Súmesele que en España la cultura del trabajo es trabajar de lunes a viernes y nadie, excepto latinitos, quiere ya trabajar un domingo o por la noche.
La España dominguera, triste hasta la lágrima, es una cosa cultural esencial. Y la gente inculta parece contenta de que los domingos el país no funcione en absoluto, a diferencia de lo que sucede en México, EE.UU. o Japón, tres países muy distintos.
En España los domingos son días para emborracharse en familia tempranito y la tarde para dormir la mona, ver la peli de A3 y reponer fuerzas para el trabajo Paco de cosa el lunes, o en su defecto la semana Paco de cosa si eres un jubilado.
A ese súmesele también que quién en su sano juicio se va a meter en según qué barrios a trabajar por la noche, territorio de menas, latinoamericanos y borrachos, que se despiertan a deshoras como las cucarachas.
En España un 7/11 no puede funcionar porque el país no está preparado ni jovenlandesal ni culturalmente para que funcionen. ¡Si para más tristeza, en Barcelona mismo los neones están prohibidos!
Si es que España es el país más oscuro, cerrado y aburrido que he conocido. Si no fuera por la luz del sol, España sería Mordor.