El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
El mes de noviembre era la fecha señalada. Tanto para el cierre del centro de menores extranjeros no acompañados («menas») de Casa de Campo como para la alegría de muchos vecinos de esta zona del distrito de Moncloa. Desde que el antiguo albergue Richard Schirrmann se habilitó en la primavera de 2019 para acoger a estos menores, debido a que el centro de Hortaleza estaba sobresaturado, los vecinos han denunciado numerosos casos de robos y agresiones, tanto fuera como dentro del centro. Cuando el pasado mayo el Gobierno de Díaz Ayuso anunció el cierre definitivo, la Asociación de Vecinos de Casa de Campo Unidos, creada por el hartazgo de los residentes ante la situación, celebró la decisión.
Un talante opuesto al de ayer, después de que Concepción Dancausa, consejera madrileña de Políticas Sociales, «cancelara», por el momento, el cierre. ¿El motivo? La actual crisis migratoria y las medidas adoptadas por el Gobierno central han obligado a «cambiar el paso» del Ejecutivo regional. Y es que, el «colapso» de los recursos obliga a todas las comunidades autónomas, por orden gubernamental, a recibir menores procedentes de Canarias, Ceuta y Melilla.
Así contestó Dancausa a una pregunta del diputado de Vox, José Ignacio Arias, que inquirió información sobre el cierre del centro. La consejera no puso fecha al cierre. Con todo, sí confirmó que el cambio de uso de este centro se llevará a cabo cuando haya una alternativa adecuada y que no se interfiera en los programas.
«Sorpresa poca y decepción mucha», afirmaron ayer desde la Asociación de Vecinos de Casa de Campo Unidos. «Ya en su día abrieron este centro con mentiras, quedó abierto con más mentiras y ahora lo posponen con más mentiras. Hace meses nos dijeron la fecha del traslado, nos dijeron el nuevo sitio, y ahora dicen que no tienen sitio», añaden. De hecho, el espacio elegido en un principio para su reubicación era el Centro Ocupacional de Barajas.
Ante una situación que califican de «surrealista», los vecinos avanzan que se volverán a manifestar «por el incumpliento de Concepción Dancausa». Efectivamente, no será la primera vez. En los últimos tres años, han protagonizado movilizaciones bajo el lema de «Salvar el albergue». Y es que el albergue Richard Schirrmann es un Bien de Interés Cultural (BIC) habilitado para acoger a «mochileros» de toda Europa. No en vano, la idea de la Comunidad de Madrid era que el albergue recuperara su uso original.
Ante las voces que consideraban que esta actitud combativa contra el centro de menores podía esconder actitudes xenófobas y racistas, los vecinos responden con que, entre los afectados, se encuentran también muchos pagapensiones que han sido víctimas de delitos violentos y, por tanto, partidarios del cierre del centro. «El mejor sitio para educar a estos chicos no era la Casa de Campo. Teníamos la sensación de que, cuando contábamos lo que ocurría, nadie nos creía. Pero era imposible de ocultar. Eran hechos que sucedían a diario. Algunos de ellos muy graves. Los delitos no tienen ni nacionalidad ni raza. Lo que importan son las víctimas», argumentaban para LA RAZÓN el pasado mayo, cuando se anunció el cierre.
Durante su intervención ayer, Dancausa recordó que la Comunidad de Madrid ha atendido a más de 2.670 menores y el centro de Casa de Campo, con 50 plazas, lo ha hecho con 244». Además, aseguró que no es «fácil» encontrar un recurso que pueda ser destinado a la acogida de estos menores, pues determinados ayuntamientos, «muchos de izquierdas», «han puesto dificultades para abrirlos en sus localidades mientras se rasgan las vestiduras y se presentan como paladines de la defensa de menores mientras los expulsan de sus municipios».
