no cumplió y nosotros casi ni lo vimos durante su estancia aquí. Su paso por la ciudad no fue nada bueno, aunque no sé si le engañaron o qué pasó realmente", recuerda el riojano Pablo Pinillos.


El que conoce bien su historia porque le tocó cubrirla y trabajarla a diario fue Pedro López Ochoa, periodista de la tierra: "Era un estafador internacional que sabía que no le podían extraditar al estar en Dubái. No sólo no puso un euro, sino que cobraba para que Pernía -presidente por aquella época- se hiciese con el club que era de propiedad regional e hiciese lo que quisiera. Era su testaferro. Fue un tocomocho. No había dinero. Ali Syed dijo que vino con su avión privado y realmente lo alquiló con dinero del club desde Bruselas, luego se volvió en uno comercial. Vino con un séquito de 10 personas con dos coches por delante y por detrás, parecía Torrente. Quedó con el alcalde, el exministro Iñigo de la Serna, y aparcó el coche en su plaza como si fuera Trump. Fue una gran estafa que terminó como terminó, con Pernía sancionado (la Audiencia le acusó después de apropiación indebida y administración desleal por otros motivos)". Así contamos en MARCA el dinero que puso y cómo salió el exdirigente indio -que también estuvo con Revilla- de Santander.


Otra aventura que no salió bien fue la del jeque Al Thani en Málaga. Abdullah llegó en 2010 llevando al club a la Champions y terminó fuera hace un año tras descender y pasar por la administración judicial. "Los dos primeros años invirtió muchísimo, pero luego dejó de hacerlo y nunca explicó el motivo. Era una persona complicada que un día decía una cosa y, al siguiente, otra. Esta gente suele hacer lo mismo: compra el Ferrari pero luego no pagan ni el seguro ni la gasolina. Hizo contratazos que después no se podían pagar. El tema es que tú podías firmar lo que fuese, no pasaba nada de forma inmediata. Los problemas vendrían después. Firmabas a Cazorla del Villarreal, pagabas al principio y luego... No estaba regulado y podías tener deudas con la Agencia Tributaria y seguir compitiendo. Era como pegar un patadón hacia arriba y a seguir", señala alguien que trabajó en la estructura del Málaga y que prefiere mantener el anonimato.


Hizo contratazos que después no se podían pagar. Podías firmar y era como pegar un patadón hacia delante

Exdirectivo del Málaga a MARCA
Aquellos comportamientos tuvieron consecuencias: "En Europa no y por eso nos sancionaron. La plaza que quedaba libre la debía coger el Rayo y tampoco pudo jugar por otra sanción. El fútbol español estaba dando una mala imagen. Fue en ese momento cuando entró LaLiga y puso orden con el control económico. 'Gracias' a lo mal que lo hicimos nosotros todo esto cambió y ahora es imposible que ocurran situaciones de descalabro similares. Si alguien invierte 100 millones no los puede gastar en una única temporada, tiene que repartirlo. Por suerte, este tema ha mejorado".


El sistema de controles financieros que LaLiga instauró en 2013, un año después de que una banda de falsos jeques intentara estafar al Getafe, se ha convertido en el más completo de las principales ligas de fútbol. El resto de inversores que han entrado en España no han sido motivo de escándalo. Chen Yansheng pagó 17 millones con Rastar Grou por el 54% del Espanyol; Idan Ofer se hizo con el 32% del Atlético a través de Quantum Pacific; Turki Al-Sheik invirtió 20 millones para coger el 96% de las acciones del Almería; el americano Robert Sarver cubrió el 100% de la ampliación de capital del Mallorca tras su operación frustrada del Levante; Carlos Slim salvó al Oviedo en 2012 gracias al Grupo Carso; Ronaldo tiene al Valladolid estable en Primera tras comprar el un 72% del paquete; lo mismo que ocurre con Christian pantaletarnik en el Elche... hasta Peter Lim. El singapurense compró el Valencia en 2014 por 94 millones y ahora, tras reducir el valor del equipo después de ganar la Copa, podría vender el club o parte del mismo al príncipe de Johor.

La importancia de la estabilidad

Los cambios de propiedades afectan al rendimiento de los jugadores. "Si hay un aspecto clave en el desarrollo del deportista es la estabilidad del entorno. Los cambios incomodan y, aunque se acaban gestionando, quitan tiempo y distraen. Lo ideal sería crear un entorno favorable de trabajo, donde el jugador se sienta cómodo y donde las relaciones entre todos los que intervienen se basen en la confianza. De esta manera se creará una base sólida y de seguridad donde el futbolista podrá potenciarse con mayor facilidad", señala la psicóloga deportiva Lorena Cos. Una idea que secunda Marta Ganchegui, compañera de profesión: "Los entornos y climas positivos son fundamentales dentro del vestuario, la incertidumbre nunca ayuda".

"Los entornos y climas son fundamentales dentro del vestuario, la incertidumbre nunca ayuda"
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"Los entornos y climas son fundamentales dentro del vestuario, la incertidumbre nunca ayuda"

Marta Ganchegui

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Psicóloga deportiva

Su llegada sería una más en el mundo del fútbol, un deporte acostumbrado a colmar los deseos de grandes fortunas que quieren expandir sus negocios o mejorar su imagen a través del deporte rey. En la Premier, la Serie A o LaLiga cada vez es más habitual que los clubes tengan propiedad extranjera.


Los fondos de deuda e inversores institucionales, claves en el futuro de la industria del fútbol

El mundo del fútbol ha sufrido un impacto significativo por la el bichito. La reanudación de las competiciones deportivas ha supuesto un respiro, aunque todavía es difícil prever cuándo se producirá una recuperación completa de los ingresos y cuál es el mejor modo de subsanar dicho impacto.

