14 de septiembre de 1580: nace Quevedo

Minsky Moment

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Lugar
Oceanía (1984)
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra, que me llevare el blanco día,
y podrá desatar esta alma mía
hora, a su afán ansioso linsojera;

mas no de esotra parte en la ribera
dejará la memoria en donde ardía;
nadar sabe mi llama la agua fría,
y perder el respeto a ley severa;

Alma a quien todo un Dios prisión ha sido,
venas que humor a tanto fuego han dado,
médulas que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejarán, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán sentido.
Polvo serán, mas polvo enamorado.


Va por ti, gigante:

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Yace en este llano
Julio el italiano,
que a marzo parecía
en el volver de regazo cada día.
Tú, que caminas la campaña rasa,
cósete el ojo ciego, viandante, y pasa.

Murióse el triste mozo malogrado
de enfermedad de mula de alquileres,
que es decir que murió de cabalgado.
Con palma le enterraron las mujeres;
y si el caso se advierte,
como es hembra la fin,
celosa y ofendida,
siempre a los puñeteros deja corta vida.

Luego que le enterraron,
del cuerpo corrompido
gusanos se criaron
a él tan parecidos,
que en diversos montones
eran, unos con otros, bujarrones.

8:8:
 
Aquí yace Misser de la Florida,
y dicen que le hizo buen provecho
a Satanás su vida.
Ningún shishi le vio jamás arrecho
De Herodes fue enemigo y de sus gentes,
no porque degolló los inocentes;
mas porque, siendo niños y tan bellos,
los mandó degollar y no joroballos.
Pues tanto amó los niños y de suerte
(inmenso bujarrón hasta la fin),
que si él en Babilonia se hallara,
por los tres niños en el horno entrara.

¡Oh, tú, cualquiera cosa que te seas,
pues por su sepultura te paseas,
u niño, u sabandija,
u perro, u lagartija,
u mico, u gallo, u mulo,
u sierpe, u animal que tengas cosa
que de mil leguas se parezca a ojo ciego!,
guárdate del varón que aquí reposa;
que tras un regazo, bujarrón profundo,
si le dejan, vendrá del otro mundo.

No en tormentos eternos
condenaron su alma a los infiernos;
mas los infiernos fueron condenados
a que tengan su alma y sus pecados.
Pero si honrar pretendes su memoria,
di que goce de cosa y no de gloria;
y pues tanta lisonja se le hace,
di: «Requiescat in ojo ciego, mas no in pace.»
 
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.

Salime al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la fin.
 
Aquí yace Misser de la Florida,
y dicen que le hizo buen provecho
a Satanás su vida.
Ningún shishi le vio jamás arrecho
De Herodes fue enemigo y de sus gentes,
no porque degolló los inocentes;
mas porque, siendo niños y tan bellos,
los mandó degollar y no joroballos.
Pues tanto amó los niños y de suerte
(inmenso bujarrón hasta la fin),
que si él en Babilonia se hallara,
por los tres niños en el horno entrara.

¡Oh, tú, cualquiera cosa que te seas,
pues por su sepultura te paseas,
u niño, u sabandija,
u perro, u lagartija,
u mico, u gallo, u mulo,
u sierpe, u animal que tengas cosa
que de mil leguas se parezca a ojo ciego!,
guárdate del varón que aquí reposa;
que tras un regazo, bujarrón profundo,
si le dejan, vendrá del otro mundo.

No en tormentos eternos
condenaron su alma a los infiernos;
mas los infiernos fueron condenados
a que tengan su alma y sus pecados.
Pero si honrar pretendes su memoria,
di que goce de cosa y no de gloria;
y pues tanta lisonja se le hace,
di: «Requiescat in ojo ciego, mas no in pace.»

Jojojojo, qué buen forero habría sido...
 
Escritor,duelista,agente secreto en Italia....Grande entre los grandes.. Fue enviado a Venecia como agente secreto, y tuvo que huir de la ciudad disfrazado de mendigo.Se comenta que era bastante frío en el trato a los demás, bastante macho cabríocete.

"Vive sólo para ti si pudieres, pues sólo para ti si mueres, mueres"

Francisco de Quevedo

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Recomendable,yo me quedo con esta parte:

«nunca mejora su estado quien muda solamente de lugar y no de vida y costumbres».

Más razón que un Santo.
 

El principio del libro es brutal:

Yo, señor, soy de Segovia. Mi padre se llamó Clemente Pablo, natural del mismo pueblo; Dios le tenga en el cielo. Fue, tal como todos dicen, de oficio barbero; aunque eran tan altos sus pensamientos, que se corría de que le llamasen así, diciendo que él era tundidor de mejillas y sastre de barbas. Dicen que era de muy buena cepa, y, según él bebía, es cosa para creer.