Por parte de Vox, José Ignacio Arias aseguró que los vecinos de Casa de Campo y Batán quieren recuperar este espacio para actividades sociales. Por ello, tras la «enésima» promesa de cierre del centro de menores, la Comunidad de Madrid debería ponerse «manos a la obra» y buscar una alternativa para el traslado de los menores. «Cumpla su promesa y cierre el centro de Batán», concluyó.
www.larazon.es
Un talante opuesto al de ayer, después de que Concepción Dancausa, consejera madrileña de Políticas Sociales, «cancelara», por el momento, el cierre. ¿El motivo? La actual crisis migratoria y las medidas adoptadas por el Gobierno central han obligado a «cambiar el paso» del Ejecutivo regional. Y es que, el «colapso» de los recursos obliga a todas las comunidades autónomas, por orden gubernamental, a recibir menores procedentes de Canarias, Ceuta y Melilla.
Así contestó Dancausa a una pregunta del diputado de Vox, José Ignacio Arias, que inquirió información sobre el cierre del centro. La consejera no puso fecha al cierre. Con todo, sí confirmó que el cambio de uso de este centro se llevará a cabo cuando haya una alternativa adecuada y que no se interfiera en los programas.
«Sorpresa poca y decepción mucha», afirmaron ayer desde la Asociación de Vecinos de Casa de Campo Unidos. «Ya en su día abrieron este centro con mentiras, quedó abierto con más mentiras y ahora lo posponen con más mentiras. Hace meses nos dijeron la fecha del traslado, nos dijeron el nuevo sitio, y ahora dicen que no tienen sitio», añaden. De hecho, el espacio elegido en un principio para su reubicación era el Centro Ocupacional de Barajas.
Ante una situación que califican de «surrealista», los vecinos avanzan que se volverán a manifestar «por el incumpliento de Concepción Dancausa». Efectivamente, no será la primera vez. En los últimos tres años, han protagonizado movilizaciones bajo el lema de «Salvar el albergue». Y es que el albergue Richard Schirrmann es un Bien de Interés Cultural (BIC) habilitado para acoger a «mochileros» de toda Europa. No en vano, la idea de la Comunidad de Madrid era que el albergue recuperara su uso original.
Ante las voces que consideraban que esta actitud combativa contra el centro de menores podía esconder actitudes xenófobas y racistas, los vecinos responden con que, entre los afectados, se encuentran también muchos pagapensiones que han sido víctimas de delitos violentos y, por tanto, partidarios del cierre del centro. «El mejor sitio para educar a estos chicos no era la Casa de Campo. Teníamos la sensación de que, cuando contábamos lo que ocurría, nadie nos creía. Pero era imposible de ocultar. Eran hechos que sucedían a diario. Algunos de ellos muy graves. Los delitos no tienen ni nacionalidad ni raza. Lo que importan son las víctimas», argumentaban para LA RAZÓN el pasado mayo, cuando se anunció el cierre.
Durante su intervención ayer, Dancausa recordó que la Comunidad de Madrid ha atendido a más de 2.670 menores y el centro de Casa de Campo, con 50 plazas, lo ha hecho con 244». Además, aseguró que no es «fácil» encontrar un recurso que pueda ser destinado a la acogida de estos menores, pues determinados ayuntamientos, «muchos de izquierdas», «han puesto dificultades para abrirlos en sus localidades mientras se rasgan las vestiduras y se presentan como paladines de la defensa de menores mientras los expulsan de sus municipios».
Por parte de Vox, José Ignacio Arias aseguró que los vecinos de Casa de Campo y Batán quieren recuperar este espacio para actividades sociales. Por ello, tras la «enésima» promesa de cierre del centro de menores, la Comunidad de Madrid debería ponerse «manos a la obra» y buscar una alternativa para el traslado de los menores. «Cumpla su promesa y cierre el centro de Batán», concluyó.
Monumental enfado de los vecinos de Casa de Campo por el “no cierre” del centro de “menas”
Monumental enfado de los vecinos de Casa de Campo por el “no cierre” del centro de “menas”
www.larazon.es