Más allá del recorte de gastos, muchos clubes se han acogido a soluciones temporales como los créditos ICO, pero es probable que tengan que complementarlo con otras soluciones alternativas. “Hay muchos fondos de deuda siguiendo con interés la liga española. Tienen el capital y la flexibilidad para aportar soluciones adaptadas a la solución de cada club", señalan desde fuertes financieras.

La Premier, epicentro de riquezas
La Premier está plagada de este tipo de inversores. Alguien que vivió el desembarco de dos 'magnates' en el City fue Javi Garrido. "Con los dos creció el club. Primero con Shinawatra, exprimer ministro tailandés que hizo crecer al equipo con fichajes importantes como Elano, Hart, Caicedo... y luego con el Abu Dhabi United Group, que se lo compró a la anterior propiedad que necesitaba vender (Shinawatra estuvo en búsqueda y captura por motivos de corrupción). Los árabes firmaron buenos fichajes e hicimos una gran campaña", recuerda alguien que tuvo la fortuna de conocer a ambas propiedades.


"Tras acabar la Premier nos fuimos a Tailandia a hacer un stage de 10 días y ahí coincidí con el exprimer ministro, mientras que dos años después hicimos la pretemporada en Abu Dabi y nos reunimos con el jeque. Tengo buen recuerdo de ambos, parecían cercanos y mostraron su respeto por los jugadores y demás cuerpo técnico".


"La principal diferencia que existe es que aquí se pueden revalorizar los clubes, no hay tanto techo como en España. En Inglaterra hay negocios fuertes por ventas de clubes y por eso se asumen más riesgos. El reparto del derecho televisivo, la ayuda al descenso... El modelo se parece más al franquiciado americano porque se puede revalorizar además de que existe estabilidad en el ingreso y eso ayuda muchísimo a las inversiones", dice Víctor Orta, director deportivo del Leeds United.


Su club ha multiplicado su valor desde que lo compraron hasta ahora que está en la Premier. El Burnley lo adquirieron por 50 y se ha vendido a El Kashashy por 200 millones. El United ha vuelto a entrar en el podio de los clubes con más ingresos gracias al trabajo de la familia Glazer. El Arsenal era de dos socios (Stan Kroenke y Alisher Usmanov), pero el ruso le vendió la mitad al otro por cerca de 500 kilos después de hacerlo despegar.

Aunque no todas las operaciones han salido bien. En el Cardiff, Vicent Tan ahora está 'empatando' tras un inicio prometedor gracias a una política de guerrilla y otros clubes como Stoke City o Derbi County (Mel Norris vendió la propiedad en 2020 al jeque Khaled bin Zayed Al Nehayan de Emiratos Árabes Unidos) de momento no logran fortalecer sus inversiones. Farhad Moshiri está haciendo un esfuerzo extra en el Everton tras no poder comprar el Arsenal y, si logra entrar en Europa, la curva pronto se alzará y se teñirá de verde.


"Moshiri intentó comprar el Arsenal antes que le Everton por lo que demuestra que no es algo emocional. Me da la sensación de que en España no hemos desarrollado una cultura de propiertario de club y no somos capaces de diferenciar lo que es inversor que busca rentabilidad en un club con sentimiento, pasión y los valores propios que tienen que ver con una actividad deportiva. Parece extraño a veces culpar a los propietarios, que son los que te financian, de las situaciones que se dan a nivel deportivo. En Inglaterra, Alemania y, cada vez más en Italia, tienen más maduro este concepto que aquí", explica el prestigioso analista Marcos López.


"Los americanos tienen un concepto anglosajón que comparten con el Reino Unido y entrar en la Premier les puede servir para crear otros proyectos en Europa. Además, la Premier cuenta con un histórico acuerdo con la NBC por el que dan un partido el sábado por la mañana que hace que sea de los campeonatos más seguidos. Las inversiones buscan estabilidad y en Inglaterra existe porque, con la ayuda al descenso que ahora también hay en España, casi el circuito de Primera está cerrando con tres o cuatro equipos que ejercen de ascensores", dice Marc Menchén, director de 2PlayBook especializado en temas financieros.


Y suma un nuevo factor. "Facilitan la entrada de grandes inversores que las propiedades no están tan repartidas como en España. Para asumir el 51% aquí tienes que ponerte de acuerdo con mucha gente y allí a veces sólo con una persona. Tenemos el ejemplo del Dépor que, cuando ha tenido que buscar una opción de rescate, han tenido que renunciar al accionariado popular. Pienso que esta política de grandes inversores se seguirá viendo, aunque será difícil que aterricen en masa. Ahora mismo, Cádiz y Leganés son de los clubes más interesantes para entrar".


No solo en las islas
En Italia también han entrado riquezas americanas. Kyle Krause adquirió el Parma, Dan Friedkin gobierna en la Roma, el fondo de inversión Elliott manda en el Milan y la Fiorentina es del 'capo' de las comunicaciones Rocco Commisso. Por otro lado, el grupo chino Suning gestiona el Inter quedándose la Juve como único grande gestionado por italianos (la Familia Agnelli), aunque también tiene capital extranjero. "Este deporte es un buen sitio para invertir y otra de sus claves es que se mantiene al margen con cierta facilidad de los ciclos económicos", confirma Ignacio N. Ayago, CEO de Open Trading Club. Los inversores lo saben y por eso el fútbol, además de un deporte, es cada vez más un negocio.

A propósito de los magnates del fútbol: "Algunos compran el Ferrari pero no el seguro y la gasolina"
 
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