Brote verde: 3.521 señalados por el #metoo anónimo de fallarás: 14 meses de denuncias y un libro sin proceso de verificación

3.521 señalados por el #MeToo anónimo de Fallarás: 14 meses de denuncias y un libro sin proceso de verificación​

Luigi Benedicto Borges

6-8 minutos

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«Aquí mi aliade: un militante sindical, "anarquista y camarero", que hace no mucho era voz de izquierdas en la tele y contra del mayor periódico del país». «Un ex presidente y ex alcalde de Madrid». «Director creativo de Ogilvy de Barcelona, ahora con su propia agencia». «Ex director de marketing en Warner Bros, área cine en oficina de Madrid». «Un periodista muy conocido, ex director de diario, después de tv pública». «Con la peor persona que estuve fue un integrante de la CUP». «Mi experiencia es con un conocido futbolista del Real Madrid».

Estos son algunos de las 3.251 individuos señalados por mujeres anónimas en la cuenta de Instagram de la periodista y escritora Cristina Fallarás, que el próximo 11 de noviembre publica un libro en el que recoge todas las denuncias anónimas de violencia sensual que ha recibido, entre ellas las que acusan a Íñigo Errejón y que han provocado su dimisión como portavoz de Sumar en el Congreso de los Diputados.
«Que haya coincidido con el caso Errejón es pura coincidencia, aunque no lo parezca. Un libro es algo lo suficientemente complejo de hacer, editar y difundir como para amoldarlo al corre corre corre de un acontecimiento informativo que acaba de pasar», explica Fallarás a este periódico desde Tenerife, donde participa en el foro La literatura es femenina.
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Bajo el título No publiques mi nombre. Testimonios contra la violencia sensual, la obra, de 360 páginas y 23,90 euros de PVP, se encuentra en fase de preventa. La compilación está acompañada de un estudio de la socióloga Nerea Barjola que profundiza el fenómeno del #SeAcabó, que Fallarás inició después de que el expresidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales, le diera un beso no consentido a la jugadora Jenni Hermoso tras ganar el Mundial. Ese día decidió reunir el máximo número de historias personales posibles para conformar «una memoria colectiva del daño».

Fallarás abrió un buzón en su Instagram, pero el 1 de marzo de 2024 le cerraron por primera vez la cuenta . «Ahí me asusté. Me di cuenta de hasta qué punto eran vulnerables esos mensajes que yo estaba recibiendo de las mujeres. Si bien es cierto que yo me los voy descargando cada cierto tiempo, el trámite en esa aplicación es muy lento. A veces te informan de que tardarán varios días. Y con ese proceso los tenía yo en mi ordenador, pero no se difundían. Fue entonces cuando pensé que tenía que buscar una forma de que siguieran siendo visibles aunque me cerraran la cuenta. Y se me ocurrió la maravilla del libro. La solución siempre es volver a los orígenes. ¿Qué mejor que un libro?», explica. «Además, me empezaban a llegar los mensajes de mujeres que me decían, "Cristina, me dice mi abuela que te cuente que en el pueblo en los años 50...". Entonces caí en la cuenta de que damos por hecho que lo que pasa en las redes sociales es universalmente accesible y hay muchísimas mujeres, sobre todo de ciertas generaciones, que no tienen redes sociales».

El anuncio del inicio de la preventa del libro, coincidiendo con el caso Errejón, ha levantado la polémica en los medios y las redes. Por ello quiere dejar «meridianamente clarísimo» que todo «los meses y meses de trabajo» necesarios para escribir el libro son «no remunerados» y «pertenecen al ámbito del activismo». Según Fallarás, la fecha de salida del libro se decidió «hace tres meses, antes de verano» y se eligió el 11 de noviembre por que «le hacía ilusión» su cercanía con el 25-N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Al tratarse de testimonios anónimos que no revelan la identidad de los protagonistas, no se procedió a identificar a ninguna de las partes.

También aclara que «todos los derechos de autoría que pueda generar, que ya adelanto que son pocos, porque un libro nunca da dinero y la gente piensa muy mal, serán gestionados por la Asociación Acción Comadres». Forman parte del colectivo la propia periodista junto a Lydia Aguirre, Andrea Aldana, Piluca, Baselga, María Botto, Cecilia Gessa, Marisa Kohan, Esther López Barceló, Karmele Marchante, Marta Prieto, Zinnia Quirós, Vicky Rosell y Amparo Sánchez, Amparanoia.