Estuvo casado con Aldonza de San Pedro, hija de Diego de San Juan y nieta de Andrés de San Cristóbal. Sospechábase en el pueblo que no era cristiana vieja, aunque ella, por los nombres y sobrenombres de sus pasados, quiso esforzar que era descendiente de la letanía. Tuvo muy buen parecer, y fue tan celebrada, que, en el tiempo que ella vivió, casi todos los copleros de España hacían cosas sobre ella.

Padeció grandes trabajos recién casada, y aun después, porque malas lenguas daban en decir que mi padre metía el dos de bastos para sacar el as de oros. Probósele que, a todos los que hacía la barba a navaja, mientras les daba con agua, levantándoles la cara para el lavatorio, un mi hermanico de siete años les sacaba muy a su salvo los tuétanos de las faldriqueras. Murió el angelico de unos azotes que le dieron en la guandoca. Sintiólo mucho mi padre, por ser tal que robaba a todos las voluntades.

Por éstas y otras niñerías, estuvo preso; aunque, según a mí me han dicho después, salió de la guandoca con tanta honra, que le acompañaron doscientos cardenales, sino que a ninguno llamaban "señoría". Las damas diz que salían por verle a las ventanas, que siempre pareció bien mi padre a pie y a caballo. No lo digo por vanagloria, que bien saben todos cuán ajeno soy della.

Mi progenitora, pues, no tuvo calamidades. Un día alabándome una vieja que me crió, decía que era tal su agrado, que hechizaba a cuantos la trataban. Sólo diz que se dijo no sé qué de un cabrón y volar, lo cual la puso cerca de que la diesen plumas con que lo hiciese en público. Hubo fama que reedificaba doncellas, resucitaba cabellos encubriendo canas. Unos la llamaban zurzidora de gustos; otros, algebrista de voluntades desconcertadas, y por mal nombre alcagüeta. Para unos era tercera, primera para otros, y flux para los dineros de todos. Ver, pues, con la cara de risa que ella oía esto de todos, era para dar mil gracias a Dios.

No me detendré en decir la penitencia que hacía. Tenía su aposento -donde sola ella entraba y algunas veces yo, que, como era chico, podía-, todo rodeado de calaveras que ella decía eran para memorias de la fin, y otros, por vituperarla, que para voluntades de la vida. Su cama
estaba armada sobre sogas de ahorcado, y decíame a mí: -"¿Qué piensas? Éstas tengo por reliquias, porque los más déstos se salvan"-. Hubo grandes diferencias entre mis padres sobre a quién había de imitar en el oficio, mas yo, que siempre tuve pensamientos de caballero desde chiquito, nunca me apliqué a uno ni a otro.

Decíame mi padre: -"Hijo, esto de ser ladrón no es arte mecánica, sino liberal". Y de allí a un rato, habiendo suspirado, decía de manos: -"Quien no hurta en el mundo, no vive. ¿Por qué piensas que los alguaciles y jueces nos aborrecen tanto? Unas veces nos destierran, otras nos azotan y otras nos cuelgan, aunque nunca haya llegado el día de nuestro santo. No lo puedo decir sin lágrimas" -lloraba como un niño el buen viejo, acordándose de las veces que le habían bataneado las costillas-; "porque no querrían que, adonde están, hubiese otros ladrones sino ellos y sus ministros. Mas de todo nos libró de buena astucia. En mi mocedad, siempre andaba por las iglesias, y no de puro buen cristiano. Muchas veces me hubieran llorado en el asno, si hubiera cantado en el potro. Nunca confesé sino cuando lo mandaba la Santa progenitora Iglesia. Y así, con esto y mi oficio, he sustentado a tu progenitora lo más honradamente que he podido".
 
Es curioso pero cuando Quevedo intentaba medrar políticamente, citaba sus obras, que estaban dentro del ala más radical del catolicismo militante (Política de Dios, el Antimaquiavelo). Y le preguntaban entonces por el Buscón y los Sueños, obras que circulaban a mano porque él no las había publicado, y negaba su autoría, al igual que la de muchos de sus poemas más famosos. "Me las atribuyen por mi fama, aseguraba, pero no son mías".

Muchos críticos niegan, por seguir en la misma línea, que Góngora hubiera muerto cuando escribió su epitafio, que concluye con estos versos:

Fuese con Satanás culto y pelado
mirad si Satanás es desdichado


La única razón para tal tontería es que las escandaliza. Aun cuando hace relativamente poco se ha encontrado un documento que demuestra que compró la casa donde vivía Góngora para echarlo (nunca pagaba el alquiler el cordobés) y, como explicó en otro poema, para desgongorizarla quemando muchos Garcilasos...
 
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