Por qué España inició y lideró la Revolución Científica (siglo XVI y XVII)… y otros países se llevan la fama
Resumiendo…
Que no nos vengan a la mente personajes de relumbrón españoles no significa mucho. Atiende más bien a quién, desde dónde y para quien se ha escrito sobre la Historia de la ciencia moderna. Lo importante es evidenciar lo obvio, que fue el propio impulso, desarrollo y evolución del Imperio Español el que generó e hizo crecer lo que a posteriori se llamó Revolución Científica. A veces lo más sensato es sencillamente lo que ocurrió.
Por cierto, unos pocos botones de muestra…
Pierre Daniel Huet, francés él y un crack de su época, denunció el plagio realizado por René Descartes, uno de los máximos exponentes de la Revolución Científica, para componer su famoso Discurso del Método y formular su «cogitum ergo sum» (1637), copiando casi literalmente sin citarlas las ideas filosóficas previamente formuladas por los filósofos hispánicos Gómez Pereira, en 1554, y Francisco Sánchez en 1576. Investigad sobre ello, es clarificador.
El inglés Newcomen construye una máquina de vapor atmosférica utilizada para bombear agua fuera de las minas de carbón y estaño existentes en la zona. La patenta en 1712. Es considerado el padre de la Revolución industrial por ser el primer innovador. Jerónimo de Ayanz, navarro él, patentó y construyó la primera máquina de vapor en 1606 proporcionando energía para elevar el agua acumulada en las galerías de las minas que gestionaba. Un absoluto crack, el tal Ayanz.
Si indagas sobre un aspecto tan clave para la economía como inflación un nombre recurrente es Jean Bodin que escribió sobre ello en 1568. Es menos habitual encontrar referencias, sobre todo anglosajonas, sobre Martín de Azpilicueta, de la Escuela de Salamanca, que fue el experto navarro que estudió y escribió sobre ello en unos términos que son de total actualidad a raíz de lo que estaba pasando en España con la llegada de metales preciosos. Lo hizo en 1556.
Generalmente, se atribuye la invención del telescopio a Hans Lippershey, un fabricante de lentes alemán, que lo habría patentado en octubre de 1608. Pero resulta que se copió de Joan Roget afincado en Gerona inventor real del telescopio (antes de 1593), según demostró José María Simón de Guilleuma.
Y cuanto más rascamos, más sacamos…
En cuanto a los no-españoles que aportaron y se aprovecharon (lógicamente) del conocimiento acumulado por el Imperio Español, la lista es tan larga…
Ponemos solo unos pocos de muestra:
Abraham Ortelius (flamenco, geógrafo, asesor de Felipe II)
Andrés Vesalio (flamenco, médico, médico de Felipe II)
Sebastián Cabot (veneciano, Casa de Contratación)
Americo Vespucio (Florencia, naturalizado castellano, Piloto Mayor, Casa de Contratación)
Valerio Forte (napolitano, Destilador, asesor de Felipe II)