«Somos un colectivo de mujeres de la más diversa índole: de la abogacía, de la comunicación, de las letras, de las ONG, del cine... De toda condición. Nos juntamos hace tres años para contar el relato de las mujeres. Porque decidimos que las mujeres estábamos contadas solo por hombres. Y que íbamos a dar el espacio al relato, no solo de violencia, si no también del placer, desde el punto de vista femenino», aclara la escritora.

Algunos medios han señalado que el Ministerio de Igualdad aprobó una subvención de 100.000 euros para Acción Comadres, pero Fallarás lo niega. «Jamás hemos recibido una subvención ni de 100.000 ni de 0 euros de ninguna institución. Es una vergüenza lo que se está publicando. Pero ojalá la hubiéramos recibido, porque somos muchas mujeres trabajando gratis muchas horas», afirma. En el dossier de prensa del libro, Irene Montero, eurodiputada y ex ministra de Igualdad, aporta su reseña. «Romper el silencio y el miedo y la vergüenza, como hacen miles de mujeres al decir "se acabó", es el primer paso para que sepamos que no es a una, que somos todas, y que tenemos derecho a cambiar juntas todo lo que tiene que ser cambiado hasta vivir vidas libres de violencias machistas», escribe.

Los testimonios no están ordenados. La editorial pensó que se podría repartir por agresiones en familia, en el trabajo... pero Fallarás lo descartó. «Tengo la experiencia de que si pongo, por ejemplo, todas las mujeres que cuentan que su abuelo abusaba de ellas, a lo que lees la quinta, la lectura acumulada ya te ha generado cierta tolerancia, si se me permite el término. Ya no te impacta. Tampoco están ordenados, están como los descargó la máquina, incluidos tal cual. Los testimonios que aparecen en el libro son los de la primera época: agosto, septiembre, octubre y noviembre de 2023.».

«Es una muestra de unos 300 testimonios», dicen desde la editorial, que confirma que éstos no se someten a un proceso de verificación. Al tratarse de testimonios anónimos que no revelan la identidad de los protagonistas, no se procedió a identificar a ninguna de las partes. «No es un libro de lectura, es como el informe Nunca más de Sábato», concluyen desde la editorial en referencia al Informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas -dedicada a investigar la desaparición forzada de personas producidas durante la dictadura militar en Argentina (1976-1983)- que también es conocido como Informe Sabato dado que el escritor Ernesto Sabato fue quien presidió la comisión que lo entregó el 20 de septiembre de 1984 al entonces presidente argentino, Raúl Alfonsín.



EDITO:
Apenas 2 horas después de ser publicada esta noticia, aparecen unas nuevas declaraciones de Elisa Mouliaa diciendo que "van a salir todos los nombres, de un bando y de otro"

Antiparticula dijo:

Pero el relato debería ser contado desde la perspectiva de ella y reflejar lo mal que se sintió ¿cómo sería?

Aquí tienes el relato desde la perspectiva de ella, reflejando su malestar:

La gala estaba llena de risas y conversaciones animadas, pero yo me sentía fuera de lugar. Mientras observaba a la gente, un hombre se acercó. Era un político conocido, con una sonrisa deslumbrante y un aire de confianza que me hizo sentir pequeña. Comenzó a hablarme de sus sueños y proyectos, y aunque al principio me pareció interesante, pronto me di cuenta de que sus palabras eran solo un juego de seducción.

A medida que se acercaba más, su tono se volvía más íntimo, y yo me sentía incómoda. Intenté mantener la conversación ligera, pero él no parecía notar mi incomodidad. Su mirada era intensa, casi posesiva, y cada vez que se inclinaba hacia mí, sentía que mi espacio se reducía. Era como si estuviera atrapada en una red de promesas vacías y ambición desmedida.

Cuando me llevó a un rincón más apartado, el ambiente cambió. La música suave se convirtió en un murmullo distante, y la presión de su presencia se hizo abrumadora. Su mano tomó la mía, y en ese momento, una oleada de desasosiego me invadió. Me sentí como un trofeo en su colección, un medio para satisfacer su ego.

A pesar de su encanto, algo en mi interior gritaba que debía alejarme. La seducción se tornó en manipulación, y me di cuenta de que su interés no era genuino. Con una sonrisa que ocultaba su verdadera intención, me hizo sentir que era solo un paso más en su camino hacia el poder. En ese instante, supe que debía escapar de esa situación, de ese juego en el que yo no quería participar. La noche, que había comenzado con promesas de diversión, se convirtió en una lección amarga sobre la superficialidad y el peligro de las apariencias.

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